La cadena de supermercados francesa, Carrefour, ha iniciado la retirada de un lote específico de su tónico facial Loft, por la presencia de la bacteria Burkholderia cepacia, que puede representar un riesgo para personas mayores o con sistemas inmunológicos debilitados. Así lo ha comunicado este viernes la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) dependiente del Ministerio de Sanidad.
Concretamente, este aviso afecta al lote 3318999 del producto Carrefour Soft – Tónico Facial 250 ml, de la compañía Interdis, con sede en Francia, cuya distribución en España corre a cargo de Centros Comerciales Carrefour, S.A.
La retirada del mercado ya está en marcha, y Carrefour ha publicado una advertencia en su página web oficial. En ella, se solicita a los consumidores que posean este lote que se abstengan de utilizarlo y que lo devuelvan en la tienda más cercana para obtener un reembolso.
La Aemps ha comunicado estas medidas a las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas para asegurar su difusión. Es importante destacar que este problema se limita exclusivamente al lote mencionado, y que los demás productos de la misma gama “no se encuentran afectados por esta comunicación y por lo tanto se pueden seguir utilizando sin ningún problema”.
La bacteria Burkholderia cepacia es conocida por su resistencia a ciertos antibióticos y puede causar infecciones en personas con condiciones de salud comprometidas. Por ello, la retirada del producto es una medida preventiva para evitar posibles complicaciones de salud en los consumidores.
El segundo cosmético retirado esta semana
Este martes, la AEMPS informó de la retirada de otro producto cosmético por sus consecuencias graves en la salud humana. El artículo en cuestión contenía ácido salicílico “en una concentración superior a la permitida” y por ello “puede presentar un riesgo grave para la salud”.
Se trata del cosmético Laviderm – Lavi Salipure Peeling Chemical Peel, un producto exfoliante de Laboratorios LaviGor 700. Su venta estaba destinada principalmente a profesionales, que lo distribuían en sus clínicas, por lo que existe el riesgo de que otros usuarios hayan adquirido este producto.
El problema ha estallado por uno de sus componentes, el ácido salicílico. Este es uno de los ingredientes estrella en la cosmética y se utiliza principalmente para combatir el acné. El ácido salicílico es un tipo de beta-hidroxiácido y actúa como un exfoliante químico, eliminando células muertas y mejorando la apariencia de manchas en la piel. El producto estimula la renovación celular y elimina el exceso de sebo en los poros debido a su solubilidad en aceite.
Sin embargo, en cantidades no controladas, puede tener graves consecuencias de salud, como irritación en los ojos, hinchazón en la cara o las manos, alteraciones del sistema nervioso central, en el equilibrio ácido-base del organismo y el tracto gastrointestinal en el caso de ingesta en grandes cantidades, lo que puede derivar en delirios, temblores e incluso el coma.
Por tanto, la sustancia debe cumplir con las concentraciones establecidas para evitar efectos adversos. En Europa, el uso de ácido salicílico en productos cosméticos está regulado por el Reglamento 1223/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo, que establece restricciones específicas para su uso. Concretamente, establece una concentración máxima del 3% para productos capilares que se aclaran y del 2% para el resto. Para usos distintos al conservante, no debe superar la concentración de 0,5%, según este reglamento.