El silencio, en contra de lo que se puede llegar a pensar, sí mejora la calidad de los debates y, en algunos casos, incluso puede ayudar a ganarlos. Al menos, así lo creía Steve Jobs, quien, con frecuencia, aplicaba su famosa ‘regla del silencio’. Tal es el éxito que parece garantizar esta teoría, que algunas de las personas más ricas del mundo, como Elon Musk, Jeff Bezos o Tim Cook, también la ponen en práctica. Aunque lo cierto es que conviene tener en cuenta cuáles son sus claves para que este truco sea realmente efectivo.
El cofundador y presidente ejecutivo de Apple dominaba esta herramienta de inteligencia emocional que tiene como eje central un equilibrio entre el pensamiento crítico y las emociones. De ahí que también la utilicen otros multimillonarios. En el caso de Jeff Bezos, este siempre se ha considerado una persona metódica, con la capacidad de dar opiniones reposadas, y es que su clave es precisamente esta: tomarse las cosas con calma. Es por ello que suele dedicar cada día hasta 30 minutos para leer correos electrónicos mientras guarda silencio. Además, pide que nadie le interrumpa cuando es su turno de palabra.
El paso del tiempo ha ido demostrando que la ‘regla del silencio’ es una gran práctica para gestionar las emociones y alargar las conversaciones para conseguir que el discurso sea más inteligente y claro. Tal y como reconoció en una entrevista para Fortune, Bezos considera que los nuevos empleados no están acostumbrados a sentarse en silencio y ser examinados de manera cuidadosa. Esta es, a su juicio, una de las formas ideales para descubrir las fortalezas y debilidades de los perfiles profesionales, algo en lo que coincide Elon Musk. Es habitual que el fundador de Tesla tarde “una eternidad” (entre 5 y 15 segundos) antes de responder a las preguntas que le hagan en una entrevista.
El truco que mejor le funciona a Steve Jobs
La llamada ‘regla del silencio incómodo’ es una estrategia clave en la comunicación que propone mantenerse en silencio durante 10 a 20 segundos después de recibir una pregunta, especialmente si es delicada o incómoda. Este lapso permite reflexionar sobre las posibles respuestas y crea una pausa que puede llevar al interlocutor a reconsiderar o reformular su planteamiento. En una conversación corriente, 15 segundos de silencio pueden sentirse eternos, y este vacío genera un eco de la pregunta que invita a replantearla.
El propósito de esta técnica es ofrecer respuestas más cuidadas y equilibradas, en las que se alineen las palabras con los propios principios y valores. Como dice el refrán: “somos dueños de lo que callamos y esclavos de lo que decimos”. Y, en ocasiones, es mejor guardar silencio y reflexionar que responder apresuradamente.
Esta práctica es atribuida a Justin Bariso, autor de Inteligencia emocional para la vida cotidiana y fundador de EQ Applied. Bariso señala que personalidades como Tim Cook y Jeff Bezos la aplican con frecuencia en sus roles de liderazgo, donde cada declaración es examinada a fondo y es vital evitar malentendidos.
Pero, ¿por qué genera incomodidad? Porque un silencio prolongado suele interpretarse como una falta de comunicación y desconcierta al interlocutor, quien espera una respuesta inmediata. En ciertos contextos, puede resultar especialmente incómodo. Sin embargo, Bariso subraya que esta pausa intencional es un recurso de inteligencia emocional, pues permite encontrar un equilibrio entre pensamiento y emoción, evitando reacciones impulsivas.
El cofundador y presidente ejecutivo de Apple siempre dominaba el silencio
Steve Jobs dejó muchas frases célebres, pero una gran parte de su influencia radicaba en su habilidad para manejar los silencios y marcar pausas en sus intervenciones. Con una personalidad fuerte, era conocido por su estilo de negociación directo y su franqueza al hablar sobre sus competidores en el mundo de la tecnología. Una anécdota recordada ocurrió en 1997, cuando regresó a Apple y, durante una conferencia, un asistente le interrumpió diciendo: “No tienes ni idea de lo que estás hablando”. En lugar de responder de inmediato, Jobs permaneció en silencio.
El multimillonario estaba aplicando lo que hoy se conoce como la ‘regla del silencio incómodo’. Tomó su tiempo, se sirvió un vaso de agua, bebió, y solo después de más de diez segundos respondió: “Sabes, puedes agradar a algunas personas en algunas ocasiones, pero…” y nuevamente hizo una pausa. Con esta espera, creaba expectación. Tras unos segundos adicionales, continuó: “Una de las cosas más difíciles de lograr cuando estás intentando cambiar algo es que personas como este caballero tienen razón… en algunas cosas”.
Con esta respuesta calculada, no solo dejó a su interlocutor expuesto, sino que también le concedió cierto crédito, logrando finalmente ganarse a la audiencia y subrayar su propio mensaje.