Seis estados australianos reclaman la república a solo unos días de la visita de Carlos III al país oceánico

El monarca viajará el próximo 18 de octubre a Australia en plena “guerra cultural” sobre los abusos y beneficios de la conquista del país por el Imperio Británico

Guardar
El rey Carlos III de Gran Bretaña saluda al salir después de visitar el Ayuntamiento de Southport (Paul Ellis/Getty Images)
El rey Carlos III de Gran Bretaña saluda al salir después de visitar el Ayuntamiento de Southport (Paul Ellis/Getty Images)

La visita del Rey Carlos III y la Reina Camila a Australia ha sido cuidadosamente planificada desde hace varios meses, con la capital, Canberra, como centro del viaje. Sin embargo, en las últimas horas se ha anunciado que los seis ministros principales de sus estados han declinado recibir al Rey a su llegada al país oceánico. Nueva Gales del Sur, Victoria, Queensland, Australia Occidental, Australia del Sur y Tasmania no tendrán representación institucional y esto ha provocado un gran debate sobre la república en Australia.

La parte más monárquica del país ha calificado esta decisión de “grosera”, “arrogante” e “irrespetuosa”, según indica The Mirror. Y es que, aunque algunos comparten el punto de vista de los manifestantes, consideran que sus acciones han sido maleducadas. Sin embargo, a pesar del creciente debate, una encuesta reciente muestra que la popularidad del Rey Carlos está en aumento en Australia.

Aunque el 40% de los australianos desconoce que Carlos III es su jefe de Estado, el monarca ha alcanzado un índice de aprobación récord. El 45% de los australianos desea mantener la monarquía, mientras que solo un 33% prefiere que el país se convierta en república. Esta cifra contrasta con el 39,4% que votó por la república en el referéndum de 1999, lo que sugiere que el apoyo a la monarquía se ha consolidado en los últimos años.

Estos resultados son impresionantes para un monarca que algunos detractores creían que perdería apoyo tras la muerte de la Reina Isabel II, una figura venerada en todo el mundo, incluso fuera de la Commonwealth. Pero, en este contexto, algunos grupos en Australia han decidido boicotear la visita del Rey. Seis primeros ministros estatales, cinco de ellos pertenecientes al Partido Laborista, han optado por no asistir a los actos de bienvenida, alegando estar ocupados con otros compromisos. Entre ellos, el primer ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, quien anteriormente decidió no iluminar la Ópera de Sídney durante su coronación.

El rey Carlos de Gran Bretaña asiste a una audiencia con David Hurley, ex gobernador general de la Commonwealth de Australia, en el Palacio de Buckingham en Londres, Gran Bretaña, el 26 de julio de 2024. (Yui Mok/Pool vía REUTERS)
El rey Carlos de Gran Bretaña asiste a una audiencia con David Hurley, ex gobernador general de la Commonwealth de Australia, en el Palacio de Buckingham en Londres, Gran Bretaña, el 26 de julio de 2024. (Yui Mok/Pool vía REUTERS)

La prensa británica estalla

A pesar de estas ausencias, algunos expertos, como el comentarista real Phil Dampier, consideran que este tipo de actitud es “irrespetuosa”: “Irónicamente, todas las encuestas siguen mostrando que una mayoría de australianos votarían para mantener a Carlos como jefe de Estado si hubiera un referéndum mañana. El primer ministro Anthony Albanese es republicano, pero sabiamente ha dejado el asunto en un segundo plano porque sabe que podría perder fácilmente”.

Además, ha añadido que deberían de tener una mayor consideración con su estado: “Teniendo en cuenta su edad y el hecho de que está luchando contra el cáncer, parece de mala educación por parte de estos Gobernadores no aceptar una invitación para reunirse con el Rey y la Reina”. Tom Bower, biógrafo real, también criticó a este sector de la sociedad: “Los republicanos no le hacen ningún bien a su causa al intentar avergonzar a un hombre enfermo que está cumpliendo con su deber viajando por todo el mundo a petición del gobierno australiano. Se muestran mezquinos y, peor aún, inhumanos al no reconocer el sacrificio personal del Rey para cumplir con su deber”.

Carlos ha visitado Australia 16 veces en su vida y, a pesar de su enfermedad, ha decidido continuar con su agenda para cumplir con la gira de seis días. No obstante, el Movimiento de la República Australiana (ARM) ha prometido aprovechar la visita para convertirla en un “tour de despedida” de la monarquía en Australia. Además, está previsto que se realicen protestas en Canberra y Sídney, aunque la mayoría de medios australianos afirman que los ciudadanos recibirán calurosamente al monarca.

Una estatua del capitán James Cook, explorador de la Marina Real, se encuentra en Sydney, Australia, el 11 de junio de 2020. (REUTERS/Loren Elliott)
Una estatua del capitán James Cook, explorador de la Marina Real, se encuentra en Sydney, Australia, el 11 de junio de 2020. (REUTERS/Loren Elliott)

Un problema de Estado

El ex primer ministro John Howard, quien gobernó Australia entre 1996 y 2007, ha argumentado que uno de los mayores beneficios que recibió Australia fue haber sido colonizada por los británicos. Según Howard, los lazos históricos entre ambos países han sido beneficiosos en muchos aspectos. Sin embargo, los críticos del actual primer ministro Anthony Albanese señalan que su gobierno ha cedido ante una minoría ruidosa que aboga por “tonterías progresistas” en temas como el cambio climático y el género.

No obstante, este tema lleva siendo un debate en el país oceánico desde hace meses. En junio, una estatua del rey Jorge V en Melbourne fue decapitada por activistas del movimiento “La colonia debe caer”, quienes dedicaron la acción al rey Carlos. Además, en enero, estatuas del Capitán Cook y la Reina Victoria fueron atacadas en vísperas del Día de Australia, lo que provocó una oleada de indignación.

Mientras que a los estudiantes australianos se les enseña que su nación tiene un pasado “vergonzoso y racista”, según el Wall Street Journal, los críticos del gobierno de Albanese sostienen que el país está inmerso en una “guerra cultural”. Además, acusan a las autoridades de precipitarse en pedir disculpas por el pasado, en lugar de reconocer los beneficios que trajo ser parte del Imperio Británico.

Por su parte, el Rey ha afirmado que no se interpondrá si los australianos deciden renunciar a la monarquía, según indicó el pasado sábado el Daily Mail. Estas intenciones fueron comunicadas en un intercambio de cartas con el movimiento republicano de ese país, con el cual ha renunciado a reunirse en varias ocasiones. Sin embargo, el viaje sigue adelante. Y esta visita, que comenzará el 18 de octubre, incluye paradas en Sídney y Canberra, y posteriormente, Samoa. Aunque el Rey ha pausado temporalmente su tratamiento contra el cáncer para realizar esta gira, está previsto que lo reanude tan pronto como regrese al Reino Unido.

Quién es quién en la casa real británica: del rey Carlos, el más tardío de la historia, al polémico príncipe Andrés.
Guardar