El mensaje de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) es claro: no tenemos suficientes médicos en formación especializada para cubrir las jubilaciones que se producirán en los próximos años. En un estudio realizado por el Sindicato Médico de Granada, calculan que faltan entre 3.892 y 4.808 médicos de Familia para hacer frente a las jubilaciones que se producirán entre 2023 y 2028.
Los datos salen del informe Oferta-Necesidad de Especialistas médicos 2023-2035, elaborado por el Ministerio de Sanidad, que muestra que un 60,4% de los facultativos de la Atención Primaria tienen 50 años o más, mientras que un 32% se encuentra por encima de los 60 años y, por tanto, próximos a la jubilación. Estos porcentajes son mayores en algunas comunidades autónomas como Castilla y León (43,8% por encima de los 60 años), Galicia (42,9%) o en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (42,5%).
Al sumar la atención hospitalaria y de urgencias, se calcula que existen unos 61.700 médicos de familia en el Sistema Nacional de Salud (SNS), de los que el 54,9% (33.894) tienen más de 50 años y el 27,8% (17.180), más de 60 años. Estos datos supondrán, en los próximos seis años, más de 17.000 jubilaciones, unas 2.850 por año, según cálculos del sindicato.
Para hacer frente a la marcha de estos profesionales, un máximo de 13.288 personas terminarán el MIR en Medicina Familiar y Comunitaria en los próximos seis años. Sin embargo, es muy probable que no todos acaben su especialidad. “Entre los años 2018 y 2022 el 6,9% no terminó su formación y, restando este porcentaje del total, estimamos que el total que puede terminar en estos seis años sería de 12.371 médicos”, comunica CESM. Este desajuste generará que se queden, al menos, 3.892 plazas sin cubrir en la sanidad pública, número que, ajustado al porcentaje de abandonos, se ubicaría en 4.808 vacantes.
CESM achaca este descuadre a la reducción de plazas MIR llevada a cabo tras la crisis de 2008. Con el gobierno de Zapatero, España redujo en más de mil el número de plazas disponibles. “El año 2015 comenzó una lenta recuperación, que en las últimas convocatorias se ha continuado y acelerado con el Gobierno Sánchez, hasta las 9.007 plazas de la convocatoria actual”, explican en un comunicado. Igualmente, se han incrementado las plazas en las facultades de Medicina. Tan solo este año, el Ministerio de Sanidad se ha comprometido a financiar un máximo de 1.548 plazas, mientras que La Rioja, Huesca, Burgos y León tienen tiene previsto abrir nuevosa centros de estudio en los próximos años.
Más de la mitad de las plazas de médico de familia podrían quedar desiertas
Los desajustes serán mayores en regiones como Cataluña, donde podrían quedarse hasta 1.205 plazas de Medicina Familiar y Comunitaria al descubierto. Se espera que se jubilen hasta 3.123 médicos en los próximos seis años y, como mucho, 2.060 MIR terminarán su formación para cubrir sus puestos. En Galicia, podrían perder el 43,7% de sus plazas (618) ante el número de jubilaciones esperadas, mientras que las ciudades autónomas se quedarían sin más de la mitad de sus médicos de familia (54,1%).
Tan solo en tres comunidades autónomas podría haber un superávit, pero no lo suficientemente grande como para balancear el sistema a nivel nacional: en Baleares, tendrían unos 34 médicos de más al finalizar el sexenio y en La Rioja sobrarían 7, mientras que en Cantabria el sistema quedaría igualado (213 médicos nuevos para 213 jubilaciones). En cambio, si se tienen en cuenta los posibles abandonos, solo el archipiélago tendría una situación aparente de superávit, con 9 médicos por encima de las jubilaciones.
Reajuste en 15 años: “No podemos formar médicos para que trabajen dos meses en verano”
Pese a que ahora se sufra una falta de profesionales, a largo plazo la situación podría cambiar. Pasados 16 años, España podría llegar a formar 35.721 nuevos médicos de familia, superando en más de 1.800 sanitarios las jubilaciones previstas. “Si en 2039 y siguientes continuamos con un ritmo de menos de 700 jubilaciones por año de Médicos de Familia en AP (...) nos encontraremos de nuevo, si no se marchan fuera a trabajar, con Médicos de Familia parados para trabajar dos meses al año y para poder ofrecerles contratos basura como en los años ochenta y noventa”, advierte el informe.
Los investigadores insisten, por tanto, en la necesidad de una “planificación a medio y largo plazo” para gestionar los recursos humanos acorde con las necesidades demográficas. “No podemos formar Médicos de Familia para que trabajen dos meses en verano y ofrecerles contratos por horas, días, de lunes a viernes… por mucho que pueda interesar a algún gestor”, concluyen.