La multa de hasta 3.000 euros que puedes recibir si tienes una parcela y no cumples con este requisito obligatorio

En mayo de este año, un incendio provocado quemó 20 hectáreas de Crecente (Galicia). La comunidad galaica se enfrenta cada año, con la llegada del calor, a numerosos fuegos que ponen en peligro la flora y la fauna del territorio y, en ocasiones, también la vida de los habitantes de la región. Es tal el riesgo que 25 patrullas del ejército conformadas por efectivos de la BRILAT (Brigada Ligera Aerotransportable) se dedican exclusivamente a vigilar los bosques en las provincias de Lugo, Ourense y Pontevedra en un esfuerzo por prevenir incendios forestales.

Existen algunas medidas preventivas para reducir el riesgo de un incendio forestal más allá de la concienciación de los posibles visitantes, como la práctica de desbrozar, que consiste en la eliminación de malezas y malas hierbas, ya que con la llegada del verano este tipo de vegetación puede secarse, lo cual la convierte en un factor de riesgo de incendio. En Crecente, puede ser un grave problema: hay 5.000 parcelas sin limpiar, a pesar de que forma parte de los requisitos que sus propietarios deben cumplir.

En 2017, la Xunta se vio obligada a tomar medidas después de que una oleada de fuegos provocados calcinase 50.000 hectáreas (500 millones de metros cuadrados) y provocasen la muerte de al menos cuatro personas en apenas unos días. A partir del siguiente año, el plazo para tener limpias las parcelas se acortó un mes, pasando del 30 de junio al 31 de mayo, al tiempo que intensificó los controles. Volvió a modificarse en 2019, rebajando de 15 a 2 metros la distancia mínima obligatoria entre viviendas y árboles frondosas y de 25 a 15 en el caso de campings, gasolineras o instalaciones industriales, aunque se mantuvo igual la barrera de 50 metros para especies pirófitas (especies vegetales que prenden fuego muy fácilmente) como los pinos y los eucaliptos.

El año pasado se registraron 1.206 incumplimientos, según informa la Policía Autonómica, aunque el miedo a las sanciones ya está teniendo un efecto positivo y, de 2022 a 2023, tuvo lugar una disminución del 13,5% en este tipo de casos. Y es que la multa por saltarse esta normativa no es motivo de broma: los disidentes se enfrentan a una sanción de hasta 3.000 euros. Estas multas coercitivas serán de 900 euros por hectárea (o la parte proporcional para terrenos más pequeños), reiteradas cada tres meses en caso de incumplimiento, además del coste del desbroce. La cuantía mínima a imponer por multa coercitiva será, independientemente de la superficie de la parcela, de 100 euros.

El principal problema para aplicar la normativa es que no se ha podido identificar a algunos propietarios, aunque se publicó una lista descriptiva de estas parcelas que ocupaba varias páginas en el Diario Oficial de Galicia y detallaba que las personas responsables de estos terrenos de un total de 57,46 kilómetros de superficie figuran como “desconocidas”. El alcalde de Crecente, Julio César García-Luengo, apunta que la mayoría de estos terrenos miden entre 100 y 1.000 metros cuadrados, y “son montes y fincas que antes eran cultivables. Posiblemente muchas, de herederos de vecinos que, en su día, emigraron a Argentina, Venezuela o Brasil”.

Los propietarios cuyas fincas no estén desbrozadas tendrán un plazo de 15 días desde que sean notificados. Para todos aquellos que no se logre identificar, el plazo máximo para que sus parcelas estén limpias será hasta antes de finalizar el mes de mayo (de cada año). En caso de no hacerlo, será el ayuntamiento quien se encargue de llevar a cabo el desbroce, lo que costará a los dueños unos 1.688, 89 euros a 3.545, 82 euros por hectárea, en función del tipo de vegetación y de terreno. Como en Crecente hay 18 fincas sin dueño conocido que suman 34,5 hectáreas, limpiarlas costará 124.521 euros que la administración podrá repercutir en los propietarios, si logra dar con ellos.