Los ahorradores que tienen planes de pensiones individuales pueden rescatar a partir del 1 de enero 2025 el dinero acumulado en ellos siempre que las aportaciones tengan más de 10 años de antigüedad. Esto es, el ahorro y los rendimientos acumulados hasta el 31 de diciembre de 2015. A pesar de que pueden recuperar este capital, los analistas aconsejan que no lo hagan “si verdaderamente no necesitan ese dinero”, ya que se trata de una “mala estrategia que les saldría cara” y más al tratarse de un ahorro finalista destinado a complementar la pensión de jubilación.
El principal motivo que argumentan para disuadir a los partícipes de liquidar sus planes es que pagarían más impuestos que si esperan a la jubilación para recuperar el capital aportado y los intereses que les han generado.
“Si ese ahorrador está trabajando cuando rescata el plan es muy probable que sus ingresos sean superiores a los tendrá al cobrar la pensión de jubilación, por lo que tendría que pagar más impuestos”, argumenta Paula Satrústegui, directora de Asesoramiento Patrimonial de Abante. No obstante, reconoce que si el partícipe “necesita ese dinero para un caso urgente lo puede sacar, aunque fiscalmente le penalice”.
El hachazo fiscal que se sufre al rescatar un plan de pensiones antes de la edad de jubilación es debido a que al liquidarlo se tributa en la base general del IRPF como rentas del trabajo a un tipo que, en la escala estatal, oscila entre el 19% y el 47%. Esta tributación es diferente a la de la mayoría de productos de inversión, que tributan como renta del ahorro y lo hacen a unos tipos más bajos, de entre el 19% y el 28%.
Rentabilidad interanual de hasta el 22%
Otra de las razones que aducen los expertos para defender que el rescate anticipado es una mala alternativa es que los partícipes renunciarían a la rentabilidad que están dando sus planes. Según datos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensión (Inverco) la rentabilidad interanual de los planes de pensiones a cierre de septiembre fue del 12,5% debido al buen comportamiento de los mercados financieros.
Los retornos del 12,5% de media se disparan hasta el 22% en los planes de pensiones de la categoría de renta variable y al 13,3% de los de renta variable mixta. Los planes menos rentables, pero también en positivo, son los de renta fija a corto plazo, con unos retornos a un año del 4%; los de renta fija a largo plazo, que acumulan un 7,4% de rentabilidad interanual; los garantizados, con el 7,5%, y los de renta fija mixta con el 9,3%.
A más largo plazo, los planes dan retornos menores pero positivos. A tres años ofrecen el 2,8% de media, mientras que a cinco años alcanza el 3,5%; a 10 años, el 3%, y a 20 años, el 3,2%.
Estas rentabilidades al alza hacen que el patrimonio gestionado por los planes de pensiones del sistema individual aumentara en septiembre en 744 millones de euros, hasta alcanzar los 90.805 millones de euros. En lo que va de año se ha incrementado en 5.882 millones, lo que supone un 7% más que a cierre de diciembre de 2023.
Desgravarse hasta 1.500 euros
El tercer motivo al que se acogen los analistas para justificar la permanencia en los planes de pensiones es que permiten desgravarse en la declaración de la renta. Eso sí, el montante se ha reducido drásticamente en los últimos años.
Hasta 2020, el límite de las aportaciones a los planes individuales con derecho a desgravación en el IRPF eran de 8.000 euros y las redujeron a 2.000 euros, lo que supuso una merma del 75%. Pero el recorte fue a más, y en 2022 se volvieron a rebajar esos límites hasta los 1.500 euros, una nueva disminución del 25%, con lo que estos límites bajaron en 6.500 euros en dos años.
Isabel Casares, secretaria general de la Organización de Consultores de Pensiones (Ocopen), considera que la reducción de los incentivos fiscales de 8.000 a 1.500 euros de los planes individuales “ha disminuido su atractivo”. No obstante, “para ciertos perfiles de ahorro siguen siendo útiles, sobre todo para personas que buscan crear un colchón para la jubilación y prefieren su marco fiscal particular frente a otras opciones de inversión”.
Indica que los que quieran más beneficios fiscales pueden optar por los planes de empleo que tienen una fiscalidad más atractiva, aunque “están mayormente enfocados a colectivos específicos”.
Sergio Ortega, analista de Vdos, incide que “si bien es cierto que se ha reducido un importante atractivo como era el incentivo fiscal, la importancia de ahorrar de cara a la jubilación sigue igual de relevante, por lo que creo que los planes de pensiones siguen siendo un pilar fundamental para el ahorrador”.
Planes vs fondos
A los que los planes individuales se les quedan cortos para mantener su poder adquisitivo durante su retiro tienen la opción de invertir en fondos de inversión. Ante esta posibilidad, Enrique Devesa, profesor de la Universidad de Valencia e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), señala que para los que quieran invertir hasta 1.500 euros, “los planes son una buena opción, pero si se quiere invertir una cantidad superior hay que buscar otros productos alternativos, entre los que figuran los fondos de inversión, pero también pueden ser bonos, letras del tesoro o acciones”. Apunta que “es importante diversificar las inversiones, pero con criterio”.
.De la misma opinión es Paula Satrústegui, argumenta que al haber bajado tanto las aportaciones que se pueden hacer a planes de pensiones, “estos son insuficientes, ya que si yo, con 45 años, empiezo a invertir 1.500 euros al año, cuando me jubile dentro de 20 años voy a tener muy poco importe acumulado en planes de pensiones”. A su juicio la solución sería “complementar la inversión en planes de pensiones con la de fondos de inversión, ya que estos últimos, tanto desde el punto de vista financiero como fiscal son el vehículo más eficiente”.
Otra alternativa fiscalmente más atractiva son los planes de pensiones de empleo, a juicio de Miguel Ángel Menéndez, director del área de previsión social de Mercer, para quien “en la comparativa del binomio rentabilidad riesgo entre fondos de inversión, planes de pensiones individuales y planes de pensiones empresariales”, estos últimos salen ganadores.
Las principales razones, según el experto son: los menores gastos de gestión y administración de los planes empresariales y el control que por parte de las Comisiones de Control de estos planes se realiza monitorizando las estrategias de inversión realizadas por las entidades gestoras.