España esquiva por ahora los recortes en el gasto público que harán Francia y Alemania para reducir su deuda

Algunos países de la UE están planteando recortes que recuerdan a la crisis financiera de 2012, mientras España cuenta con un margen del 3% para el crecimiento del gasto, aunque cada vez hay más desembolsos comprometidos al envejecimiento y a la defensa

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Manifestación en contra de las nuevas medidas puestas en marcha por el gobierno francés. )REUTERS/Stephane Mahe)
Manifestación en contra de las nuevas medidas puestas en marcha por el gobierno francés. )REUTERS/Stephane Mahe)

Los países aumentan sus niveles de endeudamiento con cada crisis por las medidas puestas en marcha para intentar paliar los efectos a la vez que se desploman los ingresos públicos. Así sucedió tras la crisis financiera de 2012, cuando España disparó su deuda de una ratio inferior al 40% del PIB a superar el 100% desde 2013, un crecimiento inevitable a pesar de los recortes para reducir el gasto. Junto con otros países del sur de Europa (Portugal, Italia y Grecia) España fue señalada por los Estados miembros del norte por sus problemas fiscales y de crecimiento económico, pero la situación es distinta tras la crisis iniciada en 2020 con la pandemia, y España tendrá que hacer menos ajustes que Francia e Italia, gracias, fundamentalmente, al mayor crecimiento de su PIB.

2025 es el año marcado para la vuelta a la disciplina fiscal a nivel comunitario y afecta especialmente a los países con ratios de deuda superiores al 90%, entre los que se encuentran Francia, Italia y España, que tendrán que hacer ajustes presupuestarios anuales destinados a reducir la deuda. En teoría, las nuevas reglas fiscales permitirán mayores inversiones públicas para que la UE no quede descolgada de la transición verde y digital, pero la realidad es que algunos países ya están aplicando recortes que recuerdan a los que llevó a cabo España en 2012.

Francia, la segunda economía de la UE, es el mayor ejemplo, ya que aplicará un ajuste fiscal del 2% del PIB en 2025, lo que equivale a 60.000 millones de euros. De este total, 40.000 procederán de recortes del gasto y 20.000 de subidas de impuestos. Italia, la tercera economía, aplicará un ajuste del 0,55% del PIB el próximo año, es decir, unos 12.000 millones. En España, que a diferencia de los dos anteriores no está expedientada por déficit excesivo, el ajuste será menor, del 0,4% del PIB en 2025, lo que equivale a 6.000 millones de euros, y el Gobierno aún no ha detallado el impacto en los gastos y en los ingresos, algo que se conocerá en el Plan Presupuestario.

Retraso de la subida de pensiones en Francia

Los tres países ajustarán anualmente hasta 2031, por lo que en España el importe total superará los 42.000 millones; en Italia estará en torno a los 84.000 y en Francia será aún mayor, pero la cifra no se conocerá hasta el 31 de octubre, cuando el país envíe la senda completa a la Comisión Europea en su Plan Fiscal a medio plazo. El esfuerzo fiscal de España es menor y permitía que el gasto público neto de medidas de ingresos siga creciendo en un promedio del 3% en los próximos siete años, con un 3,7% de variación en 2025. En Italia el margen también existe, aunque solo con un crecimiento del gasto promedio del 1,5%, por lo que seguramente habrá recortes en algunas partidas para seguir dotando a otras. En contraste, en Francia la variación para el primer año conocido es negativa, y lo mismo sucede en Alemania.

Para acometer el ajuste, el gobierno francés ha decidido retrasar la subida de las pensiones a julio de 2025; hará una reforma en las prestaciones de paro para “promover el empleo”; reducirá el presupuesto de varios ministerios (no el de Defensa) e incluso se plantea reducir puestos de empleados públicos. En el lado de los ingresos, aprobará impuestos temporales nuevos para los beneficios obtenidos en Francia por las grandes empresas, para las rentas elevadas y aumentos de las cotizaciones sociales.

La situación no es muy distinta en Alemania, principal economía del euro, que ya inició los recortes en 2024 y profundizará en ellos en los próximos años a pesar de que su deuda apenas supera el 60% del PIB (cerró en el 63,6% en 2023) y no está obligada, por tanto, a realizar ajustes anuales como los de los países con mayores desequilibrios. Según la senda publicada ya en julio, el gasto público se recortará un 1,7% en 2025 y un 1,2% en 2026 y hasta 2028 no se superará la cifra de 2024. Algunas de las medidas para lograr este recorte son una “priorización presupuestaria selectiva” en inversiones que denominan “productivas”: carreteras, ferrocarriles, transporte local, infraestructuras digitales y defensa. También “se frenará” el aumento del gasto social “aumentando la precisión”. En paralelo, los ingresos crecerán todos los años.

El crecimiento del PIB salva a España de un ajuste mayor

La elevada deuda pública de España (105% del PIB a mediados de 2024) parece contradictoria con el crecimiento del gasto que el país podrá realizar a en los próximos siete años, pero el gran diferencial respecto a Francia y a Italia es que el mayor crecimiento del PIB está permitiendo reducir la magnitud del ajuste. La ratio de deuda se referencia a esta variable macroeconómica y la reduce en términos relativos cuando crece, a la vez que el crecimiento económico aporta más ingresos públicos para reducir el déficit y no tener que recurrir tanto a generar más deuda.

De hecho, la ratio de deuda pública está descendiendo más rápido tras una recesión en España que en la media de la eurozona y que en países como Alemania, Francia e Italia, según explica un reciente artículo del Banco de España. No obstante, que el ajuste fiscal requerido a España sea menor y el gasto neto crezca, no permite descartar por completo los recortes.

El envejecimiento ya acapara la mayor parte del gasto de los presupuestos y su peso es creciente, además, España tiene comprometida una mayor inversión en Defensa por exigencias con la OTAN. Hasta que no se presenten los presupuestos de los próximos años, no se conocerá si el límite de crecimiento de la regla de gasto permite continuar con aumentos presupuestarios generalizados en todas las partidas o llevará a elegir qué partidas crecen y cuáles disminuyen.

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