Todo el mundo merece una jubilación digna. Llegar al fin de la carrera laboral y poder dedicarse a disfrutar de la vida, a las cuestiones más banales que no nos lo permite el frenético ritmo de trabajo del día a día. Pero cuando tienes un negocio y tu retiro depende de si lo dejas en otras manos y te lo compran, y no es tarea fácil. Es el caso de Roseline y Alain Remue, una pareja de 71 y 66 años, respectivamente, que quiere vender su restaurante situado en Roye, en la región francesa de Somme.
Desde hace más de un año buscan comprador, sin éxito por el momento. Ahora, han lanzado un llamamiento para ver si antes de que termine 2024 lo consiguen. ¿El problema? Según explican los dueños del negocio, son los bancos. “Es su culpa. Les estamos pidiendo a los jóvenes una aportación 30%“, apunta Roseline al medio France 3. “Dos personas lo querían, incluso habían dejado su trabajo, pero no lo consiguieron con su banco”, lamenta Alain.
Y es que la pareja ya tiene ganas de descansar, merecidamente. Alain se levanta cada día a las cinco de la mañana para comenzar a cocinar. La tarea de Roseline, a sus 71 años, es estar detrás de la barra atendiendo a los clientes. Y esto se repite cada día de lunes a domingo, una situación que ya empieza a ser insostenible. “Cuando volví de vacaciones le dije a mi marido que si quería que me quedara, tendríamos que cerrar el lunes para seguir“, confiesa Roseline.
Este ritmo lo habían mantenido durante más de una década. “Fueron 13 años de felicidad. Hemos trabajado duro, pero 13 años de felicidad” , sonríe Alain, quien recuerda noches especiales que han vivido entre esas cuatro paredes, entre ellas, algunas de San Valentín. Desde hace tres años, su hija Sylvie se ocupa del servicio y les echa una mano, pero comparte el deseo de sus padres de que este restaurante pase a otras manos. “Me gustaría que se vendiera rápidamente dada la edad de mi madre. Solo para que ella disfrute un poco de la vida”, apunta.
El precio del negocio asciende a 170.000 euros
El municipio de Roye tiene cerca de 5.700 habitantes. El Ayuntamiento es propietario tanto del local como del apartamento situado encima del restaurante, y la pareja es dueña del negocio. Desde principios de año, se encarga una agencia inmobiliaria de gestionar este espacio, pero ya está un poco desesperada. “Publiqué un anuncio en marzo de 2024. Desde entonces he recibido llamadas, pero ninguna visita. Normalmente, vienen dos o tres clientes... No hay nada”, señala Timothée Lemaire, portavoz de la inmobiliaria. El precio asciende a los 170.000 euros, pero según explica, “se puede negociar sin preocupaciones”. Hay buena facturación y el alquiler es correcto”, especifica la inmobiliaria.
El pasado viernes 25 de octubre, Roseline bromeaba con sus clientes en una visita al restaurante. “¿Quieres comprar? Parece que eres un buen chef”. Y en verdad, si no encuentran a nadie, es una lástima. “Nosotros llevamos tres años viniendo una vez al mes. Es abundante, casero y agradable, todo lo que buscamos”, asegura Régine, una vecina que vive cerca del municipio de Roye, según el medio francés.