Las imprudencias al volante son una de las razones que más muertes no naturales causa a lo largo del año. La carretera es una jungla en la que todo puede pasar, por lo que hay que ser cautos y mantener siempre el ojo puesto en la conducción. A pesar de tener un buen servicio de vías y autovías nacionales, los conductores optan a veces por alcanzar velocidades y movimientos imprudentes que pueden acabar en accidentes fatales. Lo peor de esas acciones es que no solo se pone en riesgo la vida del temerario, sino que también lo hace la de las demás.
La Dirección General de Tráfico sigue en su lucha por reducir los incidentes con la única forma en la que la gente responde: multas económicas. Parece mentira, pero la razón por la que los conductores ceden es por ver afectado sus bolsillos con altos pagos de sanciones. Además, la retirada de puntos del carnet también influye. Perder puntos hace que los seguros puedan subir de precio y que se pueda perder la licencia. Así, la DGT ha optado por publicar las “locuras” al volante para mostrar cuáles son las acciones que más consecuencias pueden traer.
Estas son las “locuras”
En una revista digital, la DGT ha compartido la explicación visual y narrativa de las acciones que ellos mismos han bautizado como “locuras”. Todas ellas suponen una sanción disciplinaria económica de 500 euros y la retirada de seis puntos del permiso de conducir. Además, todas fueron realizadas por un mismo conductor.
El caso descrito establece paso a paso varias infracciones en una carretera convencional en la que el conductor se aproxima a una intersección y se acerca por detrás a un coche a una velocidad mayor. El primero de los movimientos que este hace es cambiarse de carril, señalizado para girar a la izquierda o seguir recto en su defecto. En su movimiento, el coche no señaliza la acción con los intermitentes, la única y requerida acción para indicar y anticipar a los demás que se va a ir en esa dirección.
Aunque en ese primer momento la infracción es poca cosa, el asunto se empieza a poner más serio conforme se acerca al cruce y a otro usuario de la vía. El cambio de dirección fue empleado para realizar un adelantamiento en una zona no habilitada para ello, ya que hay una línea continúa que impide volver al carril derecho. Sin embargo, el coche realizó el giro y volvió al carril en el que estaba anteriormente. De esta forma, la DGT, al haber cometido varias infracciones, considera esto como conducción temeraria, según el art. 3.1 del Reglamento General de Circulación.
Estas actuaciones al volante suponen un peligro, por lo que han de ser castigadas. Según el propio organismo, la multa ascenderá a los 500 euros y la pérdida de puntos a los seis. Aunque, eso sí, existen factores que pueden hacer más severa la sanción, como lo es ser parado por las autoridades y dar positivo por alcohol, o drogas, lo que ya podría hasta suponer castigos penales, una sanción económica mayor y la retirada del permiso hasta cuatro años.