Denunció varias veces a su jefe por agresiones y acoso laboral en una organización benéfica, pero todo acabó con una sanción mínima

Tras anunciar que dejaba de trabajar allí, la empleada envió un correo a 186 empleados de la asociación explicando lo que había ocurrido

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Un superior se comporta inadecuadamente con una empleada. (Freepik)
Un superior se comporta inadecuadamente con una empleada. (Freepik)

De todas las organizaciones benéficas que hay en Francia, Coallia es una de las más conocidas. Fundada y dirigida por Stéphane Hessel -célebre diplomático, escritor y activista que estuvo preso en campos de concentración nazis- desde 1962, se convirtió rápidamente en un importante apoyo para la población inmigrante de cara a encontrar alojamiento. A partir de los 80, además, amplió sus servicios para ayudar también a personas vulnerables, desempleadas o sin hogar, así como con problemas de dependencia y discapacidad.

Es, por todo ello, una asociación de referencia en cuanto a asistencia social, lo que no la libra, por desgracia, de otro tipo de escándalos o problemas que pueden originarse en su propio seno. La historia se ha conocido a través del medio galo l’Humanité, el cual ha publicado un reportaje recogiendo la historia de Nora -nombre ficticio-, una empleada de la asociación que, entre los meses de octubre y diciembre de 2023, sufrió acoso laboral y comentarios sexistas por parte de un superior.

La situación era tan grave, que Nora finalmente tuvo que marcharse de Coallia, lugar en el que había trabajado durante seis años. Una despedida en la que decidió enviar a sus 186 compañeros de trabajo, incluidos gerentes y miembros sindicales, un correo electrónico explicando el acoso que había sufrido, corroborado por varios extrabajadores de la empresa que fueron testigos.

Un calvario de tres meses

Quien ejercía ese comportamiento inadecuado fue su superior, Nordine D., cuyo nombramiento coincidió con el inicio del acoso. Ese mismo mes, ordenó a Nora llenar los dispensadoras de jabón y reponer el papel higiénico, una tarea que no tenía que ver con sus responsabilidades habituales. “No eres nadie, la dirección no te conoce. Si quiero, te vas”, le decía. En otra ocasión también se produjo una agresión física, cuentan los testimonios, en la que Nordine se apoyó su cuerpo con todo su peso sobre Nora.

Fueron transcurriendo las semanas, y los meses, y la situación seguía igual. Le mandaba todo el rato tareas sin sentido, e incluso a rehacer lo ya hecho, en tanto que cuando hablaba sobre ella a los demás, lanzaba comentarios degradantes sobre su físico. Además, a ello se le suma un incidente ocurrido en noviembre de 2023, contado por una ex subdirectora de Coallia: un día, Nordine apareció en la oficina y agarró a Nora del pelo mientras escupía al suelo.

Al margen de sus actos, el nuevo jefe también tenía comentarios sumamente inapropiados delante de Nora y otros empleados. Sobre una recién contratada, afirmó que tendría que “chupar durante cuatro ser meses para ser validada”, mientras que en una conferencia, supuestamente insinuó que una de sus empleadas “tenía que ver una polla para relajarse”. Llegados al mes de diciembre, Nora ya había denunciado a su superior por comportamientos graves, agresión, acoso y comentarios sexistas.

Una gestión realizada con “vigilancia” y en busca de la “serenidad”

A pesar de estas denuncias, y de los numerosos testigos del comportamiento de Nordine, la dirección de Coallia solo decidió despedirle durante cinco días pese a que un informe realizado tras una auditoría interna recomendó su despido inmediato. Cuando volvió, no solo Nora se marchó, sino que todo su departamento decidió dimitir.

“Es increíble que pueda permanecer en el cargo. Por mucho menos, cualquier empleado habría sido despedido inmediatamente”, asegura un miembro del sindicato Force Ouvrière, Frédéric De Gaillande. Este, junto con empleados que prefirieron no revelar su nombre, señalaron a l’Humanité que la figura responsable de esa sanción mínima a Nordine era la directora adjunta de Coallia, Alice Brassens, por el papel de este en la reorganización del servicio.

Sin embargo, la dirección solo se pronunció al respecto alegando que “esta situación fue gestionada con la mayor vigilancia” y que tocaba entrar “en una nueva fase, la de apoyar a los equipos, con la esperanza de recuperar la serenidad profesional”.

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