La relación materno-filiar de Carmen Cervera, conocida públicamente como Tita Cervera, y Borja Thyssen siempre ha estado marcada por varias idas y venidas. En algunos tiempos se les ha podido ver muy unidos y en otros la distancia habla por sí misma, pues cada uno hace su vida y apenas tienen algún tipo de contacto.
En los últimos meses, su vínculo pender de un hilo, pues llevaban un largo tiempo sin fotografiarse en público. Además, en más de una ocasión, la baronesa Thyssen ha afirmado que la heredera de su legado artístico será su hija Carmen, una de las mellizas que tiene. Sin embargo, parece ser que todas sus diferencias han quedado atrás y ambos han firmado la paz, según desvela Diez Minutos este miércoles, 23 de octubre.
En la presentación de la retrospectiva del pintor Peter Halley, llevada a cabo en el Museo Thyssen de Madrid, madre e hijo han protagonizado una emotiva estampa al posar juntos para las cámaras. Además, junto a ellos también ha estado Blanca Cuesta, esposa de Borja Thyssen y quien casi siempre ha sido el motivo de las diferentes tensiones familiares. Y es que, tras casi una década de relación, Blanca y Borja decidieron unir sus vidas en matrimonio, algo que la baronesa consorte de Thyssen-Bornemisza calificó de “precipitado”.
Junto a Tita, Borja y Blanca también estaba Francesca, la hija del barón Thyssen. Todos posaron juntos y sonrientes para las cámaras, una estampa que pone de manifiesto que la familia ha acercado posturas. De acuerdo con la información de la revista del corazón, Borja Thyssen y Blanca Cuesta viajaron desde Dubai, donde reside el matrimonio junto a sus cinco hijos. La muestra inaugurada esta semana por los Thyssen pertenece a la colección particular de Blanca y Borja, lo que explicaría su presencia en la misma de manera oficial.
El motivo detrás de su mala relación
La dinamitada relación madre e hijo tiene varias motivaciones detrás. Como se ha mencionado anteriormente, el matrimonio de Borja y Blanca es una de las razones por la que su vínculo saltó por los aires. Aquello marcó el inicio de todo lo que vendría detrás, pues a ello se sumó la gestión de las empresas familiares y el reparto de la herencia tras la muerte de su padre.
No obstante, todo apunta que el trato distante y poco fluido forma parte del pasado y, ahora, la intención de Tita Cervera es recuperar la relación con su hijo y sus nietos, que tienen entre 17 y 4 años. Una vez lo haya logrado, también intentará restablecer el vínculo familiar con sus dos mellizas, Carmen y Sabina, quienes vinieron al mundo hace 18 años por gestación subrogada cuando la baronesa tenía 63 años. Las niñas apenas han sido vistas con su hermano, aunque desde que son mayores de edad, han posado abiertamente con su madre.
El deseo de la baronesa es mantener a su familia unida y está haciendo todo lo posible para que mantengan una relación de hermanos. Sin embargo, el hecho de que hace unos meses Tita Cervera haya dicho que confiaba en su hija Carmen para llegar la gestión de la herencia cuando ella no esté, no sentó nada bien a Borja. Ahora, Diez Minutos asegura que aquello fue una estrategia para que su hijo cambiara de actitud con respecto a ella y a sus hermanas.
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