Día de crisis en la cúpula de Sumar: el partido defiende que no sabía nada frente a la incredulidad de la audiencia

Las (serias) caras visibles del partido político afirman que no conocían la gravedad de los hechos que han causado la marcha de Íñigo Errejón

(I-D) La secretaria de Comunicación de Sumar, Elizabeth Duval; la secretaria de Feminismos de Sumar, Amanda Andrades; el portavoz de Sumar, Ernest UrtasuN, y la secretaria de Organización de Sumar, Lara Hernández. (Diego Radamés/Europa Press)

Hace 48 horas que todo estalló. Bastó una carta. Un tuit. Y muchos eufemismos. Incluso más eufemismos que perdones. Lo que era “un secreto a voces” (como algunos medios lo han calificado) acabó siendo un grito de auxilio. O varios. Pero no sucedió de una manera usual. No fue una denuncia. Fue un testimonio. Una mujer contándole a otra mujer los abusos de un hombre. De un hombre con poder. Porque de estas cosas, entre mujeres se habla. Quizá ahora tiene mucho más sentido aquella frase que tanto se escucha en las manifestaciones del 8M: “Me cuidan mis amigas y no la policía”. Porque al final, y por mucho que la gente insista, denunciar no es tan sencillo. Y mucho menos cuando el agresor es una persona conocida.

Sumar ha necesitado dos días para pronunciarse como grupo, aunque la mayoría de sus componentes ya lo habían hecho por separado. Ha sido este sábado, en el Laboratorio de Periodismo de la calle Larra de Madrid. Sin Yolanda Díaz -la ministra se encuentra todavía en Colombia-. Los encargados de dar las explicaciones pertinentes han sido el portavoz de la formación, Ernest Urtasun; la secretaria de Organización de Sumar, Lara Hernández; la secretaria de Comunicación, Elizabeth Duval; y la responsable de Feminismos, Amanda Andrades, aunque no todos han hablado.

Los periodistas estaban convocados a las 12 horas. A las 11:20 ya había algún que otro reportero junto con su cámara en la dirección estipulada, aunque la sala se fue llenando a medida que se acercaba el momento crítico. Y así pasaron los minutos. Comenzaron siendo cinco, luego 10, hasta 15 minutos de retraso. Los enviados a cubrir el evento empezaban a impacientarse. ¿Qué dirán? ¿Quién de todos hablará? ¿Se limitarán a echar balones fuera? La expectación era máxima.

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Enfado, decepción y miedo

Pasados 25 minutos de la hora en la que supuestamente comenzaba el acto, los políticos entraron en la sala. Lo hicieron en fila, como niños cuando les toca salir a la pizarra del colegio a exponer un trabajo. Algunas caras eran firmes, de enfado. Otras de decepción, e incluso inquietud por las preguntas que podrían hacer los periodistas. Así subieron al estrado.

El primero fue Urtasun, que habló tranquilo. Se posicionó del lado de las víctimas. Y comenzó un discurso que repetiría en cada una de las preguntas que más tarde los periodistas le harían: Que “los mecanismos de detección y prevención de Sumar han fallado”, que Sumar actuó con celeridad, contundencia, e incluso de forma inmediata, que se exigieron responsabilidades desde el principio, que fue la propia secretaria del partido -Díaz- la que llamó al acusado, que entiende que “los hechos han podido quebrar la confianza depositada en Sumar”...

Íñigo Errejón, acusado por presunto acoso sexual.

Y luego llegó el turno de Andrades. Con una voz mucho más rota, incluso sollozando. La encargada de la sección de feminismos del partido mostró su empatía y dolor por lo sucedido y anunció cuatro nuevas medidas de prevención e investigación interna dentro de Sumar, a pesar de que esos mecanismos descritos ya fueron aprobados en la primera asamblea del grupo parlamentario de este 2024, como apuntaron los periodistas. Y cuando se aparta del micrófono, se acerca a Duval para apoyar la cabeza en su hombro. Una acción que no pasó desapercibida y que dio cierta sensación teatral.

El resto de los comparecientes no hablaron. Se mantuvieron de pie, con los brazos cruzados y la cara estática. Sin muecas, pero reafirmando todo lo que sus compañeros habían contado.

El turno de las preguntas

Es el turno de las preguntas, y los reporteros cuestionan la veracidad de las afirmaciones de que no se tenían antecedentes de este tipo de incidentes, considerando que en 2023 una mujer ya había publicado un tuit denunciando comportamientos machistas por parte del político. “Si lo hubiéramos sabido antes, Errejón se hubiera ido antes”, repite constantemente Urtasun. Los periodistas insisten, incrédulos: algunos medios aseguran directamente, incluso, que “Más Madrid lo sabía”, aunque sin dar pruebas. La cúpula de Sumar responde repetidamente que “lo importante son las víctimas”, sin aclarar quién ocupará el puesto de Errejón.

El acto termina. Y, de la misma manera que han entrado, los actores políticos salen de la sala. Por la puerta de atrás.

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