La historia de Salem Rja no deja indiferente a nadie. La vivienda es un derecho, pero a muchos gobiernos se les olvida o miran para otro lado. Un desahucio es una de las situaciones más dramáticas por las que una persona puede pasar en la vida, y en el caso de Salem, la situación se complica: es un hombre de 87 años con discapacidad que no sabe leer ni escribir. Si algo tiene que agradecer este ciudadano marroquí que vive en Burdeos (Francia) es el apoyo de sus vecinos, quienes cuando el propietario de su vivienda lo quiso echar, alzaron la voz para reivindicar que Salem se había puesto al día con los pagos del alquiler. De hecho, fueron los propios vecinos los que le ayudaron tanto emocionalmente como económicamente.
El 17 de octubre, tras varios meses de conflicto, Salem fue desalojado de su hogar por la policía por una orden judicial. Solo pudo llevarse en su bolso una fotografía en un marco y algunos papeles administrativos, según ha informado el diario Sud Ouest. El desahucio en la calle Monfaucon fue impactante. Y lo único humano que se vio fue el apoyo de los vecinos, que salieron a defender a Salem. Sobre todo, Youssef Gamine. “Cuando Salem me informó de dificultades con por retrasos en el alquiler, fui con él a ver a su arrendador para firmar un plan para saldar su deuda, que ascendía a 2.194,68 euros. Fue en marzo, estaba previsto que durara dieciocho meses, pero devolvimos las cantidades rápidamente. Y en julio ya no le quedaba nada que pagar”, asegura.
Youssef asegura que la agencia encargada del pago del alquiler no tuvo que lamentar desde ese momento la más mínima irregularidad: “Salem incluso pagó el alquiler de octubre”. Según narra al medio France Live, el arrendador recibió las sumas adeudadas, pero aun así no interrumpió el procedimiento de desalojo. “Al final, uno se pregunta si los retrasos en los pagos no le sentaron bien al propietario, que empezó a vender su propiedad apartamento por apartamento“, ha afirmado Youssef. La agencia Absolute Habitat se limitó a asegurar al medio Rue89 Bordeaux que existían “motivos legítimos” para la expulsión del octogenario.
Salem, sin solución a partir del 1 de noviembre
Agnès, otra vecina de Salem, está afectada por la situación y ha lamentado esta salida forzosa. “Me parece bastante impactante”, ha asegurado, refiriéndose así al hecho de que Sale pagó sus deudas y aun así la agencia no quiso dar marcha atrás. Esta mujer ha calificado a Salem como “el alma del barrio”, una persona que deja huella, “un señor muy sencillo que nos encontramos en el mercado”.
En los últimos días, el marroquí de nacimiento se encuentra alojado en un centro de alojamiento de emergencia. Una solución temporal, hasta el 1 de noviembre.
En España, el número de lanzamientos practicados por los juzgados, tanto los derivados de la aplicación de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) como los derivados de las ejecuciones hipotecarias, en el segundo trimestre 2 de 2024 se situó en 7.850, lo que supone una variación del 7,84% respecto al mismo periodo del año anterior, según el estudio los Efectos de la crisis económica en los órganos judiciales que ha publicado la Sección de Estadística del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).