Quién no ha soñado nunca con tener una isla y convertirla en un paraíso. Eso es lo que ha hecho la australiana Melita Koulmandas, originaria de Sydney, pero que se mudó a Camboya con su esposo cuando tenía 30 años. En principio nunca se había planteado apoderarse de un pequeño pedazo de tierra en el sudeste asiático. Pero ya han pasado 20 años desde que adquirió la isla tropical y la convirtió en un verdadero paraíso.
En unas vacaciones, habían visitado la isla Song Saa, en un viejo barco pesquero, cuando un aldeano se la ofreció por solo 15.000 dólares (13.880 euros). La pareja, que ahora vivía en Phnom Penh, en la capital de Camboya, decidió no desaprovechar la oportunidad. A pesar de que Melita había estudiado diseño, la emprendedora decidió convertirlo en un complejo hotelero.
Dificultades
Como ya hemos comentado, la primera dificultad es la formación y la experiencia nula en hotelería de Melita. Pero no es lo más importante, ya que la segunda y más complicada de afrontar era el estado “bastante complicado” de la isla.
“La isla estaba en un estado muy degradado en ese momento, por lo que comprarla fue solo el comienzo”, ha explicado Melita en una entrevista a Travel. Eso no detuvo a la emprendedora, que estaba decidida a sacar su nuevo negocio adelante.
La pareja consiguió recaudar el dinero necesario y crear un complejo turístico: el Song Saa Private Island. “En realidad, es mucho trabajo duro y requiere una inmensa dedicación y compromiso”, ha dicho la hotelera.
Pero la madre de tres hijos, de entre 9 y 16 años, ha admitido que la transformación del lugar no ha estado exenta de contratiempos. Durante las últimas dos décadas han pasado por un divorcio, un diagnóstico de cáncer y la pandemia, que impedía la llegada de turistas.
“Hemos tenido demasiados percances como para contarlos todos, pero lo bueno es que ninguno ha sido catastrófico. Cada uno nos ha enseñado lecciones valiosas”, ha confesado Melita.
Melita se ve a sí misma como una “guardiana” de la isla, junto con los lugareños y el personal de su resort. “Cuando llegué por primera vez, las aguas estaban completamente sobreexplotadas y las islas tenían cantidades importantes de basura”, ha declarado Melita.
Por eso, su equipo inició y cocreó el área marina protegida más grande de Camboya, además de crear la Fundación Song Saa, que respalda a todo, desde la conversación hasta la educación y la atención médica.
Resort de lujo galardonado
El complejo turístico ya ha obtenido múltiples premios a pesar de los altos precios. Parece ser que la elevada cantidad merece la pena por pasar una estancia ultra lujosa en uno de los lugares más paradisiacos del mundo.
La isla se encuentra a 45 minutos en lancha rápida desde el puerto más cercano y cuenta con villas sobre el agua y en la jungla, donde poder realizar prácticas éticas y sostenibles con el medio ambiente.
Paradas obligatorias
La hotelera también recomienda unas visitas que no pueden faltar antes y durante su estancia a la isla. “Camboya es muy diferente a Tailandia o Vietnam: tiene una energía única, distinta a la de cualquier otro lugar”, ha indicado Melita.
Además de ver los templos del país, lo cual considera un punto destacado, recomienda probar la comida. “También encontrarás increíbles experiencias gastronómicas de la granja a la mesa, adaptadas a todos los presupuestos”, ha afirmado. “Wat Chocolate es una visita obligatoria y, si eres amante del café, prueba 3 Corners Coffee, todos ellos cosechados por pequeños agricultores de Mondulkiri”, ha señalado la hotelera.