El domingo, miles de personas tomaron las calles para protestar por la subida de los precios de los alquileres y el cada vez más difícil, acceso de la vivienda. Solteros, casados, estudiantes y jubilados marcharon para pedir uno de los derechos que recoge la Constitución: el de la vivienda digna.
Las cifras, como siempre que se miden en manifestaciones bailan, y mientras que Delegación de Gobierno marcaba una asistencia de 22.000 personas, las organizaciones convocantes subían hasta los 150.000 asistentes. Entre ellos, se encontraba la actriz Carolina Yuste, que interpreta a la protagonista de La Infiltrada, que se estrenó en cines el pasado viernes. Yuste, que pasaba hace solo unos días por El Hormiguero para promocionar el largometraje inspirado en una historia real de una agente de la policía nacional que se infiltró en la banda terrorista ETA, se recorrió las calles de Madrid en la marcha del domingo para luchar por un el derecho fundamental de la vivienda.
“La vivienda es un derecho y no un negocio. Yo soy inquilina. Estoy bien dentro de lo que cabe. Pero vivimos en Madrid, sabemos la situación y creo que cada vez es más difícil vivir y sobrevivir pagando los alquileres que hay que pagar. No puede ser que el 80% del sueldo de una persona se gaste en la vivienda y que sea un bien de mercado y que se especule con ello”, declaraba ante los micrófonos de Eh! Universo Media.
La actriz admitía que ella actualmente tiene el “privilegio” de vivir sola y poder costearse un alquiler, un sueño inalcanzable para buena parte de los habitantes de las cuidades españolas. “Muchas personas tienen que atarse a una pareja o seguir compartiendo piso con 40 o 50 años, que si es tu deseo, es perfecto, divino, pero normalmente está sucediendo porque es una necesidad”, denunciaba.
Un grito de ahogo
A la manifestación acudieron miles de personas, muchas de ellas bajo el paraguas de colectivos afectados por la problemática de la vivienda, desde representantes de la Cañada Real hasta afectados por la línea 7B de Metro Madrid, que trataban de reivindicar desde los problemas particulares que lees llevaban hasta allí, hasta uno de los principales motivos por los que se llenaron la calles: en España el precio del alquiler ha aumentado un 77% en la última década, mientras que los ingresos de los hogares han crecido tan solo un 33%.
Valeria Racu, portavoz del Sindicato de Inquilinas, ha tildado la manifestación de “histórica” y ha llamado a una huelga de alquileres y advertía de las consecuencias si no llega un cambio: “A los caseros y la patronal inmobiliaria deciros que se acabó vuestra impunidad, que si seguís subiendo los precios de los alquileres, vamos a dejar de pagaros y no va a haber policía, juzgados ni matones suficientes para desahuciarnos a todas las que estamos hoy aquí”.
“Se acabó vuestro tiempo, no habéis aprovechado ninguna de las oportunidades que os hemos dado. Por eso no queremos más promesas vacías. Exigimos, necesitamos que se bajen los alquileres de una vez por todas [...] y exigimos la dimisión de la ministra de Vivienda, porque es la responsable de todo esto y alguien tiene que asumir responsabilidades. Que se vaya de una vez a su casa a una de las múltiples que tiene”, denunciaba Racu ante los medios minutos antes de que comenzara la marcha.