Francisco Franco se establece en el poder en 1939 tras la cruenta guerra en el territorio español que dio paso a una dictadura de 40 años y que marcó enormemente la trayectoria de España en el siglo XX. Trece años antes, el 14 de septiembre de 1926, nace en Oviedo su única hija, Carmen Franco y Polo.
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Tras la muerte del dictador, es ella quien recibe todos los frutos de la vida de su padre, entre regalos propios de los altos círculos y la fortuna acumulada durante las cuatro décadas de régimen. Así, Carmen pudo vivir cómodamente de las rentas generadas por las propiedades de sus progenitores, aunque también vendió parte de su hacienda, como el palacete del Canto del Pico, que liquidó en 1988 por el valor de 881.845.800 pesetas, lo que hoy en día equivale a 5,3 millones de euros. Ni que decir tiene, entonces, teniendo en cuenta que esta era solo una de las múltiples propiedades de la familia, que la fortuna de los Franco es de un valor desorbitado.
Una fortuna multimillonaria repartida en más de 50 sociedades
Según resaltó Equipo de Investigación en programa emitido en 2012, los herederos del dictador no se quedan cortos en cuanto a la explotación de sus recursos, ya que se dedican, a través de sus inmobiliarias, a comprar y alquilar grandes edificios y minipisos. También son dueños de varios aparcamientos estratégicos en la ciudad de Madrid. Y es que, cuando en 2019 fallece Carmen Franco, esta fortuna se ve repartida entre sus siete hijos: Carmen, María de la O, Francisco, María del Mar y Franco, José Cristóbal, María de Aránzazu y Jaime Felipe, todos con apellido compuesto: Martínez Bordiú y Franco, que tuvieron que repartirse la friolera de 25 propiedades de pleno dominio repartidas por toda España que figuraban a nombre de su madre en el Registro de la Propiedad.
Esto es sin contar fincas rústicas, olivares, y otras tierras: en una investigación llevada a cabo por El País, la fortuna de los nietos de Franco ronda 100 millones de euros y aproximadamente 404 propiedades. Y serían 405 si en 2020 no se hubiese obligado a la familia a devolver el Pazo de Meirás por considerar que forma parte del patrimonio del Estado, aunque debido a controversias previas la familia había tratado de vender el palacete del siglo XIX sin ningún éxito. Además, El País contabilizó 89 viviendas, 266 plazas de garaje, 29 fincas, cinco locales comerciales y tres prados.
Una de las caras más visibles de la familia Franco, Francisco “Francis” Franco, reúne en su propiedad, según los investigadores de El País, 85 viviendas, 264 plazas de garaje, un solar, cuatro trasteros, cinco locales comerciales, tres fincas y un sótano, gestionadas a través de varias sociedades. Otra de las nietas de Franco, María de la O, también posee una fortuna de cinco millones de euros, según el artículo de investigación, aunque se desconoce el número de propiedades que le pertenecen.
Aun con todo, no se puede calcular el valor total de la fortuna de los Franco, que hoy día ya son 22 los descendientes del dictador, entre nietos y bisnietos. Según detalla el autor Mariano Sánchez en su libro Franco, SA, parte de esta imposibilidad se debe al hecho de que el patrimonio familiar está repartido en más de 50 sociedades, algunas de ellas inactivas y que no han sido auditadas por firmas independientes. Esto es uno de los vestigios que indican que aún quedan cosas por resolver en relación al terrible episodio de la historia española que se relaciona tan de cerca con el recorrido de esta familia.