Entre 2021 y 2023 los precios han llegado a crecer en España a tasas de dos dígitos, lo que ha provocado una inflación acumulada muy superior a la de los periodos anteriores con origen en la energía y en las materias primas. Esto ha dado lugar a que las empresas repercutan los mayores costes de producción en los precios de venta, llegando algunas a elevar sus márgenes por encima de la traslación de costes. Mientras, los salarios han crecido por debajo de la inflación y han perdido poder adquisitivo, por lo que la crisis inflacionista ha tenido consecuencias negativas a nivel distributivo.
El estudio Prices, markups and wages: inflation and its distributive consequences in Spain, elaborado por Jorge Uxó, Eladio Febrero e Ignacio Álvarez, analiza las causas detrás del proceso inflacionista reciente y sus consecuencias, que han recaído más en los trabajadores que en las empresas. Por ello, una de las conclusiones principales es que el aumento de precios entre 2021 y 2023, sumado a la evolución de los márgenes empresariales, permitiría asumir un mayor crecimiento salarial nominal no inflacionario por parte de las empresas. No obstante, si esto se hubiera producido, las empresas habrían “manteniendo la misma participación en la renta que tenían a finales de 2020″, es decir, el nivel de beneficios habría descendido en comparación con la media de la última década, pero los autores consideran que es un nivel “factible”.
La inflación puede estar impulsada por factores internos o externos, y el documento constata que el 85% del crecimiento de los precios en España entre 2021 y 2023 se debe a la transmisión por parte de las empresas del incremento del coste de los insumos para proteger sus beneficios, es decir, una reacción a un factor externo. Sin embargo, un 14% se debe al aumento de los márgenes comerciales, que han tenido un papel más de “propagación” de la inflación que de “amplificación”. Los salarios, por su parte, han tenido un impacto “insignificante” la evolución de los precios.
Según detalla el informe a partir de los datos del Observatorio de Márgenes Empresariales, los márgenes se situaron en el 14,7% en 2023, por encima de la media histórica de 2009-2019 (11,7%). Sin embargo, ha sido un aumento especialmente concentrado en algunos sectores. Destaca el crecimiento en el turismo, pero también han registrado aumentos el resto de los servicios, la energía y la construcción. La industria se mantiene en el mismo nivel que en 2019 y el único sector con márgenes inferiores es el de la cadena alimentaria. “Esto se explica principalmente por el desempeño de la industria alimentaria, que parece indicar que el fuerte aumento de los costos de los insumos durante estos años no logró trasladarse a los precios finales”, explican los autores.
En contraste, los salarios nominales medios por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo han crecido un 8,4% entre el primer trimestre de 2021 y el cuarto trimestre de 2023, mientras que el IPCA ha aumentado un 15% en el mismo periodo. Como resultado, los salarios reales han caído un 6% acumulado en esos tres años. Aunque los salarios nominales han empezado a crecer más rápido y superan el crecimiento de los precios desde finales de 2023, aún no han recuperado el poder adquisitivo perdido.
Sería asumible una subida del 4,5%
Los autores calculan que hay un margen para mayores crecimientos salariales no inflacionarios, que no se habrían producido por un “deterioro” en el poder de negociación de los trabajadores en las últimas décadas. Lo demuestran comparando el crecimiento real de los salarios nominales con el que sería el “distributivamente neutral” dado el crecimiento de la productividad y del deflactor del PIB. “En otras palabras, es el crecimiento que las empresas podrían asumir sin aumentar aún más los precios y manteniendo su participación inicial en el ingreso total, dado el crecimiento de la productividad”, explican.
El crecimiento salarial acumulado en 2021, 2022 y 2023 ha sido del 14%, mientras que el espacio “distributivamente neutral” para el crecimiento salarial en el mismo período habría sido del 18,5%. La diferencia de 4,5 puntos porcentuales es el crecimiento salarial nominal acumulado adicional que “habría sido necesario (y factible) durante los últimos tres años para mantener constante la participación del trabajo en la renta”. No obstante, cabe destacar que el cálculo se ha realizado con los datos de Contabilidad Nacional del INE anteriores a la revisión de septiembre de 2024, por lo que podría haber alguna variación de la cifra. “Con el cambio en Contabilidad Nacional podría haber ligeros cambios en el margen salarial estimado, pero muy pequeños”, señala Álvarez, uno de los autores.