Los reyes Carlos III y Camila ya se encuentran en Australia; sin embargo, planear este viaje no ha sido nada fácil. Esta visita oficial, que en un principio estaba pensada para durar once días y finalmente se celebrará durante poco más de una semana, se enmarca en el estado de salud más crítico que ha tenido el monarca nunca. Mientras que Kate Middleton, quien fue diagnosticada de cáncer dos meses después que su suegro, ya ha terminado la quimioterapia y se recupera del tratamiento, el jefe de la Commonwealth todavía continúa y su situación es cada vez más delicada.
Por ello, según reveló el Daily Mail, este desplazamiento hacia otro continente ha estado más que estudiado por su equipo médico. Estos mismos fueron los que dieron el visto bueno a la paralización de su medicación durante los días que estuviera fuera de Reino Unido y han extremado las medidas sanitarias para que todo estuviera preparado por si surge cualquier imprevisto. Normalmente, en los viajes oficiales al extranjero, los monarcas ya están acostumbrados a la previsión de causas extremas; pero, en esta ocasión, el rey Carlos ha observado como las medidas han sido exhaustivas.
Tal y como reveló el diario británico, el hijo de la difunta Isabel II tuvo que aceptar dos condiciones para poder cumplir su viaje a Australia. La primera de ellas fue desplazarse con un médico a bordo y la segunda fue asegurarse que en el avión contara con suficientes reservas de su grupo sanguíneo. Según indica la prensa, junto a él han viajado dos médicos, los cuales se encuentran disponibles las 24 horas del día para atender al rey. Además, estos han estudiado su caso y son conocedores de todos los posibles infortunios a los que se pueden enfrentar, e incluso se han informado sobre los centros médicos cercanos a cada una de las paradas que hará.
Junto a ellos, ha viajado un equipamiento que cuenta con todo lo necesario para atender al Carlos III en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia. Dentro de este, no falta un desfibrilador y medicamentos, a los cuales puede recurrir durante sus trayectos en avión y en cada uno de los destinos de Australia que el matrimonio está visitando. En cuanto a las bolsas de sangre que les acompaña, Dickie Arbiter, el que fuera secretario de Isabel II, ha comentado a la revista Hello! su motivo.
“Hay que asegurarse de cubrir cualquier eventualidad y el avión llevaría sangre en caso de que hubiera una transfusión de sangre. Nunca hay garantía de que vayas a recibir el tipo correcto de sangre en tu destino”, ha revelado Arbiter. Y es que, el estado de salud del monarca es tan delicado que el equipo médico no puede arriesgarse a tener que esperar a conseguir una transfusión de su grupo sanguíneo.
Un viaje envuelto en polémica
Por ahora, la visita oficial del rey Carlos y la reina Camila por Australia se está desarrollando tal y como se esperaba. A pesar de que en las últimas semanas, el exmarido de Lady Di apostara incluso por un referéndum republicano en el país oceánico. Todo surgió cuando seis ministros principales de los diferentes estados australianos aseguraron que no iban a acudir a recibir al monarca debido a sus ideales republicanos. En ese momento, y teniendo en cuenta que el 40% de los australianos desconoce que Carlos III es su jefe de Estado y que el pasado mes de junio una estatua del rey Jorge V en Melbourne fue decapitada por activistas del movimiento “La colonia debe caer”, el ambiente estaba más que candente.
Sin embargo, el rey ha decidido seguir adelante con el plan, a pesar de haber acortado su estancia a solo una semana y se ha mostrado más que amigable con los curiosos que se han acercado a recibir a la pareja. Carlos III se ha mostrado con entereza y no presentaba ningún gesto o secuela que pudiera hacer pensar que su vida corre peligro actualmente. No obstante, la tensión creció en los últimos días tras la acusación de Dorante-Day. Se trata de un hombre que el pasado mes de mayo aseguró a los medios australianos que era un hijo ilegítimo del monarca y, con su visita de Estado, ha informado que intentará reunirse con ellos. Por ello, el equipo de seguridad de la Corona ha aumentado sus medidas de protección y se encuentra alerta ante la posibilidad de que este hombre se aproxime a ellos.