A menos de una hora de Roma, en el corazón de los Montes Lucretili, se encuentra un pintoresco pueblo donde parece que el tiempo y el espacio se han parado y que ofrece, tanto a locales como a visitantes, la posibilidad de desconectar y adentrarse en la naturaleza virgen de Lacio. Este maravilloso enclave es Percile. Situada a casi 600 metros de altura sobre un espolón montañoso, esta villa ofrece una experiencia sensorial completa, desde las vistas panorámicas hasta los aromas del bosque y los sonidos de su fauna autóctona.
Un rincón medieval con historia milenaria
Percile se asienta en una zona habitada desde la antigüedad. Sus raíces medievales se atisban en esas calles estrechas y las casas de piedra que conforman el casco antiguo. El Palazzo Borghese, antes castillo y ahora sede del Ayuntamiento, preside en el centro de este icónico destino. A su lado, la iglesia de Santa Lucía, que en su origen fue la capilla del palacio, es una muestra del papel fundamental de la religión en la vida local.
La historia de Percile, vinculada a la noble familia romana gens Porcia, ofrece un recorrido por la antigua arquitectura del pueblo, donde también destaca la iglesia de Santa Maria della Vittoria y su vecino monasterio, de estilo gótico, un símbolo de la rica herencia cultural de la región. Con sus frescos del siglo XVII, la iglesia de Sant’Anatolia es otro punto de interés que destaca la influencia histórica y religiosa de Percile en la región.
La naturaleza como protagonista: los Montes Lucretili y los Lagustelli
Percile forma parte del Parque Natural Regional de los Montes Lucretili, que se extiende sobre más de 18.000 hectáreas. Una reserva natural que ofrece una variada flora de la que es imposible no enamorarse. Aunque este increíble bosque capte la atención de todo aquel que lo visite, los verdaderos protagonistas de este entorno son los Lagustelli di Percile, dos pequeños lagos de origen kárstico protegidos por su importancia como humedales internacionales. Rodeados de sauces y juncos, estos lagos, Fraturno y Marraone, son un espacio ideal para disfrutar de rutas de senderismo.
Un refugio para la fauna y la flora
Los Montes Lucretili no solo destacan por su riqueza botánica, sino también por su fauna diversa y en algunos casos poco común. Es posible observar especies como el zorro, el gato montés, la ardilla de los Apeninos y aves rapaces como el halcón peregrino y el águila real. Percile, con sus paisajes variados, es un destino ideal para quienes buscan un contacto profundo con la naturaleza, lejos del bullicio y el ajetreo de la ciudad.
Festivales y sabores de la tradición
Este destino no es sólo un pueblo, es un viaje sensorial que combina historia, naturaleza y cultura. La vida en Percile está marcada por los festivales y tradiciones. En diciembre, el pueblo se llena de visitantes para la Sagra della Ramiccia, donde las mujeres de la localidad preparan con maestría esta pasta similar a los fettuccine, elaborada con 1.500 huevos.
Otro evento destacado es la Festa dei Laghi en mayo, que marca el inicio de la temporada de excursiones al aire libre y permite a los visitantes explorar los parajes naturales en su máximo esplendor.