Los errores en el trabajo son comunes e inevitables, pero en algunos sectores se vuelven más graves y por tanto, es crucial evitarlos. En la sanidad, es especialmente crucial seguir los pasos de los procedimientos correctamente, o los resultados pueden ser fatales. Ejemplo de ello ha sudo un señor jubilado en Italia, que ha vivido las desastrosas consecuencias de una negligencia médica.
El pasado 8 de julio, un hombre de 69 años de Seveso, pequeño municipio del norte de Italia, fue ingresado en la Clínica San Carlo, de la localidad de Paderno Dugnano, para someterse a una cirugía de cáncer de próstata. Sin embargo, lo que debía ser un procedimiento rutinario se convirtió en una tragedia médica cuando, debido a un presunto error durante la administración de la anestesia, el paciente sufrió una lesión grave que resultó en la amputación de su antebrazo derecho.
El paciente ha denunciado los hechos en la Fiscalía de Monza como un caso de negligencia médica, según informó el propio afectado a medios locales.
Cómo la extirpación del tumor acabó en amputación
El paciente, quien siempre había sido una persona activa e independiente, ahora enfrenta serias limitaciones en su vida diaria. Según narra el medio Il Giorno, el anestesista de la clínica habría realizado un acceso venoso en el brazo izquierdo, otro en la vena yugular derecha y un acceso a la arteria radial derecha con una cánula de aguja para poder dormir al afectado. Fue durante este último procedimiento que el hombre experimentó un dolor insoportable en el brazo, lo que le hizo perder el conocimiento.
Rápidamente, los médicos suspendieron la operación y trasladaron al paciente a la unidad de cuidados intensivos. Allí, hubo que realizarle dos cirugías en el brazo derecho. Según parece, la última aguja le provocó una lesión arterial al hombre, que derivó en una obstrucción del flujo sanguíneo (isquemia).
La gravedad del estado del paciente dejó en estado de necrosis tres dedos de su mano, que fueron amputados. En ese momento, el paciente fue trasladado al Hospital San Gerardo de Monza. Tras un mes ingresado, el 5 de agosto el equipo médico decidió amputar el antebrazo debido a un proceso isquémico irreversible.
Secuelas de la negligencia médica
La denuncia interpuesta ante la Fiscalía sostiene que el error médico, al menos por parte del anestesista, ha dejado al hombre en una situación de dependencia total. El señor necesita ahora ayuda para vestirse y asearse. Tampoco puede conducir, por lo que debe ir acompañado a todas partes. Además ha perdido la capacidad de realizar algunas de sus aficiones más preciadas, como la carpintería, la metalurgia y el bricolaje. Ni siquiera podrá recoger a su sobrina del colegio, como hacía hasta ahora.
La abogada Roberta Minotti, representante legal del paciente, ha señalado que el caso se centra en la negligencia médica que ha causado lesiones muy graves. Por su parte, la clínica ha declarado que ha tomado medidas para apoyar al paciente en su recorrido clínico y terapéutico, y que está colaborando plenamente en los procedimientos para evaluar la posible responsabilidad y los aspectos indemnizatorios.