Una empleada que trabajaba como preservadora de órganos donados se encontraba haciendo su trabajo en la sala de operaciones, en octubre de 2021, cuando las enfermeras la trajeron un nuevo donante. Aunque el paciente había sido declarado muerto, pronto se dio cuenta de que algo no iba según lo planeado. “Se movía, se agitaba en la cama”, ha explicado la trabajadora, Natasha Miller en una entrevista a NPR.
A ella le parecía que estaba muy vivo. “Cuando nos acercamos, se podía ver que le caían las lágrimas. Estaba llorando visiblemente”, ha dicho Miller. La condición del donante hizo saltar las alarmas del hospital Baptist Health, en Richmond (Kentucky).
“No quiero tener nada que ver con esto”, ha declarado el cirujano encargado de la operación, según Miller. “Fue muy caótico, todos estaban muy molestos”, ha indicado la empleada. Entonces, Natasha señaló que escuchó al coordinador de casos del hospital de su empleador, Kentuchy Organ Donor Affiliates (KODA), llamar a su supervisor para pedirle consejo: “Entonces el coordinador llamó a su supervisor y él le dice que necesita encontrar a otro médico, que íbamos a hacer este caso”.
“La peor pesadilla”
Afortunadamente, la recuperación de órganos se canceló, pero algunos trabajadores de KODA renunciaron a sus puestos de trabajo debido a este incidente, incluida una compañera de Miller, Nyckoteletta Martín. “He dedicado toda mi vida a la donación y al trasplante de órganos. Ahora me da mucho miedo que se permita que ocurran estas cosas y que no haya medidas para proteger a los donantes”, ha afirmado Martin.
A Martin no le tocaba quirófano ese día, pero ha dicho que temió que la asignaran debido a la revuelta que hubo en el hospital. Empezó a revisar las notas del caso y se alarmó cuando llegó a leer que el donante mostraba signos de vida cuando los médicos lo estaban examinando del corazón.
“El donante se había despertado esa mañana durante el procedimiento que le habían hecho para un cateterismo y se retorcía sobre la mesa”, ha descrito Martin. El cateterismo cardíaco se realiza en potenciales donantes de órganos para evaluar si el corazón está lo suficientemente sano como para donarlo.
“Los médicos sedaron al paciente cuando se despertó y siguieron adelante con los planes de recuperación de órganos”, ha explicado Martin. Según Martin, los funcionarios restaron importancia al incidente después de los hechos. Ella se quedó consternada, ha asegurado.
“Es la peor pesadilla de todos. Estar vivo durante una cirugía y saber que alguien te va a abrir en canal y sacarte partes del cuerpo. Es horrible”, ha dicho Martin. “Varios de los empleados hemos necesitado ir a terapia. A muchas personas les paso factura, especialmente a mí”, ha confesado Martin.
El paciente donante
Donna Rhorer ha declarado que su hermano Anthony Thomas, conocido como TJ, fue el paciente hospitalizado al que le sucedieron tales hechos. “Anthony fue ese día al hospital debido a una sobredosis de droga”, ha explicado Donna, también a NPR.
A Rhorer le pareció que TJ abrió los ojos y miró a su alrededor mientras lo trasladan en silla de ruedas desde la unidad de cuidados intensivos a la sala de operaciones. “Fue como si fuera su manera de decir que todavía seguía aquí”, ha dicho Donna. Pero las enfermeras la dijeron que fue simplemente un reflejo. Ahora, TJ vive con su hermana y es su tutora legal.
“Desde que salió del hospital, TJ ha tenido problemas para recordar, caminar y hablar”, ha explicado Donna. Cuando pregunta a su hermano sobre lo que pasó aquel día, él responde: “¿Por qué a mí?” “Estoy muy enfadada”, ha expresado la hermana.
“Me siento traicionada por el hecho de que la gente que nos decía que tenía muerte cerebral y luego se despertó. Están tratando de jugar a ser Dios. Están casi eligiendo a quién se van a llevar para salvar a otras personas. Y uno pierde un poco la fe en la humanidad”, ha dicho Rhorer.
Investigación en curso
El incidente de KODA fue revelado en septiembre, gracias a la carta que Nyckoletta Martin escribió al Comité de Energía y Comercio de la Cámara de representantes, que celebró una audiencia para investigar a las organizaciones de obtención de órganos. La oficina del fiscal general del estado de Kentucky ha escrito una declaración en la que afirma que las autoridades están revisando las acusaciones.
Por su parte, la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA), también ha declarado que la agencia está investigando este caso. Por otro lado, el hospital Baptist Health ha comunicado en una carta a NPR: “La seguridad de nuestros pacientes es siempre nuestra máxima prioridad. Trabajamos en estrecha colaboración con nuestros pacientes y sus familias para garantizar que se respeten sus deseos de donación de órganos”.
“Incidentes como este son alarmantes y queremos que se informe y evalúe adecuadamente”, ha declarado Dorrie Dils, presidente de la Asociación de Organizaciones de Obtención de Órganos. Los funcionarios del sistema de obtención de órganos, los cirujanos y otros más trabajadores del sector han asegurado que existen protocolos estrictos para evitar que se produzcan extracciones de órganos inseguras.
Las acusaciones expuestas en el Congreso en septiembre han mermado la confianza en el sistema de donación de órganos, lo que ha llevado a una caída drástica de los números de personas que se inscriben para ser donantes, según ha comentado una carta publicada por la organización el 3 de octubre.