Por regla general, cada Estado miembro de la Unión Europea tiene permitida la emisión de dos monedas conmemorativas al año. A pesar de que estas monedas son diferentes en el lado de la cara —o el dibujo—, están destinadas a la circulación y son divisas de curso legal en toda la zona euro. Además, deben cumplir una serie de condiciones: la cara nacional es diferente de la habitual, pero mantiene el lado de la cruz; solo puede tener un valor de 2 euros; tienen limitado el volumen máximo de emisión; y conmemoran algún acontecimiento o personalidad del país emisor.
En España, la primera moneda conmemorativa se emitió en 2005, en la que en el anverso se representa a Don Quijote de la Mancha sujetando una lanza, y unos molinos de viento al fondo.
Durante el proceso de fabricación de estas monedas conmemorativas, en el que se combinan un conjunto de técnicas que engloban el milenario arte del grabado y de la acuñación, junto con los más avanzados procesos industriales, puede suceder que algunas de estas monedas salgan con algún tipo de defecto en su grabado. Estos errores son los que dotan a las monedas de mayor valor en el mercado del coleccionismo.
Defectos de imprenta en una moneda conmemorativa francesa
Quizás, la siguiente moneda de 2 euros está en miles de carteras y sus dueños desconocen el enorme valor que ha adquirido. Se trata de una moneda conmemorativa emitida por Francia en el año 2001, a instancias del Banco Central Europeo, como parte de la primera tirada de monedas de 1 y 2 euros, tras la introducción de la moneda única europea.
El factor, verdaderamente, llamativo de esta moneda, es el valor de venta por el cual se está comercializando en distintos portales de subastas. A pesar de que su cruz indica un valor de 2 euros, su valor real es mucho más elevado: algunas de ellas alcanzan los 5.000 euros.
El diseño para esta moneda conmemorativa fue el elaborado por el artista Joaquín Jiménez, que representa un árbol como símbolo de la vida, continuidad y crecimiento. El Árbol de la Vida —paradigma tradicional extendido en las tradiciones mitológicas, filosóficas y religiosas alrededor del mundo, cuyo significado es de árbol sagrado— se encuentra en el interior de un hexágono que, a su vez, está rodeado por el lema de la Revolución francesa de 1789: “Liberté, Egalité, Fraternité” (en castellano: “Libertad, Igualdad, Fraternidad”).
Los errores que se aprecian en esta moneda se observan en la tipografía de las estrellas y el número en el que se especifica el año de emisión. Tanto las estrellas como los números 0 del año 2001, se puede ver cómo sobresalen del canto exterior plateado, y tocan el marco dorado.
Se equivocaron de lema nacional
Otro error, más grosero que el de la moneda emitida por Francia, es el que sucedió con una moneda de 2 euros emitida por Lituania en 2021, con motivo de la declaración como Patrimonio de la Humanidad de la Reserva Natural de Zuvinas, un paraje donde conviven miles de especies de animales, plantas y hongos.
Un 10% de las monedas emitidas —un total de 500— se vieron afectadas por un error en la tipografía del lema y, por ende, se revalorizó su precio hasta alcanzar un coste de más de 2.000 euros en el mercado de coleccionistas. “Laisvé, Vienybé, Gerové” (en castellano: “Libertad, Unidad, Bienestar”) es la frase que se lee en las monedas correctas; mientras que, en aquellas más valiosas, aparece el lema “Dievs, sveti, latviju” (en castellano: “Dios Bendiga Letonia”), el título del himno de Letonia.