La vida de Errejón fuera de la política: sus parejas, las diferencias con sus compañeros y su polémica con un vecino de Lavapiés

Íñigo Errejón anunciaba hoy que ponía fin a su carrera política. El dirigente presentaba hoy su dimisión como portavoz de Sumar, dejando el acta de diputado y todas sus responsabilidades políticas. En un comunicado señalaba que esta década en primera línea política ha desgastado su salud afectiva, mental y su “estructura afectiva y emocional”, argumentando que es algo que “en mayor o menor medida” experimenta toda persona que esté en esa posición “durante un tiempo prolongado”. Añadía que tras “un ciclo intenso y acelerado, había llegado “al límite de la contradicción entre el personaje y la persona”.

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Un cese que se produce después en redes sociales se le acusara de un episodio de violencia machista a raíz de una publicación de la periodista Cristina Fallarás. En esta imagen podemos ver un testimonio anónimo de una mujer en el que relata su experiencia con “un político muy conocido” que “viven en Madrid”. Le describe como un “maltratador psicológico”, “un verdadero psicópata” que “pide hacer prácticas humillantes” en lo que al sexo se refiere.

Desde que estallara la noticia, el revuelo mediático no ha dejado de crecer. El diputado y portavoz parlamentario de la formación de Yolanda Díaz es uno de los políticos más conocidos del país, aunque su vida personal siempre ha estado en un segundo plano y pocos son los datos que se conocen sobre ella. Sin embargo, ha estado envuelto en más de una polémica.

El líder de Más Madrid ha estado envuelto en varias controversias. Uno de los episodios más sonados se refiere a la acusación por parte de un vecino de Lavapiés. En marzo de 2023 salía a la luz que el diputado había rechazado llegar a un acuerdo con él, tras acusarle de haberle propinado una patada en mayo de 2021.

En octubre de 2022, el residente de este barrio madrileño presentaba una demanda de conciliación en los Juzgados de la capital por presuntos delitos de calumnia e injurias al considerar que Errejón había tentado contra su honor en varias intervenciones en medios de comunicación. Además, alegaba que había formulado una denuncia falsa y le había calificado de “energúmeno de extrema derecha”.

Errejón ha mantenido siempre un enfoque reservado sobre su vida privada, limitándose a ofrecer pequeños destellos de su intimidad. Sin embargo, hay ciertos datos que se conocen. Su relación más destacada fue con Rita Maestre, compañera de partido y actual portavoz del Ayuntamiento de Madrid. Ambos se conocieron en 2008 en plena efervescencia de sus carreras políticas. La primera pista pública de su relación apareció en 2011, cuando Errejón le dedicó un emotivo pasaje en su tesis doctoral, un gesto que fue interpretado como una confirmación de su romance. Su unión estuvo marcada por las idas y venidas.

Tras el fin de su relación con Maestre, fue vinculado sentimentalmente con la periodista Glòria Mena, una figura conocida de La Sexta. Aunque se conocieron en 2015, su vínculo no se confirmó hasta 2019, cuando fueron fotografiados durante una escapada a La Rioja. Esta relación también estuvo marcada por su discreción. Errejón dejó entrever algunos aspectos de su intimidad en su libro Con todo, publicado en 2020, donde mencionaba de forma indirecta la influencia que personas cercanas, como Mena, habían tenido en sus decisiones políticas.

Las tensiones entre Errejón y otros actores políticos tampoco han pasado desapercibidas. Roberto Vaquero, presidente del Frente Obrero, contó hace cinco meses en el podcast de Jordi Wild que su relación con el líder de Más Madrid ha sido siempre conflictiva. “Yo con Errejón me he llevado muy mal desde siempre, desde la época que tenían el colectivo 1984. Pero, de hacernos guerras de carteles, de tener historias”, explicaba. Añadía que el ahora ya exdiputado antes era “de las juventudes anarquistas” y “muy anticomunista”. Asimismo, confirmaba que “con el grupo que tenía era muy violento y muy agresivo”.

La relación entre Íñigo Errejón y Pablo Iglesias fue, durante muchos años, uno de los pilares sobre los que se edificó el proyecto político de Podemos. Ambos se conocieron en la universidad, donde compartieron una intensa actividad política y una amistad que trascendió lo personal para convertirse en una alianza estratégica. Tal era su unión que el portavoz de Sumar llegó a describir a Iglesias como “centro vital y de orden”.

Durante los primeros años, la conexión entre ambos líderes era inquebrantable. De hecho, solían reunirse en sus casas para cenar, compartir ideas y, sobre todo, negociar las diferencias de una manera informal y distendida. No obstante, las diferencias políticas empezaron a hacer mella en ellos. En ese contexto, dejaron de reunirse tanto, lo que provocó que fueran pediendo la capacidad de interpretar con buenos ojos las acciones del otro.