El Gobierno envía a Bruselas el Plan Fiscal, que limita el crecimiento del gasto público desde 2025

España iniciará un periodo de ajuste fiscal desde el próximo año para reducir anualmente las ratios de déficit y de deuda. El “esfuerzo” de los próximos años para cumplir los objetivos comunitarios será menor que el realizado tras la crisis financiera

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El ministro de Economía, Comercio
El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo. (EFE/J P Gandul).

El Gobierno entregará este martes a la Comisión Europea el Plan Fiscal Estructural que exigen las reglas fiscales comunitarias vigentes desde 2025. Un documento en el que cada Estado miembro debe detallar una senda de estabilidad fiscal a medio plazo con reducciones anuales de las ratios de déficit y de deuda. España cumplirá con el envío con casi un mes de retraso respecto a la fecha inicialmente anunciada (el 20 de septiembre), una demora en la que ha influido la falta de apoyos parlamentarios para aprobar unos nuevos Presupuestos.

El plan, que tiene un alcance de cuatro años (2025-2028), detalla los objetivos de déficit, deuda y regla de gasto e incluye también una previsión del crecimiento del PIB, que conjuntamente configuran las magnitudes macroeconómicas del ajuste fiscal requerido. En concreto, el Gobierno se compromete a que el déficit descienda hasta el 0,8% en 2031, lo que supondría un mínimo histórico en las últimas décadas e implicará tener superávits primarios, es decir, equilibrio en términos presupuestarios, descontando el pago de los intereses de la deuda. Si se cumple esta senda, España se situaría por debajo del límite de déficit del 3% que exigen las reglas fiscales desde 2025.

Respecto a la deuda, el Ejecutivo se compromete a que caiga por debajo del 100% en 2026 (situándose en el 98,4% en 2027), de manera que se volvería a alcanzar la ratio de deuda anterior a la pandemia ocho años después de la crisis. La trayectoria continúa descendiendo hasta el 90,6% en 2031 y llegaría al 76,8% en 2041, una cifra muy superior a la anterior a la crisis financiera y por encima del límite que imponen las reglas fiscales, el 60% del PIB.

Este ajuste se conseguirá por dos vías: limitación del crecimiento del gasto público y un crecimiento del PIB superior a lo que habitualmente ha registrado el país en las últimas décadas. La variable de la regla de gasto computable, en la que influyen tanto los gastos como los ingresos, es la principal controlada por la Comisión Europeo en el nuevo marco y la senda del Gobierno fija una limitación progresiva. En concreto, el crecimiento del gasto primario neto será del 3,7% en el primer año del ajuste, 2025, pero cae al 2,4% en 2031.

Según ha explicado el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, esto permite un crecimiento promedio del 3,4% entre los cuatro años del plan, nueve décimas más que en el anterior periodo de ajuste (2014-2018), cuando fue del 2,5%. “Esto permite gastar 6.000 millones de euros más al año”, ha detallado el ministro. Por tanto, el “esfuerzo” que tendrá que hacer España en los próximos años para cumplir los objetivos comunitarios será menor que el realizado tras la crisis financiera.

Las medidas de ingresos y gastos se conocerán en la presentación de los Presupuestos

La regla de gasto se ha calculado con las previsiones de crecimiento del PIB, que implican unas estimaciones de recaudación tributaria asociadas, y con el límite de que el gasto puede crecer hasta que la ratio de deuda no aumente. El plan incluye el impacto del envejecimiento y las reformas estructurales de los últimos años, como la de las pensiones.

Este crecimiento del gasto permitirá, según Cuerpo, “un crecimiento equilibrado hacia adelante” y elevado de la economía. La senda del Gobierno fija un crecimiento del PIB potencial del 1,9% en promedio entre 2024 y 2028, por encima del entorno del 1% de crecimiento que se produjo en el periodo anterior. Según Cuerpo, el plan “garantiza la sostenibilidad de las cuentas públicas y es compatible con mantener el estado del bienestar y un crecimiento sostenido y equilibrado”.

El Plan Fiscal presentado este martes es a cuatro años y se elaborará otro cuando finalice, pero el esfuerzo fiscal comprometido por España actúa en un horizonte mayor, con el compromiso de descenso progresivo y continuado de la ratio de deuda pública hasta 2041. Anualmente, el Gobierno enviará un Plan Presupuestario en el que se detallarán las medidas fiscales necesarias para ir cumpliendo los objetivos del año siguiente, tanto la regla de gasto como el déficit y la deuda.

Por lo que habrá que esperar a ese plan para conocer exactamente cuáles serán las medidas fiscales de ingresos o gastos que harán posible el ajuste, más allá de crecimiento del PIB, aunque Cuerpo ya ha adelantado la intención de hacer permanentes los gravámenes a la banca y a las energéticas. El Ejecutivo pretende tener un nuevo Presupuesto para finales de 2024, aunque puede demorarse por la falta de apoyos parlamentarios.

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