El rey Juan Carlos I negociaba las portadas de los desnudos de Bárbara Rey, según Pilar Eyre

La periodista saca a la luz en ‘Lecturas’ que el emérito se ponía en contacto con el director de la revista más popular por aquel entonces, ‘Interviú', para que el rostro de la vedette fuese en primera plana

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Bárbara Rey y el rey
Bárbara Rey y el rey Juan Carlos, en montaje de Infobae. (Fotos: Europa Press)

Siguen saliendo a la luz nuevos detalles de la relación que el rey Juan Carlos I y Bárbara Rey tuvieron hace más de cinco décadas. A sus íntimas imágenes juntos y a las diferentes conversaciones que ambos mantuvieron, se suma una nueva polémica. Este miércoles, 16 de octubre, Pilar Eyre saca a la luz que el emérito negociaba las portadas de los desnudos de la vedette.

La periodista desvela que el padre de Felipe VI se reunía todos los lunes a primera hora con el consejo de redacción de Interviú en el viejo edificio de la calle Rocafort de Barcelona. Tras el encuentro, el director y los redactores jefes de la publicación se dirigían a la planta donde habitaban los jefes máximos con la revista que saldría a la venta el miércoles bajo el brazo. Después de analizarla, abordaban los temas que saldrían en el siguiente número y era justo entones cuando el presidente decía “me ha llamado el rey para que volvamos a sacar a Bárbara en portada”.

Todos estaban de acuerdo con la petición del entonces soberano, quien además estaba tan al pendiente de la carrera profesional de la actriz que solicitaba que las imágenes fuesen tomadas por César Lucas, según Pilar Eyre. También se transmitía la petición del monarca de que “a Bárbara Rey le paguemos el doble que la última vez, que no tenga que volver a reclamarlo”, unas palabras con las que se dirigía directamente al jefe de compras. “Es que el rey me estuvo llamando todo el fin de semana para protestar”, era la justificación que daba el presidente de Interviú.

Bárbara Rey y el rey
Bárbara Rey y el rey Juan Carlos. (Europa Press)

En esta línea, Pilar Eyre señala que nadie se negaba a la publicación de las fotos de la murciana, puesto que con su rostro en la portada, la revista vendía más ejemplares que nunca. La primera fue en 1977, por la que se dijo que le habían pagado diez millones de pesetas. Desde entonces, protagonizó cinco portadas a lo largo de veinte años, todas con titulares sugerentes como “Bárbara, fruta prohibida” o “Bárbara REY”.

Su gran amor

La de Totana era una mujer sensual, elegante, provocativa e, incluso, parecía extranjera. Físicamente, atraía la atención a su paso por su característica melena rubia, sus piernas largas, su pecho natural y su voz sensualmente ronca. Aunque su vida personal apenas era comentada en público, lo cierto es que los amores prohibidos de Bárbara corrían de boda en boca. Además de su affaire con el rey, la vedette se enamoró del futbolista Carles Reixach, por quien pasaba muchísimo tiempo en Barcelona. Lo que ella no sabía era que Charlie, como le llamaban en el campo de juego, tenía una novia formal que le negaba a Bárbara. “Son inventos de los periodistas, yo solo te quiero a ti”, le afirmaba.

Bárbara Rey en 'Y ahora
Bárbara Rey en 'Y ahora Sonsoles' (Antena 3)

Todo cambió cuando Lecturas publicó en exclusiva que Rexach se casaba con su novia formal, con quien continúa en la actualidad. “Lo que he llorado yo por ese larguirucho...”, llegó a afirmar en el programa de televisión catalana Col lapse. No obstante, su gran amor fue Joaquín Garrigues Walker, tal y como ella misma desveló en el año 2008 en La Noria. “Ha sido el hombre de mi vida, siempre me trató de maravilla, era una persona extraordinaria, por eso ya no está en este mundo, la bondad no tiene sitio aquí”.

El político liberal, que llegó a ser ministro de obras públicas con Adolfo Suárez, era un hombre muy seductor, culto y gran conversador. Sin embargo, estaba casado con una hija de Areilza. En 1979, su matrimonio estaba pasando un bache y, en ese tiempo, fue cuando conoció a Bárbara Rey y se enamoraron locamente. Pero, para entonces, aún no estaba aprobada la ley del divorcio, que data de 1981. Mientras esperaban este requisito, Joaquín se enfermó de Leucemia, lo que puso fin a su historia de amor. Él murió en 1980, cuando Bárbara ya llevaba siete meses casada con Ángel Cristo.

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