Este es el primer pez que se ha extinguido por culpa de los humanos

El año pasado, la rayaposa de Java se convirtió en el primer pez declarado extinto como resultado de la actividad humana

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La imagen del pez. (Museo de Historia Natural de Berlín)
La imagen del pez. (Museo de Historia Natural de Berlín)

El 99,9% de todas las especies que han existido en la Tierra se han extinguido. El dato, que es terrible, tiene también una consolación: después de todos los periodos de extinciones masivas, la vida en el planeta siempre ha vuelto a resurgir y nuevos animales —como nosotros— se han abierto camino. Sin embargo, ahora hay una diferencia: las extinciones no sólo se están dando por causas naturales y ‘cósmicas’, sino por la propia actividad de los seres humanos. Los científicos calculan que más de 200 especies de animales han desaparecido ya por culpa del hombre, y hay miles en peligro de extinción. Y en este ranking lamentable, el año pasado se produjo un nuevo hito.

El año pasado, la rayaposa de Java se convirtió en el primer pez declarado extinto como resultado de la actividad humana. Se trata —o se trataba— de unos peces de cuerpo plano, similares a las mantarrayas, pero más pequeños y elusivos, que huían de los humanos, en lugar de nadar junto a ellos cuando se los encontraban. Pero eso no ocurrirá más: hace unos meses, unos investigadores de la Universidad Charles Darwin, en Australia, publicaron una evaluación de este enigmático animal y lo declararon extinto.

Su publicación generó mucha controversia. “Es una afirmación muy seria que sacudió a muchos”, comenta Julia Constance, una de las investigadoras, en un reportaje de la BBC. La rayaposa de Java es una de esas especies de las que se sabe muy poco. Solo existe un espécimen en un museo, adquirido por un zoólogo alemán en un mercado de pescado en Yakarta en 1862. Ese único ejemplar, conservado en el Museo de Historia Natural de Berlín, mide solo 33 cm, incluyendo la cola.

Por esta falta de información, algunos cuestionaron cómo se podía estar seguro de que realmente se trataba de una especie extinta y que los humanos eran responsables de su desaparición. Constance replica que ella y su equipo se basaron principalmente en registros de la actividad pesquera en Indonesia. Esto incluyó datos de extensas encuestas realizadas en sitios de desembarque —lugares donde los pescadores llevan sus capturas para venderlas— desde 2001. “Hubo un gran esfuerzo para empezar a documentar la captura de tiburones y rayas en toda Indonesia”, explica Constance. “La rayaposa de Java sería muy fácil de identificar si estuviera allí”.

Ingresando toda la información disponible sobre la rayaposa en herramientas de análisis de datos proporcionadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), Constance y sus colegas encontraron que los modelos de la organización indicaban con un 93,5% de confianza que la rayaposa de Java estaba extinta. La UICN publicó los resultados de la evaluación en su sitio web.

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La primera extinción oficial

Es la primera extinción oficial de un pez marino vinculada a la actividad humana. Los humanos han provocado la desaparición de al menos 198 especies de vertebrados desde 1900, incluidas varias especies de peces de ríos y lagos. Pero esas especies han estado mayormente confinadas a ecosistemas terrestres o de agua dulce, que suelen ser los más afectados por nuestras actividades. En cambio, los océanos son vastos y apenas comenzamos a explorar el lecho marino con detalle.

Una posible razón por la que la rayaposa de Java es la única especie marina declarada extinta podría ser que los hábitats marinos ofrecen una mayor oportunidad para que los organismos se refugien en áreas no tocadas por la actividad humana, explica Catherine Macdonald, del Programa de Investigación y Conservación de Tiburones de la Universidad de Miami, en declaraciones a la BBC. “Incluso cuando hemos influido mucho en los entornos costeros, todavía hay partes del océano que históricamente no son tan accesibles para las personas”, agrega.

Los misterios del océano hacen que no haya nada definitivo, ni siquiera en este caso. “Siempre está en el fondo de mi mente: ¿qué pasaría si alguien la encuentra?”, dice Constance. Pero, a pesar de la gravedad de su declaración en 2023, no estaría molesta ni decepcionada si la extinción resultara ser un error. “Queremos que estas especies sigan existiendo en el futuro”, dice Constance. “Sería genial si alguien la encontrara algún día”.

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