Llevar mascarillas en salas de espera será obligatorio para los sanitarios, pacientes y sus acompañantes cuando los niveles de transmisión de las infecciones respiratorias agudas se consideren altos. Esta es una de las medidas que ha propuesto el Ministerio de Sanidad en el documento que, junto a las comunidades autónomas, se debatirá este jueves en la Comisión de Salud Pública, y al que ha tenido acceso EFE.
La cartera que dirige Mónica García ha planteado una estrategia escalonada para el uso de la mascarilla durante la temporada de virus respiratorios, como la gripe o la COVID-19, vinculada a cuatro escenarios de riesgo. Esta propuesta incluye medidas desde la recomendación del uso de mascarillas para personas con síntomas hasta la posibilidad de su obligatoriedad en ciertos espacios, como salas de espera y urgencias de hospitales, en función de la gravedad del riesgo.
El borrador de medidas de prevención y control de las enfermedades respiratorias tiene como objetivo “garantizar la coordinación entre los territorios” de cara al otoño e invierno, cuando se espera una mayor circulación de virus. La propuesta de Sanidad prevé la posibilidad de que cada comunidad implemente medidas adicionales según su situación, clasificando los niveles de riesgo en cuatro escenarios: 0, 1, 2 y 3, siendo este último el nivel de “riesgo pandémico”.
Escenarios del 0 al “pandémico”
Los escenarios de riesgo se determinarán semanalmente en función de indicadores como la tasa de incidencia, las hospitalizaciones, la ocupación de camas o los ingresos en UCI. Estos datos serán extraídos del Sistema de Vigilancia de las Infecciones Respiratorias Agudas (SiVIRA), junto con otras fuentes, como el sistema de monitorización de la mortalidad diaria (MoMo) o el sistema de Información de Vacunaciones (SIVAMIN).
Uno de los principios básicos de la estrategia es el uso de la mascarilla quirúrgica y el autoaislamiento en personas con síntomas respiratorios, medida que será común a todos los escenarios de riesgo. El uso de la mascarilla estará recomendado para mayores de 6 años, excepto en casos de problemas respiratorios o discapacidades que dificulten su uso, y no se aconsejará en actividades donde su uso sea incompatible.
En el primer nivel, el 0, considerado de riesgo “interepidémico o basal”, se aconseja el uso de mascarilla a todas las personas que presenten síntomas, junto con el autoaislamiento. En cambio, el escenario 1 se activará cuando la transmisión sea baja o moderada.
En este caso, la mascarilla será recomendada para personas con síntomas, quienes deberán minimizar sus interacciones y aplicar medidas de higiene durante los primeros cinco días, además de favorecer el teletrajo para ellas. En centros sanitarios y residenciales, los trabajadores con síntomas serán reubicados o dados de baja, y el personal en zonas vulnerables, como salas de tratamientos de quimioterapia, deberá usar mascarilla. En este nivel, no se contempla la obligatoriedad del cubrebocas en lugares comunes.
En el escenario 2, considerado riesgo alto, la mascarilla será indicada para todos los presentes en salas de espera y urgencias, y se recomendará a personas en contacto con el público en su lugar de trabajo. En este nivel, las medidas de prevención se reforzarán, especialmente en centros de salud y residencias, donde se podría evaluar la obligatoriedad de su uso. También se recomendará el uso de mascarilla en espacios cerrados como supermercados, teatros o gimnasios o eventos multitudinarios al aire libre para personas en riesgo de desarrollar complicaciones graves. Así mismo, se recomienda reforzar la ventilación, la limpieza y desinfección.
Por último, en el escenario 3, el riesgo de transmisión indica que es “muy alto” o “pandémico”. En esta situación, el documento recogido por EFE, contempla la posibilidad de aplicar medidas excepcionales, como la convocatoria extraordinaria del pleno del Consejo Interterritorial para reforzar la coordinación territorial. En este caso, se podrían implementar restricciones adicionales y excepcionales en función de la normativa vigente y la situación sanitaria.
Durante toda la temporada de virus respiratorios, Sanidad insistirá en la importancia de la vacunación, la higiene de manos, la ventilación y la prevención de aglomeraciones, así como la implementación de planes de contingencia en los centros sanitarios para garantizar la continuidad asistencial. La activación de los planes de continuidad permitirá enfrentar el incremento de la demanda en los servicios de urgencias, UCI y la posible ausencia del personal sanitario debido a la enfermedad.
* Con información de EFE