Un detective de policía adicto a la cocaína ha sido descubierto robando drogas del almacén de pruebas, después de que se le cayera una bolsa de polvo blanco en el colegio de su hija. El ahora exdetective fue arrestado el 27 de febrero de 2020, en Inglaterra, después de llegar al trabajo, tras una investigación realizada por la unidad de anticorrupción que había encontrado cocaína en su abrigo.
El jefe de policía de Greater Manchester, Stephen Watson, ha explicado que la seguridad se ha reforzado después de que el detective, Andrew Talbot, robara la cocaína. A pesar de que estaba satisfecho de haber mejorado dicha seguridad tras el incidente, Watson ha añadido que “en el centro de todos estos procesos, es necesario tener confianza”.
El Tribunal de la Corona de Liverpool ha escuchado que el exoficial de la Policía del Gran Manchester (GMP) era un adicto a la cocaína y que utilizó los sistemas policiales para encontrar a un traficante que le ayudará a vender la droga que sacaba de las instalaciones. Andrew Talbot, de 54 años y precedente de Leigh, ha sido sentenciado a 19 años de prisión, según ha informado BBC.
Cómo sacaba la droga
En una entrevista concedida a la BBC Radio Manchester, el jefe de policía ha explicado que a menudo, un policía maneja “cantidades significativas de drogas y dinero en efectivo”. Un oficial tiene que saber sobrellevar y anteponer sus principios.
“No se puede negar que teníamos aquí a un oficial experimentado que se había alejado mucho del camino de llevar adelante las responsabilidades de un agente de policía”, ha indicado Watson. La debilidad era que había “un personaje en el que no se podía confiar”, ha añadido. “Se había corrompido irremediablemente, sin remedio, y como resultado, ha pagado un precio muy alto y con toda la razón”, ha señalado el jefe de policía.
Modus operandi del expolicía
El ya encarcelado Andrew Talbot había engañado a sus antiguos compañeros para poder poner la droga de nuevo en circulación, como resultado de su “adicción y codicia”. Al ser arrestado, los oficiales encontraron 26,8 gramos de esa droga de alta calidad en sus bolsillos del abrigo, así como cantidades más pequeñas de menor pureza. Además, en su coche se encontraron bolsas de plástico y trozos de papel con referencias a la Operación Cosmética (nombre de la operación que investiga el suministro nacional de cocaína en Inglaterra).
El fiscal James Lake, aceptó que la hipótesis de la forma de actuar del ex-detective era “llenar sus bolsillos con todo lo que pudiera”. El Tribunal, tras la investigación y el examen del coche y la casa de Talbot, ha establecido que las drogas tenían un valor estimado al por mayor de aproximadamente 170.000 euros y un valor al por menor de 480.000 euros.
Para intentar sacar el máximo rendimiento a la droga robada, Talbot buscó en los sistemas informáticos confidenciales de la GMP los traficantes conocidos o sospechosos, para al final contactar con el traficante Keith Bretherton, de 50 años.
“Aunque no está claro cómo Andrew Talbot se deshizo de la cocaína robada, no tengo dudas de que la vendió a criminales, quienes a su vez, la cortaron y la vendieron en las calles”, ha dicho Lake. Además, el exoficial habría ayudado a un amigo que estaba siendo investigado y al traficante a recuperar una deuda de drogas por un valor de 24.000 euros.
En su defensa, Ryan Donoghue, abogado del ex-detective, ha dicho que no había ninguna evidencia de que Talbot estuviera viviendo un “estilo de vida lujoso”. “Él tenía en ese momento una gran adicción a la cocaína”, ha declarado el letrado.
Cargos contra Andrew Talbot
Durante el juicio, el Tribunal ha sabido que Talbot había prestado sus servicios a la GMP durante 20 años, pasando por las fuerzas armadas y pasando por graves problemas en su vida personal, que lo llevó a la adicción de la cocaína.
De todos modos, el ex-detective fue declarado culpable por suministrar droga controlada de clase A, mala conducta en un cargo público y no proporcionar la contraseña de su teléfono. Anteriormente, se le había declarado culpable de dos cargos de posesión de drogas y munición, robo, conspiración y acceso no autorizado a material informático.