Ya no se venderán estos famosos cacahuetes cubiertos de chocolate a los diputados y diputadas del Parlament de Cataluña. No fue orden del día en la cámara, claro, sino que el propio bar del Parlament ha tomado la iniciativa de retirarlos del comercio por su connotación racista tras escuchar la opinión de un cliente, según ha confirmado La Sexta. Fuentes han confirmado que no se trató de una decisión del Parlament, que nada tuvo que ver con el hecho.
<i>Blackface, Minstrel</i>: ¿Por qué son racistas los Conguitos”
No es una polémica reciente, sin embargo: tuvo su auge después de que una campaña de Change.org publicada en 2020 lanzaba una petición de retirar del mercado esta marca por considerarla racista debido al personaje que la representa. La impulsora de la petición, Myriam Benlarech, explicó que los Conguitos utilizan “unas caricaturas de unos ‘pequeños congoleños’ con un color de piel asociado al chocolate que recubre el cacahuete y unos labios rojos totalmente desproporcionados”. De acuerdo con la demanda, “el propio término Conguitos como la ilustración caricaturesca de un hombre negro con grandes labios rojos convierten a este snack en un producto estigmatizador para la población negra”, y es que lo cierto es que se asemeja peligrosamente a representaciones racistas y al maquillaje ofensivo y caricaturesco conocido como blackface, parte de una práctica teatral de los Estados Unidos del siglo XIX conocida como minstrel en la que actores blancos se pintaban el rostro: una práctica históricamente ofensiva y racista y que está prohibida en EEUU desde los movimientos de derechos civiles de los años 50 y 60.
“Desde que vi por primera vez una bolsa de Conguitos en el supermercado me quedé en shock: ¿cómo era posible que mis amigos españoles no se sintieran ofendidos?”, declaró a Infobae la francesa Myriam Benlarech, impulsora de la campaña ‘Lacasa: dejad de usar la marca Conguitos, es racista’ que suma más de 6.000 firmas de apoyo en la plataforma de recogida de firmas. Lacasa, el fabricante, es una empresa familiar de la región española de Aragón que lleva cinco generaciones fabricando dulces con marcas de éxito como Lacasitos y Mentolín.
Esta petición supuso que mucha gente tomase consciencia y dejase de consumir esta marca, mientras que otros negaron la connotación racista y lo consideraron “exageración”. Lo cierto es que, dejando de lado este hecho en concreto, el racismo y la discriminación son muy dañinos y contraproducentes para la sociedad y su correcto funcionamiento y, además, según se ha demostrado con estudios recientes, también es dañino para la salud física y mental de las víctimas.
La práctica de emplear arquetipos racistas en publicidades tampoco es algo exclusivo de los cacahuetes cubiertos de chocolate de Lacasa, ya que otras marcas como Aunt Jemima, la marca de jabón en polvo La Familia o la marca de alimentos La Negra demuestran que es una costumbre desgraciadamente arraigada en la sociedad. Por suerte, en los tiempos que corren la gente va adquiriendo poco a poco una mayor consciencia de lo dañino y perjudicial de este fenómeno y de la realidad más amplia del racismo institucional.
Los Conguitos no son la única instancia de este tipo de racismo en España: la cabalgata de reyes de Madrid que tuvo lugar el pasado enero se convirtió en el foco de atención por esta práctica: en lugar de contratar a un actor negro que representase a Baltasar, se pintó de negro a una persona blanca que además forzaba un “acento ridículo”, lo cual, según denunciaron organizaciones antirracistas como SOS Racismo Madrid y Afroféminas, se trata de un acto racista y discriminatorio.