La mayoría de los españoles piensa que gana menos de lo que se merece. Según el Informe Oferta y Demanda de Empleo en España, elaborado por Infoempleo y Adecco, siete de cada diez trabajadores no están contentos con su salario que ganan y lo consideran insuficiente para el trabajo que hacen, mientras que el 28% se encuentran satisfechos y sólo el 1,7% opinan que cobran “demasiado”. Y si estás entre ese 70% que busca cobrar más, la pregunta es: ¿cómo y cuándo hay que pedir un aumento de sueldo?
Según los consejos que recogen las grandes consultoras globales y las firmas de captación de talento, como Adecco, Randstad y Michael Page, las investigaciones sugieren que en noviembre o diciembre suele ser es el momento más propicio para pedir una revisión salarial. Esos meses coinciden con el final del año fiscal en muchas empresas, lo que conlleva la planificación y presupuesto de gastos para el próximo periodo. También es un momento en que las organizaciones suelen reevaluar sus objetivos y recursos, facilitando la inclusión de aumentos salariales en sus previsiones.
En cualquier caso, los expertos señalan que es crucial estar al tanto del contexto económico de la empresa. Así, si es sabido que la compañía enfrenta dificultades financieras o prevé recortes de personal, es preferible esperar un momento más favorable para hacer la solicitud. En cambio, si se conoce que la empresa vive un buen momento en cuanto a ingresos y beneficios, puede ser la ocasión para aprovechar la solicitud.
Consejos para pedir un aumento de sueldo
En cuanto al cómo, los especialistas indican que no se trata de “pedir”, sino de “negociar”. La palabra “pedir” puede implicar una posición de inferioridad o dependencia, mientras que negociar sugiere que tienes un valor claro que aportar a la organización. Plantear la conversación como una negociación implica que tienes argumentos sólidos y contribuciones medibles que pueden respaldar tu solicitud.
Antes de hacer esta solicitud, es esencial que demuestres a la empresa que el aumento de sueldo es una inversión que vale la pena. Debes valorar el esfuerzo económico que implica para la organización y transmitir que el aumento te permitirá ofrecer un mejor desempeño. La clave está en mostrar que entiendes la perspectiva de la empresa y que, después de este aumento, no vas a seguir pidiendo más dinero de manera constante. Este enfoque profesional y estratégico ayuda a proyectar una imagen de madurez y compromiso con la organización. Al negociar un aumento, tu meta debe ser construir una narrativa sólida que conecte lo que aportas con lo que solicitas.
Otro aspecto fundamental es planificar la reunión con antelación. Esto no solo permite al trabajador prepararse mejor, sino que también da al jefe la oportunidad de recibir la solicitud de manera más receptiva. A la hora de negociar, una actitud defensiva o de confrontación puede jugar en tu contra. Por ello, es crucial practicar la escucha activa durante la reunión, es decir, escuchar las respuestas y argumentos del jefe sin interrumpir ni esperar solo a replicar. Finalmente, los expertos aconsejan mantener la calma ante cualquier resultado, ya sea positivo o negativo. Si la respuesta no es la esperada, lo ideal es cerrar la conversación con profesionalismo y, si es posible, dejar la puerta abierta para una futura revisión salarial.
Otra clave es informarse sobre las condiciones salariales de perfiles similares al tuyo en el mercado laboral, en otras empresas. No es aconsejable comparar su salario con el de otros compañeros, pero sí con el de los profesionales de tu sector en la competencia, lo que te ayudará a saber si estás por debajo del promedio y a tener un argumento más objetivo al hablar con tu jefe. Por último, al negociar lo mejor es no comentar cifras concretas, sino rangos o porcentajes que dejen espacio para la discusión y para alcanzar un posible acuerdo.