El pasado 3 de octubre, la cantante Mar Lucas hacía público el maltrato que había sufrido por parte de una de sus exparejas al publicar su canción Rota. Dando un golpe sobre la mesa, la de Sitges le hacía saber a su exnovio que era consciente de todo los maltratos que había sufrido durante su romance y el trauma que todavía sufre cuatro años después.
El tema, que va dedicado a Naim Darrechi, fue una manera de liberarse y perdonarse a sí misma por soportar las supuestas agresiones y desprecios sufridos en la relación. Sobre esto mismo, se sinceró en una entrevista con Inés Hernand, donde habló con pelos y señales sobre la tortura que vivió con el influencer. No obstante, su infierno no ha acabado, ya que como ha contado en un video publicado este jueves, Darrechi la ha amenazado con publicar vídeos íntimos de ellos para destrozar su reputación como artista.
“Estoy harta de ser la que calla, de ser la juzgada al detalle, de ser la que tiene que hacerlo todo perfecto mientras otros siguen con su vida normal, haciendo daño sin consecuencias. Esta es la realidad de lo que ha pasado y sigue pasando...”, ha empezado confesando en la publicación. En esta, ha revelado que le cuesta encontrar las palabras y que desde que publicó la canción en la que admitía el maltrato, todo ha ido a peor: “Al día siguiente me llegó un mensaje de forma pasivo-agresiva por parte de mi expareja con vídeos íntimos nuestros. No es la primera vez que me amenaza con eso”.
“Estoy harta de vivir con miedo”
Según la cantante de Llorando en el Lambo, no es la primera vez que la amenaza con hacer públicas estas imágenes, y ella le ha tenido que “suplicar mil millones de veces” porque no vean la luz: “Obviamente, no quiero que salgan a la luz porque me veo y me doy asco a mí misma”. Lucas ha estado trabajando durante cuatro años por cumplir su sueño de ser artista y suplica porque su carrera no se acabe por culpa de estos vídeos. Por ello, ha querido poner el tema sobre la mesa a sus seguidores y seres queridos.
Además de esto, también ha admitido otro de los episodios traumáticos que vivió tras la ruptura: “Él me llamaba, lo bloqueaba y me volvía a llamar desde otro número nuevo. Así con cinco o seis números distintos. Los primeros años cuando yo lo bloqueaba, de alguna manera, él públicamente siempre subía indirectas o me intentaba quemar y llegué a la conclusión de que prefería todos esos mensajes a mí antes de que publicara ese tipo de cosas”.
Finalmente, se ha sincerado desde lo más profundo: “Yo no quiero seguir viviendo así, estoy harta de vivir con miedo. Lo único que quiero es que él sea feliz y me deje en paz. Yo no quiero callarme ahora y que siga así dos años más”. Y ha avisado a otras víctimas de “que callar no sirve absolutamente de nada”, a pesar de que la sociedad nos dirige siempre “a que tenemos que callar”. Y aunque ha confesado que este episodio no va a poder olvidarlo “por completo”, ha conseguido aprender a vivir con ello porque “cada vez duele menos”.
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