A primera hora de la mañana de este miércoles, un tren de mercancías que trasportaba gas argón líquido ha descarrilado en la localidad de Matillas, en la provincia de Guadalajara. El incidente, acontecido sobre las 6:20 horas, ha motivado la interrupción completa de la circulación ferroviaria en la línea convencional Madrid-Zaragoza-Barcelona, mientras los equipos de emergencia trabajan en asegurar la zona y restablecer la vía. Aunque los vagones que contenían la carga peligrosa se vieron implicados en el descarrilamiento, afortunadamente, no se ha detectado ninguna fuga de argón, y no se han reportado daños personales.
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El suceso obligó a cortar el tráfico ferroviario entre las localidades de Baides y Matillas en ambos sentidos, así como la carretera GU-157, por la presencia de restos del convoy sobre la calzada. Adicionalmente, se estableció un plan alternativo de transporte para los viajeros de la línea afectada, con transbordos en carretera entre Jadraque y Sigüenza. La carga del tren, compuesta por argón líquido, supone un riesgo importante en caso de fuga, por lo que se han tomado todas las medidas de precaución.
Equipos de la Guardia Civil y los bomberos del parque de Sigüenza acudieron rápidamente a la zona para evaluar los daños y asegurar la mercancía. También se desplazó una ambulancia de soporte al lugar, aunque no fue necesario su uso dado que no hubo heridos. Según los informes preliminares del servicio 112 de Castilla-La Mancha, tres vagones de un convoy de 30 se salieron de la vía, aunque sin afectar la integridad de los contenedores de gas argón.
El riesgo del gas argón
El tren accidentado transportaba argón líquido, un gas incoloro e inodoro utilizado frecuentemente en procesos industriales, especialmente en la soldadura y fabricación de productos electrónicos. Si bien el argón es un gas noble y no inflamable, su manipulación en estado líquido requiere precauciones estrictas debido a los riesgos de asfixia en caso de liberación en un espacio cerrado y las bajas temperaturas a las que se almacena. Aunque la carga no ha presentado fugas hasta el momento, las autoridades han tomado medidas adicionales para garantizar que no se produzcan escapes durante el proceso de retirada del tren accidentado.
Por el momento, se desconocen las causas exactas del accidente. Las autoridades han informado que el descarrilamiento no parece estar relacionado con el temporal que afecta otras zonas de España, aunque no se descarta ninguna posibilidad en esta fase inicial de la investigación. Adif, la entidad encargada de la gestión ferroviaria, ha señalado que varios ejes del tren se salieron de la vía, lo cual provocó el descarrilamiento. Los equipos de técnicos de Adif y otros expertos en transporte ferroviario están en la zona para analizar posibles problemas en la infraestructura o en el propio tren que pudieran haber contribuido al accidente.
Varios descarrilamientos
No es el único descarrilamiento que sufre la línea ferroviaria en estas últimas semanas. El pasado martes, un tren de alta velocidad (AVE) que viajaba entre Málaga y Madrid con 291 viajeros a bordo sufría la salida de vía de un “bogie” de la cabina delantera a su paso por la localidad malagueña de Álora, donde se registraron fuertes lluvias. El accidente se saldó sin daños personales.
El sábado previo, sobre las 16:20, la circulación en el túnel de AVE que une las estaciones de Atocha y Chamartín -conocido como El Chato- se vio interrumpida por otro descarrilamiento. El suceso afectó a mas de 15.000 usuarios de la red ferroviaria. Según indicó el ministro de Transportes, Óscar Puente, se produjo de manera intencionada por un operario de Adif con el objetivo de evitar una colisión potencialmente catastrófica con otros trenes.