Felipe VI se despide de los Premios Princesa de Asturias. A partir de la próxima edición, será la princesa Leonor la que haga de anfitriona y se convierta en la gran protagonista de este evento. El monarca cede su testigo a la heredera y será ella quien lea la biografía de todos los premiados. Ha quedado en el aire si el rey dará también un discurso al año que viene. De momento, el de este año no ha dejado indiferente.
Desde el atril del teatro Campoamor de Oviedo, el jefe del Estado ha advertido del alto nivel de polarización en la sociedad en un contexto en el que las guerras abren todos los informativos y ha abogado por el multilateralismo y la cooperación internacional. “La historia nos alerta de las graves consecuencias de apartarse de ese camino. Como nos alerta de los graves riesgos de la polarización, de la negación del otro por sus convicciones o creencias; porque piensa, reza o vota distinto”, ha apuntado el monarca, que ha centrado su intervención en esta idea.
“Dice una de nuestras grandes pensadoras, Adela Cortina, que ‘el peor castigo que puede infligirse es la condena a la invisibilidad, a ignorar la existencia del otro, el rechazo y el desprecio’. Lo estamos viendo estos días, con las imágenes atroces de muerte y desolación que nos llegan de Oriente Próximo, de Ucrania, de África y de otros lugares del mundo, asolados por conflictos abiertos y violaciones sistemáticas de los derechos humanos, que nos obligan a una llamada incesante a la contención y a la humanidad; también a la denuncia y a hacer lo posible para que la paz y la seguridad vuelvan a ser compatibles, complementarias y conducentes a la convivencia, o al menos la coexistencia”.
El rey ha puesto en el centro a las personas y ha alertado de un “riesgo latente” de deshumanización “entre avances tecnológicos inimaginables”. “Vosotros, los premiados, nos recordáis que, en el centro de cualquier discurso, acción o decisión, ya sea en el ámbito económico, social, político o artístico, debe seguir estando -siempre y de manera ineludible- la persona”. Y ha continuado: “La persona a través del amor, la belleza, la entrega, el compromiso, la compasión, la búsqueda de los límites del saber o la defensa de las libertades. Nos ponéis delante, en definitiva, de aquello que nos engrandece y nos ayuda a realizarnos”.
“Defender la dignidad de la persona significa también proteger y fomentar el régimen de derechos y libertades que la garantiza, y que fundamenta nuestra democracia. Y, en el ámbito exterior, implica reforzar la arquitectura de tratados e instituciones que sustenta a la Comunidad Internacional. El multilateralismo y la cooperación, sin duda, son nuestras mejores herramientas para afrontar los desafíos globales de nuestro tiempo”, ha afirmado.
Mensaje a las instituciones
En este sentido, y para finalizar su discurso, ha hecho referencia a la obligación de las instituciones, pero también de la sociedad civil, de “luchar contra todo aquello que se separe, siquiera un ápice, de ese respeto integral que debemos a la persona, a la dignidad de cualquier ser humano; contra todo lo que se separe de la voluntad y el compromiso de seguir construyendo sociedades capaces de convivir y dialogar”.
Finalmente, Felipe VI ha citado al escritor Henry David Thoreau: “Todo hombre tiene como tarea hacer su vida digna, hasta en sus menores detalles, y es, ciertamente, una tarea noble y digna, la de mostrar, reconocer y celebrar el potencial de todo ser humano. Por eso hoy, en esta ceremonia, estamos aquí para celebrar el vuestro: el mérito que se encierra en cada uno de vosotros, en vuestra vida y en vuestra obra”.