La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha insistido este miércoles en que la continuidad o no de la misión de paz en Líbano (Unifil) es una decisión que corresponde únicamente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por lo que España, junto al resto de estados que participan en Unifil, permanecerá en este país de Oriente Próximo “defendiendo los valores” de este operativo internacional, a pesar de la “preocupación” que genera la situación que viven actualmente los militares desplegados sobre el terreno.
“Es esencial y fundamental que esta misión continúe”, ha asegurado Robles tras mantener una reunión telemática con sus homólogos de todos los países europeos que participan en Unifil: Francia, Italia, Austria, Croacia, Finlandia, Grecia, Irlanda, Letonia, Holanda, Polonia, Alemania, Estonia, Hungría, Malta y Chipre. En este sentido, según han detallado desde Defensa, los ministros han puesto en relieve el valor de labor que realizan los contingentes, tanto para la desescalada del conflicto, como de ayuda a la población civil.
“Vamos a estar muy firmes pidiendo que cesen las hostilidades, que haya un alto fuego inmediato, que se protejan las instalaciones de UNIFIL y la vida de todas las personas que están en este momento cumpliendo con una misión tan esencial”, ha remarcado la titular de Defensa. Este encuentro poco habitual ha tenido lugar después de que las fuerzas de paz en Líbano hayan sufrido varios ataques por parte de las fuerzas israelíes en los últimos días, en los que incluso han resultado heridos soldados de Naciones Unidas.
Por su parte, este mismo miércoles el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha señalado que “las tropas de Unifil no se van a retirar de Líbano”. Durante una rueda de prensa junto a su homólogo egipcio, en El Cairo, Albares ha reclamado al Israel que “cese el ataque y hostigamiento” a los militares desplegados en Oriente Próximo bajo bandera de Naciones Unidas. Además, el titular de Exteriores ha solicitado que se permita el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza y ha vuelto a pedir un alto el fuego.
Despliegue español
La participación de España en Unifil comenzó en septiembre de 2006, como parte de la operación Libre Hidalgo. Desde entonces, las Fuerzas Armadas Españolas han desempeñado un papel fundamental en el mantenimiento de la paz en la región, liderando el Sector Este de la misión desde la base Miguel de Cervantes, ubicada cerca de la localidad de Marjayoun.
El despliegue español se ha centrado en el patrullaje y la vigilancia de la línea de separación entre Israel y Líbano, en coordinación con las Fuerzas Armadas Libanesas (LAF). Las patrullas se realizan tanto a pie como en vehículos, con el objetivo de prevenir violaciones a la tregua y evitar que las tensiones entre las partes se transformen en enfrentamientos.
El contingente español en Unifil es uno de los más importantes, actualmente con 670 militares destinados a diversas tareas dentro de la misión. Además de las patrullas, los efectivos españoles tienen presencia en los puestos de mando de la misión en Naqoura, donde se encuentra el cuartel general de la fuerza, y donde España también tiene asignados varios puestos clave para oficiales y suboficiales del Ejército de Tierra. De hecho, el actual jefe de Unifil es el general de división español Aroldo Lázaro Sáenz.
Una parte esencial del trabajo de las fuerzas españolas en el Líbano ha sido su cooperación constante con las LAF. La misma ha sido crucial para asegurar el despliegue efectivo de las fuerzas libanesas en el sur del país y para mantener la estabilidad en la región. Sin embargo, la misión de España no se limita al componente militar, ya que también incluyen tareas como la asistencia humanitaria y el apoyo a la población civil, que ha sufrido las consecuencias de los enfrentamientos en la frontera.
En este sentido, la relación entre las tropas españolas y la población local en el sur del Líbano ha sido una pieza clave del éxito de la misión. A lo largo de los años, los militares españoles han establecido un vínculo cercano con las comunidades locales, que han llegado a ver a los contingentes como una fuente de protección y estabilidad en medio de un entorno de tensión constante. Este afecto mutuo se ha manifestado en numerosas ocasiones, con los civiles preocupándose por la situación de los militares españoles durante los momentos de mayor escalada de violencia en la región.