Los caseros se pasan al alquiler de habitaciones para embolsarse 518 euros más de media que si alquilan el piso completo

Las rentas de las habitaciones en viviendas compartidas se disparan un 55% en la última década y su coste medio alcanza ya los 422 euros

Dos personas observan los anuncios de viviendas en alquiler en una inmobiliaria en Palma de Mallorca. (Tomàs Moyà/Europa Press)

La subida del alquiler un 10% en el último año, hasta pagarse el metro cuadrado a 13 euros, hace que a muchos ciudadanos les sea imposible arrendar un piso completo y opten por alquilar una habitación en uno compartido, a pesar de que su precio también se ha encarecido en los últimos doce meses, pero menos, un 1,93% de media, pasando de 414 euros mensuales en 2023 a 422 euros en 2024. No obstante, si la comparativa se hace con 2014, los precios de las habitaciones se han disparado un 55,3% en la última década.

Estos 422 euros se quedan cortos si se comparan con los 623 euros mensuales que cuesta de media alquilar una habitación en Barcelona, la capital con el arrendamiento de pisos compartidos más cara del país. Le siguen Donostia-San Sebastián con una renta que ronda los 546 euros mensuales; Madrid, con un coste de 538 euros, y Palma, donde cuestan 514 euros de media, según datos de pisos.com.

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En la parte opuesta del ranking se sitúa Ciudad Real, la capital con las habitaciones más baratas, se pagan a 189 euros, algo menos que en Huelva, con 211 euros al mes, y Palencia, con 235 euros.

La diferente subida de precios entre las dos modalidades de arrendamiento se debe a que la oferta de habitaciones ha aumentado, mientras que la de pisos completos ha disminuido. Parte de estos se han dirigido al alquiler por habitaciones con el que los caseros se embolsan mayores rentas.

El alquiler obtenido por un piso completo de 90 metros cuadrados con cuatros habitaciones asciende en España a 1.170 euros de media, mientras que alquilar las cuatro habitaciones por separado reportaría al casero 1.688 euros mensuales, lo que supone 518 euros más.

Un problema social

El encarecimiento de las habitaciones “tiene el agravante de que el piso compartido es el primer paso hacia la emancipación juvenil y el último recurso para las finanzas personales más ajustadas, y si esta alternativa deja de ser accesible, las consecuencias podrían ser devastadoras para la sociedad”, indica Ferran Font, director de estudios de pisos.com.

En esta línea, María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa, considera que el encarecimiento del alquiler es el responsable del gran aumento de la demanda de pisos compartidos. Incide en que “los altos precios hacen que los ciudadanos se vean obligados a vivir en una vivienda compartida para repartir gastos y hacer frente al pago de la renta mensual. Esta frustración impacta en el desarrollo de los ciudadanos y en la evolución de su ciclo vital, ya que cuando se comparte por obligación y no por elección, cuestiones como la natalidad o la salud mental se ven perjudicadas”.

La oferta se dispara un 20%

El trasvase de los caseros del alquiler de pisos completos al de habitaciones ha hecho que la oferta de pisos compartidos aumentara un 20% interanual en el tercer trimestre de este año, hasta incrementarse en 42 capitales de provincia.

También han crecido un 8% las personas interesadas en cada habitación, y en capitales como San Sebastián se ha disparado hasta el 55%, mientras que en Palma lo ha hecho un 53%. Por el contrario, en 11 capitales han disminuido los inquilinos que optan por ellas. Badajoz y Valencia han liderado las caídas con un 36% y un 32%, respectivamente, según datos de idealista.

En cuanto a su ubicación, el 51% de las ofertas de habitaciones en alquiler se encuentran situadas en las ciudades de Madrid (24% del total), Barcelona (13%), Valencia (9%), Sevilla y Granada (3% en ambos casos).

Acceder a una casa ya es un lujo en Madrid y Barcelona: el precio de compra ronda los 5.000 euros el m2 y el alquiler, los 20 euros.

Mujer joven que vive en Madrid o Barcelona

El perfil tipo de inquilino de habitaciones es el de una mujer de entre 18 y 25 años que vive en Madrid o en Barcelona. Así, las principales demandantes de cuartos son mujeres, el 54,73% del total, frente al 45,27% de los hombres.

El grupo de edad más numeroso es el que va de los 18 a los 25 años (50,79%), seguido por el de entre 28 y 35 años, con el 29,38%. En tanto que los inquilinos de entre 36 y 45 años representan el 10,98% de la demanda y los que tienen entre 46 y 60 años, el 6,57%. Por último, los mayores de 60 son el grupo más reducido, con el 2,28%.

Más chicas que chicos y abstenerse fumadores

Al buscar compañeros de piso, el 45,29% de los anuncios publicados no especifica preferencia de género, pero los pisos que solo aceptan chicas rondan el 14,56% y los que solo aceptan chicos el 2,04%. En cuanto a las parejas, son aceptadas en el 12,83% de los pisos, mientras que las mascotas sólo son bien recibidas en el 5,19% de estas viviendas. Tampoco los fumadores son vistos con buenos ojos, ya que tienen vetada la entrada en el 31,83% de los pisos ofertados.

Con relación al equipamiento de estos pisos, la lavadora está presente en el 60,86% de la oferta; la televisión, en el 41,14%; el teléfono, en el 2,27%; e Internet, en el 59,09%. En tanto que el 37,14% de las viviendas con habitaciones en alquiler tienen ascensor, el 11,96% trastero, el 0,25% piscina, el 6,04% secadora y el 0,10% gimnasio.

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