No es del agrado de ningún conductor ser detenido por la Guardia Civil en un control, porque, a veces, uno tiene prisa, o porque, quizás, la única cerveza que ha ingerido puede generar un resultado positivo en la prueba de alcoholemia. Es de obligado cumplimiento someterse a las pruebas de alcohol o drogas que indiquen los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; de lo contrario, negarse constituye un delito contra la seguridad vial recogido en el artículo 383 del Código Penal: “El conductor que, requerido por un agente de la autoridad, se negare a someterse a las pruebas legalmente establecidas para la comprobación de las tasas de alcoholemia y la presencia de las drogas tóxicas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas, será castigado con penas de prisión de seis meses a un año y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años”.
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Desde la pandemia, han proliferado los grupos de redes sociales desde los que se avisa de la presencia de un control de tráfico, según la revista de la Dirección General de Tráfico (DGT), Revista Tráfico y Seguridad Vial. El teniente coronel de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC), Antonio Hidalgo, reflejó que la relación entre el ciudadano y la autoridad ha cambiado y que los guardias civiles han pasado “de controlar a ser controlados”. La persecución contra la actividad de estos grupos, que actúan en WhatsApp y Telegram, resulta muy complicada, porque son dinámicos, transmiten los movimientos de los agentes en tiempo real; y están muy bien organizados y estructurados, de manera que funcionan por comarcas.
Otra de las consecuencias negativas de la difusión de controles viales por estos grupos es la rápida divulgación de los puntos de interés a los jóvenes, que son los que más utilizan las redes sociales y los que más infracciones cometen. “Pillar a alguien de entre 18-25 años en un control es casi un milagro”. Además, según Hidalgo, debido al auge de estos grupos, aunque el tramo de edad de entre 25-34 años es de los que menos denuncias tiene, es el que contabiliza más muertes en carretera.
No sabes quiénes son los miembros de estos grupos
Lo normal es que quienes sean participantes en estos grupos tengan cierta tendencia a cometer delitos —de cualquier tipo— y, por tanto, no quieran ser detenidos. El principal mensaje que quiere transmitir el teniente coronel es sobre la necesidad de concienciar a la ciudadanía. “Cuando pones un mensaje en unos de estos grupos, nunca sabes a quién estás avisando porque están llenos de delincuentes, de personas que han cometido delitos al margen de la seguridad vial y es la propia ciudadanía quien los tiene informados de la acción policial”, declaró Antonio Hidalgo. Cuanto antes desaparezcan estas personas de las carreteras y sean procesados, mayor será la seguridad vial y ciudadana.
“Controles exprés y dinámicos” y cambios legales
Las actuaciones para frenar esta oleada de avisos ilegales sobre los controles de tráfico debe provenir tanto de las propias autoridades policiales como de los representantes políticos, encargados de desarrollar o modificar las leyes. Por ello, a nivel operativo, se han actualizado las labores de vigilancia, mediante los denominados “controles exprés y controles dinámicos”. El primer procedimiento consiste en un dispositivo que dura tan solo 15 minutos, siendo este colocado en diferentes puntos de la misma zona. En cambio, los controles dinámicos son aquellos en los que una patrulla de la ATGC para, aleatoriamente, a un conductor, para “transmitir la idea de que pueden parar a la gente en cualquier momento”, explica Hidalgo.
Al mismo tiempo, se está trabajando, desde los despachos, en la aplicación del artículo 36.23 de la Ley de Seguridad Ciudadana, que prohíbe expresamente “el uso no autorizado de imágenes o datos personales o profesionales de autoridades o miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que pueda poner en peligro la seguridad personal”. Además, desde el gobierno, están en proceso de modificación del artículo 77 de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial con el fin de “sancionar a quienes proporcionen información que dificulte o impida la labor de control de los incumplimientos de las normas de circulación”.