Condenan a dos años y medio de prisión a una influencer por ‘castigar’ a su hija pequeña metiéndola en agua fría cuando tenía una rabieta

La madre compartió en redes sociales que “sumergía a su hija en agua fría” para que desapareciesen sus gritos y lloros. Ahora, ha sido condenada por un delito de violencia doméstica

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Las rabietas son una conducta habitual entre los niños de 2 y 3 años de edad. (Infobae)
Las rabietas son una conducta habitual entre los niños de 2 y 3 años de edad. (Infobae)

Las rabietas de los niños pequeños son una parte fundamental de su desarrollo y comportamiento en edades tempranas, especialmente entre los dos y tres años de edad. Es deber de los padres saber gestionarlas de la mejor manera posible para enseñar a los hijos que, con estos sonoros enfados, no consiguen su objetivo, y así evitar que se reproduzcan en el futuro. La educación de los niños pequeños no es una tarea fácil, pero es un elemento esencial que desarrollará la personalidad y comportamiento posterior de los hijos.

Lo que no se debe hacer bajo ningún concepto es replicar las tácticas de una madre portuguesa (e influencer) para erradicar los enfados de su hija de 3 años. A través de un vídeo publicado en redes sociales, la madre expuso los métodos utilizados cada vez que su hija soltaba un berrinche. En la piscina de la casa familiar, la niña “se sentó en el suelo a llorar y decir que no podía caminar. Lloró y gritó”. Joana Mascarenhas, la madre, continuó diciendo que solo tenía dos opciones: “dejarla que se hartase de llorar y que descubriese que no conseguía nada”, o —aquí es donde viene el delito por el que le han condenado— “meterla en la piscina, ella odia el agua fría”. Como la niña siguió llorando, su madre optó por la segunda opción; aún con el uniforme escolar, la cogió y la sumergió hasta el cuello. La madre finalizó las polémicas declaraciones con una frase que lo resume todo: “Sabe que si hay rabieta, va al agua”.

Esta táctica de sumergirla en agua también la ha llevado a cabo en momentos nocturnos, cuando la niña tenía “terrores nocturnos” y se despertaba llorando. “A partir de cierto momento, ella ya no tenía terrores nocturnos y montaba rabietas porque quería que fuésemos a estar con ella”. Por ello, replicando el método de la piscina, la madre cogía a la niña y la sumergía en el agua fría de la bañera. Acto seguido, la niña se durmió durante “tres horas seguidas”. Otra vez, Mascarenhas concluyó su mensaje diciendo que “la niña se dio cuenta de que no puede tener rabietas en la piscina o en casa porque puede perder”.

Condenada por un delito de violencia doméstica

La difusión de estas anécdotas en redes sociales han permitido que el Tribunal Penal Local de Lisboa haya actuado ante tales prácticas, condenando a la madre a dos años y seis meses de prisión por un delito de violencia doméstica. La sentencia del tribunal explica que el trato a la menor de 3 años fue “humillante e indigno”, y que es una forma “forzosa” de resolver los conflictos familiares. El tribunal portugués sentencia que “no es una forma de cuidar”.

Además de la imposición de la pena de prisión —que, previsiblemente, no cumplirá, debido a que la madre no posee antecedentes penales—, Joana Mascarenhas deberá indemnizar a su propia hija con 1.000 euros y seguir un plan de reinserción.

Consejos sobre cómo actuar durante una rabieta

La pediatra Anna Estapé ha propuesto una serie de consejos para poner en práctica en momentos de rabieta, en una entrevista con La voz de la salud. Lo primero que los padres deben hacer es mostrar una predisposición a escuchar al hijo. “Tenemos que hacerlo con calma porque si tengo una rabieta que es fuego y respondo con nervios, gritos y castigos, estoy poniendo gasolina en ese fuego, estoy avivándolo más”, explica Estapé.

También, es importante reflejar empatía verbal y no verbal: “Es importante dar respuesta con palabras, con empatía verbal, pero también con la no verbal: la cara, los ojos, mi postura… Todo esto es importante porque los niños perciben mucho esta empatía no verbal”, declara la pediatra.

Por último, se debe acompañarles en la rabieta hasta que el pico emocional más alto se ha superado. “Acompañar esa rabieta sin prisas, el tiempo que haga falta y la rabieta durará lo que tenga que durar”, aconseja Anna Estapé.

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