Los momentos clave de Íñigo Errejón: de Podemos y su ruptura con Pablo Iglesias al beso con Manuela Carmena y su integración en Sumar

El portavoz parlamentario ha anunciado este jueves su dimisión del grupo liderado Yolanda Díaz, en medio de unas acusaciones de acoso machista

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El líder de Más País, Íñigo Errejón. (Eduardo Parra/Europa Press)
El líder de Más País, Íñigo Errejón. (Eduardo Parra/Europa Press)

19 de septiembre de 2014. Podemos celebra un acto en Londres para hablar sobre los problemas de España y apoyar a los miles de “jóvenes exiliados económicos” que viven y trabajan en la capital británica. Al evento acuden cerca de 500 personas —lleno absoluto, con todas las entradas agotadas en menos de un día—, y participan reconocidas personalidades de la izquierda como el director de cine Ken Loach y el escritor Owen Jones. Es la puesta de largo internacional del nuevo partido político, fundado ese mismo año y que en mayo, sorprendiendo a todo el mundo, había logrado cinco escaños en las elecciones europeas, convirtiéndose en el cuarto partido más votado en el país.

El movimiento pretende trastocar el panorama político y acabar con el bipartidismo. Sus líderes, desconocidos hasta entonces, son las nuevas rock stars de la izquierda en la región —esa tarde, se reunirán con Julian Assange en la Embajada de Ecuador—, representantes de la generación JASP —jóvenes, aunque sobradamente preparados— que, por primera vez, demuestran que se puede aspirar al poder. Y uno de sus rostros más reconocibles, que en ese instante tiene 30 años, aunque parece mucho más joven, es el organizador del acto en Londres, el exitoso jefe de la campaña electoral europea: Íñigo Errejón.

Este momento congelado en el tiempo es quizá uno de los recuerdos más felices de Podemos y sus fundadores, cuando todo era esperanza y buenos propósitos, y refleja su irrupción por la puerta grande en el mundo de la política. También resume quién es, o quién ha sido, Íñigo Errejón: un ‘animal político’, como se suele decir, que se ha dedicado toda su vida a la política y que durante casi una década, junto con Pablo Iglesias, ha sido una de las figuras principales de la ‘nueva izquierda’ española. Hasta ahora.

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“Cuando le vi, aparentaba como seis años”

Nacido en Madrid el 14 de diciembre de 1983, Íñigo Errejón creció en un entorno familiar comprometido con las ideas de izquierda. Su padre, José Antonio Errejón, fue un alto funcionario del Estado y militante en movimientos como el Partido de los Trabajadores y Los Verdes, mientras que su madre, María de los Ángeles Galván, es bióloga y activista en círculos políticos.

Errejón se formó en la Universidad Complutense de Madrid, donde obtuvo su licenciatura en Ciencias Políticas en 2006. Fue allí donde comenzó su carrera como activista universitario, participando en movimientos sociales y vinculándose a las Juventudes Anarquistas. En 2006 fundó la asociación estudiantil Contrapoder, que canalizaba las reivindicaciones anticapitalistas en el ámbito universitario. Allí, en la facultad, conoció a Pablo Iglesias.

”Cuando le vi, aparentaba como seis años. Le vi sentado en la puerta de la cafetería con un trocito de pan al que le echaba un sobre de azúcar y no pude evitar preguntarle que qué hacía con eso. Él me respondió que así era como un bollo suizo. En ese momento me dieron ganas de adoptarle, y efectivamente le adopté”. Así ha contado Pablo Iglesias, en la Cadena Ser, su primer encuentro con Errejón. Tenían 24 y 19 años, respectivamente, y fue el inicio de una relación que no fue ‘amistad a primera vista’, pero que se fue cimentando con el tiempo y los intereses comunes, pese a que Iglesias era comunista y Errejón, anarquista. “Nos conocimos enfrentados, pero no tardamos mucho en comprender que veníamos del mismo sitio y debíamos cuidarnos porque nos quedaba mucho camino por recorrer juntos”, ha escrito Errejón en su tesis doctoral.

Errejón y Pablo Iglesias. (Sergio Perez/Reuters)
Errejón y Pablo Iglesias. (Sergio Perez/Reuters)

Y el camino que siguieron, como números 1 y 2 del partido político que impulsarían, es hoy conocido por todo el mundo: la fundación de Podemos, el éxito en las elecciones europeas de 2014, la fama para los ‘cabecillas’ —Iglesias, Errejón, Juan Carlos Monedero y Carolina Bescansa se convirtieron pronto en invitados habituales de las televisiones—, y la consolidación en las elecciones generales de 2015, cuando lograron más de tres millones de votos y confirmaron la cuarta posición, tras PP, PSOE y Ciudadanos.

Sin embargo, en medio de este recorrido ascendente, Podemos se convirtió también en el escenario de múltiples luchas personales, rencillas internas y disputas públicas. Las tensiones culminaron en 2017 durante la Segunda Asamblea Ciudadana de Podemos, también conocida como Vistalegre II, donde se eligió la nueva dirección del partido. Aunque Errejón no disputó la secretaría general, su plataforma, Recuperar la Ilusión, fue derrotada por la de Iglesias. No es sólo una lucha política, sino personal y de egos: Errejón siente que Iglesias se ha transformado en un “caudillo” rodeado de una “corte” de admiradores, y que el partido ha dejado de acoger el debate y las diferencias de opiniones.

Errejón y Pablo Iglesias. (Espacinsular)
Errejón y Pablo Iglesias. (Espacinsular)

Tras esta asamblea, Errejón fue desplazado de su rol como portavoz en el Congreso y, aunque se le asignó un nuevo cargo en la Secretaría de Análisis Estratégico y Cambio Político, sus diferencias con Iglesias eran ya más que evidentes. “Empiezo a tener la sensación de que estoy metido en una trampa, de que es una manera de ir haciéndome desaparecer sin ruido””, cuenta Errejón en su libro Con todo. De los años veloces al futuro. “Me levantaba cada lunes con arcadas. Tenía auténtico rechazo físico a ir a la sede”, añade.

De Manuela Carmena a Sumar

Entonces, llega una oportunidad: en 2019, tras años de tensiones y disputas por el control, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, rompe con Podemos, y Errejón se pasa a su lado para fundar Más Madrid. El beso en la boca entre ambos, en un evento de reivindicación de los derechos del colectivo LGTBI, fue la imagen que sellaba a la vista de todos esta nueva alianza.

La formación se presentó como una alternativa progresista, alejada de la confrontación ideológica directa que caracterizaba a Podemos bajo la dirección de Iglesias, y en mayo fue la segunda fuerza más votada en la Comunidad de Madrid, con un 14.69% de los votos y 20 escaños, aunque sin fuerza suficiente para formar gobierno.

Íñigo Errejón y Manuela Carmena. (RTVE)
Íñigo Errejón y Manuela Carmena. (RTVE)

El siguiente paso fue la creación de Más País en septiembre de 2019, un partido con ambiciones nacionales. Pero el intento no cuajó: en las elecciones generales, se quedó en tres escaños; uno de ellos, para Errejón, que logró mantenerse como una figura relevante en el Congreso de los Diputados. Y el último movimiento en este baile político se dio en 2023, cuando Más País se unió a la coalición Sumar, liderada por Yolanda Díaz, para las elecciones generales de ese año. Errejón fue de nuevo elegido diputado por Madrid dentro de esa lista, y en enero de 2024, fue el elegido para sustituir a Marta Lois como portavoz de la formación. Con ello, cumplía ya una década en la primera línea de la política nacional.

Íñigo Errejón, nuevo portavoz de Sumar en el Congreso, alaba la gestión del Gobierno frente a un PP "irresponsable".

Pero este camino ha llegado ahora a su fin. Este jueves, Errejón ha presentado su dimisión como portavoz de Sumar y ha dejado el acta de diputado y todas sus responsabilidades políticas, en medio de unas acusaciones de violencia machista difundidas en redes sociales. “Siempre seguiré militando y comprometido, pero para mí se acaba esta etapa política institucional y espero contribuir así a la renovación generacional y de cuadros e ideas que las fuerzas democráticas y populares necesitan”, ha publicado en Twitter. Y finaliza: “Llevo tiempo trabajando en un proceso personal y de acompañamiento psicológico, pero lo cierto es que para avanzar en él y para cuidarme, necesito abandonar la política institucional, sus exigencias y sus ritmos”.

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