El chat de Telegram en Portugal donde 70 mil hombres difunden imágenes íntimas de mujeres sin su consentimiento

La aplicación mantiene abiertos cientos de chats con el mismo contenido por todo el mundo

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Imagen de archivo: el logo de Telegram en un teléfono móvil (REUTERS/Dado Ruvic/Illustration)
Imagen de archivo: el logo de Telegram en un teléfono móvil (REUTERS/Dado Ruvic/Illustration)

Alabada y criticada por su alta privacidad a los usuarios, Telegram se ha visto envuelta en varios escándalos por los contenidos que almacenan sus chats. Hasta hace poco, la aplicación se resistía a facilitar a las autoridades información de las personas que la utilizaban, lo que hacía de ella un paraíso digital para compartir información sobre todo tipo de delitos. Entre ellos, la conocida como pornovenganza ha encontrado un hueco. Recientemente, los medios portugueses han desvelado un chat con cerca 70.000 usuarios en el que enviaban cientos de imágenes sexuales de mujeres, que desconocían su aparición en el grupo.

Desvelado por la revista digital NiT, el diario Público en su versión lusa ha podido acceder a este grupo de Telegram, donde ha encontrado a más de 66.000 hombres inscritos, pero no son los únicos: en la propia conversación, se envían enlaces a decenas de otros chats más privados, seguros o exclusivos donde comparten el mismo tipo de contenido. Algunos de ellos con 25.000 miembros, otros con 10.000, con 2.000 personas... Tan solo en el grupo principal participan uno de cada 70 hombres portugueses.

Las imágenes muestran escenas sexuales íntimas de las mujeres y se comparten sin su consentimiento, pero también enseñan escenas cotidianas: las protagonistas aparecen en el supermercado, andando por la calle, en el gimnasio... Son este tipo de fotografías, enviadas bajo la etiqueta de voyeur, las que más triunfan y las que más se solicitan. Muchos las toman por debajo de las faldas de las mujeres, una técnica conocida como upskirting que no es delito en Portugal, pero sí en países como Inglaterra, Australia, Nueva Zelanda o Gales.

Los usuarios añaden descripciones a las fotografías: “Regordete”; “Madre e hija”; “Feo, pero me lo comí...”; “Tugas desconocidas”; “Trans”; “Mujeres embarazadas”.... En los casos más extremos, las identifican por su ubicación o por el nombre de las propias víctimas. Los participantes piden después más información de ellas: “¿Qué te gustó más? ¡Comenta qué hiciste!”. En otras ocasiones, prefieren abrir conversaciones privadas para “intercambiar contenidos” de un caso concreto (”¿Alguien para hablar de esta cerda?”).

Los chats de ‘pornovenganza’ se reproducen

Imagen de archivo de un hombre grabando a una mujer sin su consentimiento (Shutterstock)
Imagen de archivo de un hombre grabando a una mujer sin su consentimiento (Shutterstock)

El grupo de Telegram descubierto en Portugal es tan solo uno de los cientos disponibles en el país. Fuera de sus fronteras, se han encontrado muchos otros que han llamado la atención de la prensa internacional. En 2022, una investigación de la BBC encontró un chat en el que se difundían de forma masiva imágenes similares a las encontradas en Portugal. Según el medio británico, este fenómeno ha afectado a mujeres en al menos 20 países, exponiéndolas a acoso, vergüenza y amenaza, sin que haya evidencia clara de que Telegram esté tomando medidas efectivas para abordar el problema.

El contenido también está en lengua hispana, según pudo saber Infobae en una investigación del año 2023: se trata del grupo de Los Magios Tucumán, en el que participaban aproximadamente 11.000 hombres. “Mi novio se enteró por un amigo que en este grupo de Telegram estaban preguntando si había más fotos o videos íntimos míos”, denunció entonces Jimena, nombre falso de una de las víctimas. Al ingresar al grupo, Jimena encontró capturas de perfiles de redes sociales de muchas mujeres, incluyendo fotos en gimnasios, imágenes de mujeres desnudas o caminando por la calle, y videos de personas en situaciones íntimas.

Para sortear las denuncias de las víctimas, el grupo se desactiva y reactiva cada cierto tiempo, mientras se crean múltiples más en el que compartir el mismo contenido.

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