Los partos lideran las indemnizaciones por negligencia médica en España: las tres sentencias más cuantiosas de la historia

Los tribunales han emitido tres fallos en los últimos meses en los que ordenan indemnizaciones millonarias por la mala praxis durante el parto

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Imagen de archivo de un recién nacido en un hospital (Getty Images)

Cada año en España se pagan miles de euros por las negligencias que cometen los médicos, tanto en terreno público como en privado. Pero parecen ser los partos los que mayores agujeros generan en el sistema. En los últimos 15 meses, las sentencias por mala praxis en los nacimientos han roto tres veces el récord de indemnizaciones concedidas por los tribunales en España.

Las sentencias, emitidas en julio de 2023, mayo y octubre de 2024 fallaron a favor de las familias por las secuelas que dejaron en los recién nacidos los fallos de los sanitarios en el parto, todos ellos en clínicas privadas. De 6, 13 y 11 millones de euros, estas resoluciones judiciales son las mayores jamás concedidas en España, desbandando de la posición a un caso del 2013 que, casualmente, también era un parto.

Sergio y el ginecólogo ausente

En julio de 2023, la Audiencia Provincial de Madrid condenó al equipo médico que atendió el parto de Elisabeth por las secuelas irreversibles que dejaron en su hijo, Sergio. Durante su nacimiento, el ginecólogo se ausentó durante horas, lo que hizo que no se detectasen las señales de malestar fetal durante el proceso.

Elisabeth llegó ese día al hospital con su marido, Francisco Javier, dos padres primerizos ilusionados por dar la bienvenida a su primer hijo. Sin embargo, el parto se alargó y el médico desapareció durante gran parte del proceso. Llegó corriendo a quirófano horas después, según recuerda la madre, disculpándose por su ausencia: estaba ocupado en una celebración familiar.

Con tal retraso, no se pudo evitar el daño en el bebé: Sergio nació con parálisis cerebral, un severo retraso madurativo y epilepsia, resultado de la falta de oxígeno que experimentó durante el parto. La Audiencia Provincial Civil de Madrid reconoció el derecho de la familia a ser indemnizada con una cifra récord de 5,81 millones de euros, fondos que utilizaron para adaptar su vivienda y coche familiar a las necesidades del niño.

Sin medios para atender un parto programado

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Imagen de archivo de una mujer embarazada (Getty Images)

En mayo de 2024, el Juzgado de Primera Instancia nº1 de Santiago de Compostela condenó a SegurCaixa Adeslas a pagar 13 millones de euros a una familia por dejar ciego a su hijo. La sentencia llegó casi nueve años tarde, pues el bebé nació en julio de 2015.

La madre, de entonces 36 años, acudió a un hospital de la capital gallega para someterse a una indicción al parto de su segundo hijo. Los médicos intentaron que se realizase un parto natural a pesar se que las constantes vitales del bebé no eran buenas y retrasaron la cesárea todo lo posible. El motivo: no había un anestesista de guardia en la clínica. El parto comenzó a las 23:00 horas, pero no decidieron llevar a la mujer a quirófano hasta las 2 de la mañana. Para entonces ya era tarde: el niño sufre ahora parálisis cerebral, ceguera, retraso en el desarrollo psicomotor, trastorno del lenguaje, sordomudez y problemas respiratorios.

Los juzgados decretaron que la negligencia, de carácter grave, había provocado una discapacidad del 100% al menor. La madre tuvo que abandonar su empleo para cuidar de su hijo y el padre, pedir grandes reducciones de jornada, lo que además mermó la capacidad económica de la familia. Todo ello motivó que se impusiese la indemnización de cerca de 13 millones de euros.

Un parto sin complicaciones que acaba en desastre

El pasado 6 de octubre,, el Juzgado de Primera Instancia nº44 de Madrid condenó a una ginecóloga y al seguro médico privado Allianz por las constantes negligencias médicas cometidas en el nacimiento de Chloe.

Los padres acudieron de madrugada al hospital que habían elegido en Valencia y todo apuntaba a que sería un caso normal, pero al llegar la ginecóloga no estaba disponible. El hospital tampoco avisó a la médica de guardia, ni siquiera cuando comenzaron los problemas.

Durante el proceso, todo fueron malas decisiones: se estimuló el parto rompiendo la bolsa y administrando oxitocina pese a que no era necesario, se ignoraron las señales de sufrimiento de la madre durante horas, la ginecóloga no examinó a la madre al llegar al centro pese a haber señales de sufrimiento fetal... Todo ello culminó en una falta de oxígeno en el feto, que provocó graves secuelas en Chloe: no puede caminar ni mover ninguna de las cuatro extremidades, tampoco tragar ni valerse por sí misma en ninguna función básica del día a día, sufre un retraso madurativo muy grave...

La indemnización fue fijada en cerca de 11 millones de euros, una cantidad que, según el abogado de la familia, refleja no solo la magnitud de los daños, sino la complejidad del caso.

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