Qué hizo ‘Gerónimo’, el preso más viejo de toda Francia condenado a tres cadenas perpetuas

Tommy Recco, conocido por su apodo Gerónimo debido a su característico cabello largo, ha vivido una vida marcada por la controversia y el crimen. A sus 90 años, se considera el preso más antiguo de Francia, una vida que lleva más de seis décadas entre rejas debido a múltiples condenas de cadena perpetua por siete asesinatos. Su historia comienza en 1934, nacido en una familia numerosa de pescadores en Propriano, Corse-du-Sud.

Uno de los momentos cruciales en su vida fue en 1962, cuando Recco fue condenado por primera vez a cadena perpetua tras el asesinato de su padrino. El incidente ocurrió durante una disputa sobre pesca furtiva: su padrino, un guardacostas, lo sorprendió pescando con dinamita en el golfo de Valinco. Sin embargo, su estancia en prisión no fue eterna. En 1977, fue liberado por buena conducta, una decisión que pronto sería cuestionada.

Solo dos años después de su liberación, en 1979, su nombre volvió a ocupar los titulares debido a un violento asalto en un supermercado en Béziers. En este brutal crimen, Recco acabó con la vida de tres cajeras, entre ellas Sylvette Maurel, de 27 años. Este asesinato dejó cicatrices profundas, especialmente en Guy Maurel, el esposo de Sylvette, quien aún hoy sigue luchando para que Recco permanezca en prisión. En enero de 1980, con la misma arma utilizada en Béziers, Recco asesinó a otras tres personas en Carqueiranne, incluidas una niña de 11 años.

Recco ha mantenido su inocencia a lo largo de los años, argumentando ser víctima de un montaje judicial. A pesar de su edad avanzada y sus constantes problemas de salud, incluido un diagnóstico previo de cáncer y cardiopatías, sus peticiones de libertad han sido sistemáticamente rechazadas. Las autoridades sostienen que, a pesar de su edad, Recco representa un riesgo de reincidencia, respaldando su decisión en el historial criminal del detenido. Un informe de 2016 de instituciones penitenciarias afirmó que mantenerlo encarcelado era la garantía más efectiva de prevención.

La estancia de Recco en el centro de detención de Borgo ha estado marcada por la introspección y la espiritualidad. Pasa sus días leyendo obras religiosas, un pasatiempo común entre los presos más ancianos que buscan una especie de misticismo como fuente de consuelo. Persistente en su defensa, Recco sigue afirmando con vehemencia que es “100% inocente, como Cristo”.

Recientemente, sus abogados han presentado un recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, alegando que la duración de su detención es excesiva y anormal. Aunque el tribunal no puede ordenar su liberación, una condena a Francia por parte del tribunal podría inclinar la balanza a su favor en futuras solicitudes de liberación. Este caso ha encendido un intenso debate en Francia sobre la duración de las condenas y el tratamiento de los presos ancianos.

Mientras tanto, en el pequeño pueblo de Pietracorbara en el Cabo de Córcega, su esposa espera con esperanzas de que Recco pueda cumplir su deseo de “morir libre y en su propia cama”. Sin embargo, sus plegarias aún no han sido escuchadas, y la lucha por su libertad continúa.