Una copiloto de avión hace una pausa para ir al baño sin respetar el protocolo y el piloto le prohíbe volver a la cabina en pleno vuelo

Una disputa y una sanción: así fueron los momentos de tensión vividos en el aire

SriLankan Airlines flight UL604 AAP Image/JAMES ROSS via REUTERS ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE WAS PROVIDED BY A THIRD PARTY. NO RESALES. NO ARCHIVE. AUSTRALIA OUT. NEW ZEALAND OUT

Un zumbido estático llena el ambiente, acompañado de un leve murmullo y, a ratos, el llanto de un bebé. El aire, quizás un poco demasiado frío, lleva el olor tan particular del aire acondicionado, aunque a veces llega un aroma a café o al contenido del bocadillo de algún otro pasajero. De vez en cuando, una sacudida leve desvela a los pasajeros que, agotados por el largo vuelo de más de 10 horas de Australia a Sri Lanka, tratan de conciliar el sueño a ver si, con suerte, pueden saltarse la espera y despertar una vez el tren de aterrizaje rebote contra la pista.

De repente, un revuelo: la copiloto del avión trata de volver a entrar en la cabina después de una breve ausencia para ir al baño, pero sin ningún éxito, ya que su propio compañero ha cerrado la puerta y se niega a dejarla pasar, seguramente provocando confusión y algo de miedo entre los pasajeros que, sin ninguna información, tratan de averiguar por qué la copiloto no puede acceder a la cabina. Aunque no es la peor situación que puede darse en un avión, como demuestran los pasajeros de un vuelo Vancouver-Singapur que sufrió graves turbulencias.

Así fue la situación vivida por los pasajeros a bordo del vuelo UL 607 de SriLankan Airlines en un trayecto Sydney-Colombo el pasado 14 de octubre. El capitán, descontento porque su compañera se había ausentado para ir al aseo sin seguir el protocolo, que recoge la necesidad de hacer arreglos para que otro miembro de la tripulación sustituya en caso de ausencia, se encerró en la cabina del avión y no dejó que su compañera volviese a entrar hasta que intervino el resto de la tripulación. Cualquier tipo de situación conflictiva que se de durante un vuelo, de no encontrar resolución, puede provocar que se realice un aterrizaje de emergencia, como pasó cuando una mujer que volaba de Oslo a Málaga encontró un ratón vivo en la comida del avión.

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Lo cierto es que, incluso desde el desconocimiento del protocolo, parece más bien una acción contraproducente y, en cierta manera, infantil, ya que, además de generar una disputa, no sirve ningún propósito. Acabó por ser más grave la rotura de protocolo por parte del capitán, además, ya que se le ha prohibido volar, al menos hasta que concluya la investigación en curso.

Trabajadores limpiando el exterior de un Airbus 340 de la flota de SriLankan Airlines (REUTERS/Dinuka Liyanawatte/File Photo)

Otro traspié para una empresa que ya está en deterioro

Es, además, un duro golpe: es mala publicidad para la empresa, que ya está en una situación de deterioro y gravemente endeudada. SriLankan Airlines es la aerolínea más grande del país, con casi 6.000 empleados. Sin embargo, sus retrasos crónicos y la escasez de personal les ponen en una situación complicada, que ya supuso la suspensión de algunos aviones de la flota por no poder permitirse la renovación de sus motores.

La situación de la compañía es tal que los sucesivos gobiernos del país han intentado vender la empresa, aunque sin ningún éxito. En 2023, el Fondo Monetario Internacional (FMI) exigió una reestructuración de las aerolíneas estatales deficitarias, incluida SriLankan Airlines, a cambio de un rescate de 2.900 millones de dólares para Colombo.

A pesar de que, por suerte, la disputa se pudo resolver durante el vuelo, aunque no sin generar momentos de tensión, y los pilotos pudieron aterrizar sin ningún problema, este incidente ha provocado que el regulador de la aviación de Sri Lanka, la Autoridad de Aviación Civil (CAA), inicie una investigación, lo cual no hace sino por añadir a la precaria situación de la aerolínea.

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