Está claro que sobre gustos no hay nada escrito, pero pocos vecinos de la ciudad alemana de Düsseldorf imaginaban el ingrediente secreto de una de las pizzas más cotizadas de un local. Se trataba de la número 40, una receta que, entre otros componentes, incluía una pequeña bolsa con cocaína, según han informado los agentes de policía germanos implicados en el caso.
Esta cantidad, sin embargo, es ínfima si se tiene en cuenta las cantidades que manejaba una red de narcotráfico desmantelada por las autoridades alemanas en la zona de Renania del Norte-Westfalia, el estado más poblado de Alemania. Una operación policial a gran escala -participaron 150 agentes y se realizaron tres detenciones- en la que el inicio de todo fue ese pequeño local de pizzas, en el que, durante una inspección rutinaria, se alertó a la policía de que se había descubierto droga en la cocina.
Una gran incautación
“Eso era nuevo para nosotros”, ha explicado Michael Graf von Moltke, inspector jefe de la Policía alemana en declaraciones a la agencia Deutsche Presse-Agentur (DPA). “Nos sorprendió porque el dueño nunca había sido acusado de delitos relacionados con drogas”. A partir del aviso tras la inspección, iniciaron las vigilancias a la pizzería y no tardaron en observar el éxito de la pizza número 40. “Era uno de los productos más vendidos”, ha afirmado Von Moltke, si bien el inspector no ha querido añadir ni su precio ni sus ingredientes.
Lo siguiente en descubrirse fue la razón del éxito de esa pizza. Venía con sobres de cocaína en la parte inferior de su base. Un descubrimiento que se saldó con una primera detención del gerente de la pizzería y la incautación de 1,6 kilogramos de cocaína, 400 gramos de cannabis y 268.000 euros en efectivo, además de una pistola, un hacha, varios cuchillos y varios relojes. Además, cabe decir que cuando los agentes fueron a interrogar al gerente, este lanzó una bolsa llena de droga por la ventana que “cayó en los brazos de los agentes”.
Decidieron seguir el rastro
Sin embargo, ante la falta de antecedentes penales del pizzero, este salió en libertad y decidió reabrir la tienda para volver a vender su pizza, lo que les permitió a los policías seguir la cadena de suministro. Esto les condujo a un hombre ruso de 22 años con fama entre los agentes por sus devaneos con el tráfico de drogas, además de por su violencia contra traficantes rivales. Las pistas les siguieron llevando a otro traficante alemán de 30 años en Colonia, y a un tercero de origen marroquí de 28 que, junto al propietario de la pizzería, fueron detenidos.
Los medios alemanes han informado de que, en los múltiples registros realizados, se descubrieron también grandes plantaciones de marihuana en varias viviendas, algunas con centenares y centenares de plantas, por encima del límite permitido. La fiscal del caso, Laura Neumann, también ha añadido al respecto que a todos ellos se les acusará de la compra y venta de “kilos” de narcóticos como el cannabis y la cocaína, con penas de hasta 15 años.