El desprecio de la madre de la reina Sofía que pudo predecir el final del matrimonio con Juan Carlos I: “Nos horrorizó a Pablo y a mí”

La reina Federica de Hannover fue la mente pensante en el matrimonio de los eméritos

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La reina Sofia junto a
La reina Sofia junto a su madre, Federica de Grecia, durante un verano en Mallorca (GETTY IMAGES).

La Reina Sofía se enfrenta a uno de sus peores momentos por la filtración de los audios del Rey Juan Carlos I con Bárbara Rey en los que este no se corta al hablar de su matrimonio. Los audios, que fueron grabados en la década de los 90, no solo reflejan las infidelidades del rey emérito, sino que también muestran una pareja completamente rota “desde el nacimiento de Felipe”. En los últimos días, se ha reflexionado mucho sobre el papel de doña Sofía dentro de la monarquía y según publicó la revista SEMANA, la emérita estuvo a punto de abandonar a su marido en una ocasión.

Las infidelidades de don Juan Carlos eran un secreto a voces y hubo un día en el que la situación la sobrepasó. Todo tuvo lugar en 1975, poco antes de que su romance con Bárbara Rey saltase a la primera plana. Entonces, el padre de la infanta Cristina se encontraba de cacería en Ciudad Real, concretamente en la finca La Encomienda de Mudela, el coto donde Juan Carlos acostumbraba a recibir a sus amistades. Normalmente, Sofía no solía visitar este lugar debido a que no le gustaba la caza, pero el día que optó por conocer aquel enclava se encontró con una desagradable sorpresa. Allí coincidió con una de las amigas de su marido, según la ya citada publicación. Aquel encuentro marcó un antes y un después en su matrimonio, que atravesó una fuerte crisis.

En ese momento, Sofía hizo las maletas, cogió a sus tres hijos y tomó un vuelo con dirección a la India sin intención de regresar. La reina escogió este destino porque allí se encontraban viviendo su madre, la reina Federica, y su hermana, Irene, quienes fueron su gran apoyo en estos difíciles momentos. Y precisamente, fueron ellas quienes hicieron cambiar de opinión a la emérita, quien optó por seguir al lado de Juan Carlos en aras de un buen mayor: sus hijos y la monarquía española. “Ella se refugiaba en su madre, que pasaba muchas temporadas en Zarzuela. Doña Federica fue quien le aconsejó que no se separara, que no lo hiciera”, confesó José Luis Ortega, exmiembro del gabinete de la emérita en Vamos a ver.

Doña Sofía y su madre,
Doña Sofía y su madre, la reina Federica, a la salida del hotel Claridge's en abril de 1963 (GETTY IMAGES).

Sin embargo, este apoyo por parte de su madre para que siguiera al mando de la institución en España no ocurrió porque tuviera fe en su matrimonio, ya que según reveló en sus memorias la reina Federica no tuvo una buena impresión de Juan Carlos I. Todo se conoció en 2006, cuando se publicaron las confesiones de la mujer del Rey Pablo de Grecia, y en ellas, dedica un pasaje el momento exacto en el que conoció al que sería el marido de su hija mayor.

“Está muy orgulloso de ser español, pero posee la suficiente comprensión e inteligencia para perdonar con facilidad las ofensas y errores de los demás. Juanito y sus padres pasaron el verano con nosotros en nuestra residencia estival de Corfú. Mentalmente, Pablo y yo nos echamos muchas veces las manos a la cabeza durante aquellas semanas, preguntándonos qué pasaría”, recordó Federica de Hannover.

“Sabíamos que habría tremendas discusiones”

Desde la revista Caras indican que “es de dominio público” que ella movió hilos para que su hija Sofía y el entonces pupilo de Franco se casaran, pese a que no “era el pretendiente que soñó”. No obstante, la reina Federica “supo ver en el príncipe ciertas cualidades” que no pasaban desapercibidas y fueron definitivas para adoptarle como hijo político. “Juanito, como le llamamos familiarmente, es muy guapo y apuesto (...). Tiene los ojos negros, las pestañas largas, es alto y atlético y cambia de vez en cuando y como quiere su encanto personal”, confesó la madre de doña Sofía en sus memorias.

En estos encuentros para conocer a la familia, se produjo un “desprecio” que recogió la suegra del rey emérito en el libro: “Nos horrorizó a Pablo y a mí. No porque nos desagradara personalmente, sino porque es católico y sabíamos que habría tremendas discusiones por esta cuestión”. Sin embargo, visto lo visto, parece que la fe católica no era el mayor problema en el matrimonio.

La reina Sofía, durante el acto de nombramiento de Emilio Lora-Tamayo como Rector Honorario Vitalicio de la Universidad Camilo José Cela.
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