Desde hace un par de años, Juliette lucha por recuperar su casa de Marsella, okupada desde hace cuatro años por unos inquilinos que llegaron a sumar una deuda de 28.000 euros. El pasado miércoles pudo recoger las llaves de su casa que había pensado vender para poder pagar los cuidados de su marido, que padece Alzheimer.
“Me temo que no iría allí por miedo a las represalias, ha confesado la propietaria, que después de más de dos años de guerra contra sus inquilinos, pudo recuperar su casa en el distrito 13 de la ciudad de Marsella, según ha informado L´Independant.
Es más, Juliette no es el verdadero nombre de la propietaria de la casa, que ha preferido permanecer en el anonimato. Su casa, de 120 metros cuadrados, que está situada en el centro del barrio de los Olives, fue ocupada por una familia que dejaron de pagar el alquiler muy rápidamente. “No podemos esperar más porque tenemos un préstamo para pagar esta casa, y aun así tenemos que recuperarla”, ha expresado Juliette junto a su esposo Paul.
“De hecho, había alquilado esta casa para que no estuviera okupada”, ha explicado la propietaria. Además, Juliette había avisado mediante varias cartas certificadas que no fueron devueltas.
Tuvo que esperar desde abril hasta noviembre
Se acercaban las vacaciones y Juliette estaba desesperada por “no tener tiempo” para poder desalojar a los morosos. Fue finalmente, el pasado 30 de octubre cuando los comisarios de justicia, acompañados de las fuerzas policiales, procedieron a la recuperación de la vivienda, ordenada el pasado mes de abril por los tribunales.
Para mayor seguridad, los cerrajeros cambiaron llaves y cerraduras por si los antiguos inquilinos (nigerianos ya condenados por proxenetismo, información que supo más tarde) intentaban volver a entrar.
Ahora, Juliette puede empezar a respirar. La mayor preocupación para la pareja es cuándo empezarán a cobrar la deuda de los ex-inquilinos. La policía ha informado que comenzarán a reembolsar la cantidad mediante embargos en las cuentas bancarias, pero que “por el momento se encontraban vacías”.
Golpeada con un martillo
“Son gente violenta”, ha asegurado Juliette, que ya había denunciado varias veces a los okupas a la policía por agresión. Unas denuncias de las que no se han tenido noticias desde entonces.
“Estaba asegurando uno de los garajes al fondo de la casa cuando la mujer del matrimonio vino a mis espaldas y me golpeó con un martillo hasta que su hija la detuvo “, ha declarado. Los testimonios de la propietaria ante los medios han podido acelerar el procedimiento de echar a los okupas. “De lo contrario, habría tenido que esperar hasta la próxima primavera”, ha señalado Juliette.
“Nos enfrentamos a plazos normales. Pero el sistema está desbordado y los propietarios aguantan las deficiencias del sistema judicial, y durante este tiempo, el alquiler se desliza y no se paga, entramos en un ciclo infernal”, ha confesado el abogado de la propietaria, Christopher Jervolino.
A pesar de todo lo que ha sufrido, Juliette, con las llaves ya en la mano, finalmente podrá vender su propiedad para poder llevar a su marido a un establecimiento especializado, donde se le atenderá su enfermedad.