Escrivá sugiere revisar el impuesto a la banca para hacerlo más “neutral y justo”

A su modo de ver, el diseño actual del impuesto permite que ”las entidades financieras puedan ver cómo su base imponible se infla artificialmente, mostrando una rentabilidad mayor de la que realmente tienen”

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Jose Luis Escriva, new Governor of the Bank of Spain, delivers his first speech at the Bank of Spain headquarters in Madrid, Spain, September 24, 2024. REUTERS/Susana Vera
Jose Luis Escriva, new Governor of the Bank of Spain, delivers his first speech at the Bank of Spain headquarters in Madrid, Spain, September 24, 2024. REUTERS/Susana Vera

El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, ha sugerido una revisión del actual impuesto a la banca, a cuentas de hacerlo “lo más neutral posible”. En una reciente entrevista con el diario Expansión, Escrivá señaló que el diseño actual del tributo presenta problemas significativos al no permitir la deducción de provisiones bancarias, lo que puede generar distorsiones y afectar especialmente a determinadas actividades dentro del sector.

Escrivá es consciente de que los bancos centrales deben ser cautelosos al opinar sobre cuestiones impositivas, dado que los impuestos tienen un claro componente redistributivo que corresponde a las decisiones de los gobiernos elegidos democráticamente. Sin embargo, afirmó que desde su posición pueden contribuir al debate centrando la discusión en el diseño técnico de estos impuestos, especialmente en cuanto a su impacto sobre la neutralidad y el funcionamiento del sistema financiero.

Problemas con el diseño actual

El principal punto de crítica que Escrivá plantea sobre el diseño actual del impuesto a la banca es la no deducción de provisiones de la base imponible. Este aspecto afecta particularmente a aquellas entidades financieras que gestionan actividades con mayor riesgo, como es el caso del crédito a pequeñas y medianas empresas (pymes). Según el gobernador, este tipo de operaciones bancarias requieren más provisiones, lo que implica que las entidades que se dedican a ellas pueden estar siendo penalizadas en términos impositivos, ya que su base imponible no refleja correctamente su rentabilidad real.

“En la medida en la que no deduces provisiones de la base imponible, puedes estar penalizando en términos relativos una actividad bancaria sobre la que la imposición debería ser neutral”, explicaba Escrivá. Además, destacó que las provisiones tienden a aumentar en los ciclos económicos bajos, es decir, cuando la economía atraviesa momentos difíciles. En esas situaciones, los bancos deben hacer mayores provisiones para cubrir posibles impagos, lo que afecta su rentabilidad. Si el impuesto no contempla esta realidad, las entidades financieras pueden ver cómo su base imponible se infla artificialmente, mostrando una rentabilidad mayor de la que realmente tienen.

Neutralidad e impacto para las pymes

Otro problema que Escrivá identifica en el diseño del impuesto es la existencia de un límite mínimo de ingresos por debajo del cual algunas entidades quedan exentas del pago del tributo. Esto, según el gobernador, rompe con el principio de neutralidad que debería guiar cualquier sistema impositivo. En su opinión, todos los actores del sector bancario deberían estar sujetos a las mismas reglas fiscales, independientemente de su tamaño o volumen de negocio, para evitar que algunas entidades se vean favorecidas frente a otras. “El hecho de que se ponga un límite mínimo de ingresos rompe la neutralidad, porque los bancos que están por debajo de ese límite se libran del impuesto”, señaló Escrivá en la entrevista.

Uno de los puntos más relevantes de la propuesta de Escrivá es su preocupación por el impacto que el actual impuesto a la banca puede tener sobre la financiación de las pymes. Al tratarse de un sector más arriesgado, los bancos que conceden crédito a estas empresas deben hacer mayores provisiones, lo que aumenta su carga impositiva bajo el esquema actual. Este hecho puede desincentivar la concesión de créditos a las pymes, que dependen en gran medida de la financiación bancaria para sostener su actividad económica y generar empleo. Escrivá subraya la importancia de que el impuesto sea neutral para no distorsionar las decisiones de los bancos a la hora de conceder créditos, especialmente en sectores más vulnerables de la economía. Si el impuesto sigue castigando las actividades más arriesgadas, como es el caso de la financiación a pequeñas empresas, puede generarse un efecto negativo en la economía real.

La neutralidad como objetivo

Escrivá aboga por un rediseño que permita que el impuesto refleje mejor la realidad financiera de las entidades bancarias, permitiendo la deducción de las provisiones necesarias en cada ciclo económico. Además, considera que se deben eliminar los umbrales mínimos de ingresos para garantizar que todos los actores del sistema bancario estén sujetos a las mismas condiciones fiscales. El gobernador del Banco de España ha dejado claro que su papel es el de hacer propuestas técnicas, sin interferir en las decisiones políticas, que corresponden al Gobierno y al Parlamento. No obstante, insiste en que un impuesto bien diseñado debe ser neutral para evitar penalizar ciertas actividades económicas y garantizar un tratamiento equitativo para todas las entidades.

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