El Gobierno ha lanzado un ultimátum a Reino Unido para alcanzar un acuerdo sobre el estatus de la frontera con Gibraltar: o hay acuerdo o habrá controles en la Verja de Gibraltar a partir del 10 de noviembre, anunció este jueves el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación con la UE, José Manuel Albares. Al mismo tiempo, más de 15.000 trabajadores gibraltareños y españoles miran con preocupación el calendario con el temor de sufrir las peores consecuencias de la entrada en vigor de las restricciones que marcaran su día a día.
Esta semana, el titular de Exteriores convocó en Madrid a Instituciones —los ocho alcaldes del Campo de Gibraltar y a la Junta de Andalucía— y asociaciones civiles para transmitirles el estado de las negociaciones, en las que el Gobierno trata de incorporar el territorio dentro del espacio Schengen y facilitar la libertad de circulación para personas y mercancías a este territorio, que tras producirse el Brexit se considera extracomunitario.
En su sexta reunión convocada en Madrid, el ministro informó a las partes que la propuesta que defiende el Gobierno español es la de “un acuerdo que es equilibrado y generoso”, e instó al gobierno británico a dar el ‘sí', antes de que entre en vigor el nuevo sistema de entrada a la UE. “Reino Unido es el que tiene que decidir si prefiere eso o prefiere que a partir del 10 de noviembre haya este sistema de entrada para Gibraltar”, expresó.
Albares ha trasladado a los ediles su “confianza” en que se pueda cerrar el acuerdo en este mes de plazo y ha asegurado que los equipos negociadores están en contacto constante. “Pero si esto no ocurre, en adelante habrá unas máquinas en las que habrá que situar el pasaporte para los residentes en Gibraltar cuando quieran acceder al espacio Schengen y eso lo podrán hacer durante periodos de 90 días dentro de cada 180 días”.
Temen consecuencias “demoledoras”
El acuerdo de Gibraltar mantiene en vilo a los más de 15.000 trabajadores transfronterizos que cruzan cada día por esta frontera. La mayor parte de ellos residen en la Línea de la Concepción. Concretamente 11.000 personas residen allí.
La palabra que más se repite en la región es “preocupación” e “incertidumbre”. “Cualquier escenario sin acuerdo o con un acuerdo que desequilibrase o perjudicase a alguna de las partes sería demoledor para los intereses de la ciudadanía del Campo de Gibraltar y de Gibraltar. Supondría un enorme fracaso político para los actores implicados”, advirtió en la reunión de este jueves el Grupo Trasfronterizo de Gibraltar.
En la mañana de este viernes, la frontera gibraltareña ha vivido un episodio inédito que, según indican en el Ayuntamiento de La Línea “es un claro signo de lo que viene”. Un mes antes de que venciese el plazo, las autoridades fronterizas han comenzado a pedir pasaportes a los ciudadanos gibraltareños que querían acceder a La Línea. “Hemos tenido 50 minutos de petición de control de fronteras gibraltareña con pasaporte y el colapso que se ha generado ha sido de todo tipo: circulatorio, de trabajadores, gente que no ha podido llegar a su trabajo... Creo que merece una reflexión importante por los foros de decisión”, ha señalado el edil gaditano. “Aprovecho esta ocasión para pedirle a todos los vecinos que con tiempo vayan sacando pasaportes, porque me temo que se les va a exigir y que vayamos viendo un poco cómo va a quedar toda esta situación también”, ha lamentado.
Franco ha criticado que se lleve “años” desde que se produjo el referéndum por el que los gibraltareños votaron su pertenencia a Reino Unido. “No es que falte un mes”, ha subrayado el edil, que ha instado al Estado y la Comunidad Autónoma de Andalucía para tomar medidas serias, firmes y contundentes para poder solventar la situación de dependencia que actualmente tenemos en nuestra ciudad de la economía de Gibraltar. A su vez, ha lamentado que no exista un ‘plan B’ de no lograr un acuerdo.
Sin dar con la tecla para desbloquear los “aspectos técnicos”
Con la llegada al gobierno del primer ministro Keir Starmer, del partido laborista, se percibió cierto optimismo en España respecto a la situación de La Roca, que llevaba sin noticias desde que Reino Unido, bajo la administración de Boris Johnson, suspendiese el diálogo.
El bautizado como Acuerdo de Nochevieja sigue siendo la hoja de ruta de las negociaciones entre la Comisión Europea y Reino Unido. Aquel acercamiento, celebrado por sus impulsores como “histórico”, tuvo lugar en plena pandemia, el 31 de diciembre de 2020, diez horas antes de que Reino Unido se desconectase definitivamente de la UE.
El pacto pretendía configurar una nueva relación entre Gibraltar y su entorno obligado por el Brexit, lo que pasaba por aplicar en el peñón el tratado de Schengen (libre circulación de personas y mercancías), así como trasladar a Frontex el control del aeropuerto y puerto de la colonia, dejando libre la conexión entre La Línea y el Peñón
Reino Unido, España y la Comisión Europea se reunieron en Bruselas el pasado mes de mayo. Era el segundo encuentro para intentar sellar un acuerdo, y existía mucha incertidumbre por ver en qué condiciones se daría. Pero nada más lejos de la realidad. Casi cuatro años después, las tres partes admiten que el acuerdo está prácticamente hecho, pero quedan “aspectos técnicos” que hacen imposible sellarlo.
El alcalde de La Línea, José Juan Franco Rodríguez, dejó claro hace unos días su hartazgo: “¿A qué estamos esperando? Yo estoy, con todo el respeto, cansado de ir a reuniones. Agradezco que se nos invite a Madrid. Agradezco que venga el ministro. Agradezco que se nos reciba la Junta de Andalucía. Y agradezco las buenas palabras. Pero no hay planes de actuación concretos para nuestra ciudad”.