Las amas de casa en España representan una parte significativa de la población que, en muchos casos, no ha cotizado de forma regular al sistema de la Seguridad Social. Aunque han dedicado su vida al cuidado del hogar y la familia, muchas de ellas se encuentran sin acceso a una pensión contributiva cuando alcanzan la edad de jubilación. Sin embargo, pueden acceder a una pensión no contributiva, siempre y cuando cumplan ciertos requisitos de edad, residencia y, especialmente, de carencia de ingresos.
Uno de los motivos más frecuentes por los que una ama de casa puede ver cancelada o denegada su pensión de jubilación está relacionado precisamente con los ingresos del hogar. En particular, el problema surge cuando la persona convive con familiares que tienen ingresos superiores a los límites establecidos por la ley. Este hecho, que muchas veces no es bien comprendido, puede dejar a una ama de casa sin derecho a recibir esta pensión tan necesaria.
Requisitos para acceder a la pensión no contributiva
Las amas de casa que no han cotizado los 15 años mínimos exigidos para recibir una pensión contributiva pueden solicitar una pensión no contributiva de jubilación si cumplen con una serie de requisitos. Entre estos se encuentran:
- Tener 65 años o más.
- Residir en España y haber vivido en el país durante al menos 10 años entre los 16 años y la fecha en que se solicita la pensión. De esos 10 años, 2 deben ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la solicitud.
- Cumplir con el requisito de carencia de ingresos, es decir, tener unos ingresos anuales inferiores a 7.250,60 euros (para el año 2024).
No obstante, este último requisito, el de la carencia de ingresos, es el que suele generar complicaciones para muchas amas de casa, especialmente si viven con otros familiares.
El problema de los ingresos familiares
El motivo más frecuente por el que a una ama de casa se le cancela o deniega la pensión de jubilación no contributiva radica en la suma de los ingresos familiares. Aunque una ama de casa cumpla con el requisito de tener ingresos personales por debajo del umbral de 7.250,60 euros anuales, también se toma en cuenta la unidad económica de convivencia. Esto significa que, si vive con su cónyuge o familiares cercanos, como hijos o padres, los ingresos de todos ellos se suman para calcular si se cumple o no el requisito de carencia de rentas.
De este modo, si los ingresos conjuntos del hogar superan los límites establecidos, la ama de casa no tendrá derecho a la pensión no contributiva, incluso si sus ingresos individuales son muy bajos o inexistentes. Este límite de ingresos varía dependiendo del número de personas que conviven en el hogar. Por ejemplo, si una ama de casa convive únicamente con su cónyuge, el límite de ingresos anuales conjuntos para 2024 es de 12.326,02 euros. Si viven con más parientes, este límite aumenta. Sin embargo, en muchos casos, el salario del cónyuge u otros familiares puede superar fácilmente estos umbrales, lo que provoca que la solicitud de la pensión no contributiva sea rechazada o que la pensión sea cancelada si los ingresos familiares aumentan durante su cobro.
La importancia de comprobar los ingresos
Es fundamental que las amas de casa que soliciten la pensión no contributiva verifiquen detalladamente los ingresos de todos los miembros del hogar antes de hacer la solicitud, o durante el cobro de la misma. El incumplimiento de este requisito no solo puede suponer la denegación inicial de la pensión, sino también su cancelación en el caso de que los ingresos familiares cambien después de que la prestación haya sido concedida.
Si, por ejemplo, el cónyuge empieza a percibir un salario mayor, o si cualquier otro miembro de la unidad familiar recibe ingresos adicionales, la pensión no contributiva puede verse afectada. Además, es importante destacar que, en algunos casos, los cambios en la situación económica de la familia no se comunican a tiempo a las autoridades, lo que puede generar deudas y la obligación de devolver cantidades recibidas de manera indebida.
Cuantía de la pensión no contributiva
Para el año 2024, el importe íntegro de la pensión no contributiva de jubilación es de 517,90 euros mensuales, distribuidos en 14 pagas anuales, lo que supone un total de 7.250,60 euros al año. Sin embargo, esta cantidad puede verse reducida si los ingresos de la unidad de convivencia superan ciertos límites. En estos casos, la pensión puede ajustarse a una cuantía menor, siendo la mínima del 25% del importe íntegro, lo que equivale a 1.812,65 euros anuales, o 129,48 euros mensuales.