Javier Bardem es uno de los actores más famosos de nuestro cine; y, posiblemente, también de Hollywood gracias a su asentada carrera de más de 30 años. No obstante, y contra todo pronóstico, también constituye uno de los matrimonios más sólidos del panorama nacional e internacional junto a Penélope Cruz. La pareja siempre se ha mantenido muy privada en torno a sus hijos y su situación familiar; de hecho, viven a caballo entre Madrid y Los Ángeles.
Sin embargo, este martes han compartido con la revista británica Gentlemans Journal unas imágenes y declaraciones bastante íntimas que reflejan por qué su alianza sigue tan viva como el primer día. Han publicado un reportaje de fotografías captadas por Cruz en el que muestran varios rincones de su hogar en Madrid y que muestra la misma química que los unió hace 33 años en el rodaje de Jamón, jamón de Bigas Luna.
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— Zak Maoui (@ZakMaoui) October 22, 2024
“Ella tenía 17 años y yo 22″, recuerda el actor sobre el momento en el que se conocieron. “Jamón, jamón fue su primera película y una de mis primeras películas. Una gran película. Nos conocimos en la prueba de vestuario, nos miramos y supongo que pasó algo. Algo que no tiene explicación y que va más allá de la lógica y el razonamiento. Pero, en aquel entonces, teníamos vidas diferentes... Sin embargo, algo había ahí: una energía, una química, una manera de confiar el uno en el otro. Y eso perduró durante mucho tiempo, a pesar de que no nos vimos ni hablamos durante muchos años”, ha confesado.
El mundo del cine los volvió a cruzar quince años después y en ese momento el amor fue tan fuerte que ya no volvieron a separarse. “Nos dimos cuenta de que el sentimiento seguía vivo. Muy vivo”, admite Javier Bardem. “¡Para nuestra sorpresa! Y resultó que los dos estábamos solteros en ese momento, así que, naturalmente, ocurrió lo que tenía que pasar: dos personas volvieron a conectar porque compartían un montón de cosas, mucho más de lo que imaginaban. Pero también compartimos que nos conocimos y nos conocíamos antes de todo el ruido, antes del éxito y antes de que nadie nos viera con otros ojos por lo que éramos o lo que nos habíamos convertido. Y esa es una base importante, confiar en alguien porque lo conoces de verdad y él te conoce de verdad”, recuerda el intérprete de No es país para viejos.
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Su mayor orgullo: sus hijos
Un año después de casarse en 2010, nacía en Los Ángeles su primer hijo, Leo, que actualmente tiene 13 años. Y en 2013, llegaba al mundo su segunda hija, Luna. El actor de Dune está muy concienciado sobre la paternidad que quiere ejercer y ha revelado a Gentlemans Journal que actualmente está leyendo la guía de la Dra. Shefali Tsabary, The Parenting Map, con el objetivo de convertirse en el mejor padre posible. “Así de importante es la infancia. Todos lo sabemos, pero debemos cuidar y ser muy sensibles con nuestros pequeños para que crezcan de forma saludable. Cada niño es una inversión para la sociedad”, ha reflexionado.
Y aunque confiesa que es un aspecto que todavía le cuesta, es muy consciente sobre el tipo de padre que no quiere ser: “Y ese es el que está encima de sus hijos, diciéndoles qué hacer, cómo hacerlo y presionándolos de una manera que no necesitan”. Por ello, su máxima preocupación es que reciban la mejor educación posible, lo cual considera que es la responsabilidad más importante que tendrá en la vida. Este motivo es el que le hizo meditar tanto sobre aceptar el papel para dar vida a José Menéndez en su última serie, Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez. En ella, Bardem debe de interpretar a un padre que supuestamente abusa durante años de sus dos hijos y que acaban asesinándolo para poder escapar de sus garras, y que está inspirada en la historia real de los brutales asesinatos ocurridos en 1989.