Sumar, el socio minoritario del PSOE en el Gobierno, no consigue sacar la cabeza en una legislatura que funciona a ralentí dada la debilidad parlamentaria del Ejecutivo en el Congreso. El espacio liderado por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, sigue desdibujado tanto dentro como fuera del Ejecutivo, que afronta una oleada de manifestaciones por el derecho a la vivienda.
La multitudinaria protesta del pasado domingo en Madrid fue el pistoletazo de salida a la “ola creciente de movilizaciones populares sin precedentes por el derecho a la vivienda” que hay en marcha, tal como reconoció este martes el portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón. Aprovechando la coyuntura, este espacio busca explotar al máximo esta cuestión en los medios para lograr que el PSOE se mueva y se decida a “aportar soluciones”.
A pesar de formar parte del Ejecutivo, Sumar se aferra a la presión social para conquistar logros en este sentido dentro de su afán por “transformar”, pero los de Yolanda Díaz se ven con las manos atadas en el seno del Gobierno, ya que la cartera sobre vivienda está en manos de Isabel Rodríguez (PSOE). Cerca de cumplirse el primer año del nuevo Gobierno de coalición, y a diferencia de la anterior legislatura, la pérdida de capacidad legislativa frustra las aspiraciones de Sumar, pero el espacio a la izquierda del PSOE tiene claro que es mejor seguir dentro del Ejecutivo que fuera: “Ser parte del Gobierno te permite apretar en muchas cosas”, esgrimen voces de la dirección del grupo parlamentario.
Con la reducción de la jornada laboral todavía en el aire, los de Yolanda Díaz ven en la negociación de los Presupuestos de 2025 un escaparate importante para lograr medidas que lleven su sello y, de esta manera, ganar peso en el Gobierno de coalición. En otras palabras, las cuentas públicas son su principal baza para evitar quedar rezagados en el seno del Gobierno ante unas encuestas que siguen dibujando su declive.
Mientras la parte socialista del Ejecutivo sigue posponiendo las negociaciones presupuestarias a la espera de que sus principales y más delicados aliados parlamentarios, ERC y Junts, celebren sus respectivos congresos, Sumar airea en público y en privado sus pretensiones de alcanzar medidas de calado en materia de vivienda. Tal como defendió el portavoz de la formación y negociador de las cuentas públicas, Ernest Urtasun, este asunto debe ser el “eje central” del próximo proyecto presupuestario.
Sumar se centra en la ministra de Vivienda
A la espera de que esta oportunidad llegue y se materialice en nuevas propuestas, la formación se ancla a la presión que está desarrollando “a nivel comunicativo”, que es “importante”, según apostillan fuentes parlamentarias de la formación. Estas voces auguran que seguirán con esta estrategia para “mantener el tema arriba” mientras las calles trasladan su malestar contra el Gobierno para reclamar la rebaja de los alquileres y una solución a la crisis de acceso a la vivienda.
Especialmente con esta cuestión, Sumar ha centrado el tiro contra la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, protestando además contra las dos medidas aprobadas en el Consejo de Ministros con las objeciones presentadas por los ministros de Sumar en el Gobierno. Se trata de la prórroga del Bono Alquiler Joven de 250 euros y el impulso del reglamento para poner coto a los pisos turísticos.
“Las reacciones de la ministra son insuficientes; el bono alquiler joven no va a la raíz del problema, y un reglamento para combatir el fraude en los alquileres de temporada tampoco va a la raíz porque no vamos a tener una legión de inspectores para controlarlo. Hay que intervenir el mercado, ya no es tiempo de parches”, esgrimió el pasado lunes Urtasun.
Este martes, las palabras del ministro de Cultura se replicaron también en el Congreso, cuando varios representantes del grupo parlamentario de Sumar criticaron sendas iniciativas, pactadas en el acuerdo de gobierno firmado hace ahora un año. En este sentido, Errejón, que redujo el bono del alquiler a un “bizum a caseros y grandes propietarios”, puntualizó que esta medida “solo tiene sentido en un mercado regulado”. En cuanto al reglamento, desde este espacio entienden que no será eficaz al no contemplar inspectores suficientes ni un régimen de sanción.
Para Sumar, que apoyó la comparecencia de Isabel Rodríguez en un pleno monográfico sobre vivienda en el Congreso, esta cita del próximo miércoles es un “parteaguas”. “La ministra no puede venir al pleno el día 23 con excusas, a pedir solidaridad a los grandes propietarios y a los fondos financieros, ni a anunciar otro bizum más a los caseros, tiene que venir a aportar soluciones”, defendió el portavoz del grupo en la Cámara Baja para reconocer que la “paciencia ya está agotada” en la calle.
En privado, desde el grupo capitaneado por Yolanda Díaz afirman que “no se creen” a la ministra al considerar que no tiene intención de hacer medidas que “molesten” a los caseros y a los grandes propietarios. Estas voces afean la falta de una respuesta contundente por parte de la ministra de Vivienda después de la manifestación del pasado domingo en la capital de España: “No ha entendido nada”.
De cara a dicha comparecencia, en Sumar no esconden que “será muy difícil comportarse como Gobierno”. Pese al malestar en este espacio con la dirigente socialista, los de Yolanda Díaz cabalgan la contradicción de protestar y exigir más a sus socios, pero teniendo claro que no exigirán la dimisión de la ministra ni, por supuesto, salir del Gobierno.